La casa de lujo que Piqué usaba para sus fiestas y que pensábamos que estaba en alquiler

Cuando en el año 2015 Gerard Piqué se compró una mansión en la avenida Pearson de Barcelona, la calle más cara de la capital catalana, los medios dimos por sentado que se iba mudar con Shakira a esta exclusiva zona de la ciudad. Incluso hubo quien publicó nombres de sus nuevos vecinos. Tal era la convicción. Pero el tiempo, que es quien quita y da razón, dejó claro que la mudanza no se daba y que la pareja no iba a vivir en esa casa.

Entonces, se informó de que la vivienda, una gran mansión con enormes jardines y todos los lujos imaginables, iba a ser puesta en alquiler. ¿Quién iba a ser el inquilino? Más especulación. Porque ahora hemos podido saber que la propiedad quedó siempre en manos de Piqué, que la utilizaba para sus juergas nocturnas.

La confusión vino provocada, en parte, porque la casa fue comprada por Kerad, una de las empresas de Piqué. Su compra fue una más de las que realiza su empresa, Kerad Project 2006 SL, presidida por su padre, Joan Piqué, y propietaria de numerosos inmuebles (casas, garajes, naves industriales...), tanto en Barcelona como en Esplugues, el Maresme y la Cerdanya.

"Tenía pareja e hijos"

Y mientras se daba por sentado que la casa estaba en alquiler, algunos vecinos veían estupefactos cómo el entonces futbolista montaba grandes fiestas en la casa. “Eran juergas históricas, que todos podíamos ver”, informan algunos vecinos en conversación con Vanitatis.

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La propiedad en cuestión es inaccesible para el ojo ajeno. Una gran puerta de madera, con un arco también de este material, cubre incluso el camino de acceso. Un muro de piedra alto y robusto impide ver lo que hay dentro. Hasta que uno se asoma desde otro punto, como la casa de los vecinos. Son ellos quienes podían ver todas las celebraciones del entonces defensa central del Barça, algo que no debía saber Piqué o quizás no le importó demasiado.

Las amplias cristaleras de la casa, y el estar situada en un montículo, la hacen vulnerable a las miradas. Tanto en el jardín como en la piscina y las terrazas, las fiestas se convirtieron en legendarias. Fueron años, casi desde el principio de la relación de Piqué con Shakira hasta su final, que los festejos se sucedían.

"Maneras de soltero"

“Se mostraba libre, con maneras de soltero, y sabía que alguien podía verle o incluso, si hubiéramos tenido mala fe, tomarle fotografías, porque ahí había, además de muchas mujeres, muchos compañeros y amigos” del actual presidente de la Kings League, señalan los mismo vecinos.

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El exfutbolista adquirió la propiedad en 2015, año en el que los cronistas nos lanzamos a especular con una posible mudanza. La vivienda real de Piqué, la casa de Esplugues que tantas veces hemos visto fotografiada, también está a nombre de Kerad Project, como lo está esta mansión de avenida Pearson.

Con cuatro plantas conectadas entre sí por un ascensor, la casa es una maravilla situada en una zona privilegiada de la ciudad. En la frontera entre Collserola y el ruido urbano, en un terreno histórico porque atesora una mina de agua, la de la Font del Lleó, mítico enclave barcelonés.

817 metros de diversión

La casa que Piqué compró en 2015 es una mansión de 817 metros cuadrados divididos en cuatro plantas: sótano (de 106 metros cuadrados), planta principal (249), planta primera (255), segunda (159) y buhardilla (48). Y cuenta además con piscina interior y exterior.

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Este no es el único lugar en el que Piqué ha dado fiestas. El piso en el que vive ahora, el tríplex de la calle Muntaner, fue otro de los escenarios de la vida lúdica del futbolista. Quienes lo conocen, muchos de sus amigos, hablan a Vanitatis de un chico joven con demasiadas responsabilidades y ganas de pasarlo bien. Que fuera de fiesta, justifican, no es malo, porque es lo que le tocaba por edad.

10 años les separaron

Y es esa una de las cuestiones que ha destacado Shakira en algunas de sus canciones de despecho y el motivo que arguyen algunos amigos de Piqué para hablar de los motivos de la separación de la mediática pareja. Él empezó su relación con 25 años y ella ya tenía 35. Cuando se separaron, él tenía 36 y ella ya tenía 46.

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“Las ganas de seguir sintiéndose joven de él, con sus salidas nocturnas, sus amigos y una vida divertida chocaban con las ganas de ella de estar en casa y llevar una vida hogareña”, justifican las mismas fuentes. Lo curioso es que ahora que Piqué está en una relación con la joven Clara Chía, las ganas de fiesta se han diluido y pasa muchas noches en casa, con la joven, haciendo esa vida hogareña que anhelaba Shakira.