Despixelamos a Paula, la hija mayor de Begoña Villacís que acaba de cumplir 18 años

Begoña Villacís ha vivido esta semana uno de sus días más emocionantes. Con ilusión se levantaba temprano el miércoles para organizarle una sorpresa a su hija Paula. Este 23 de agosto cumplía 18 años y todo tenía que ser perfecto. Aunque la víspera lo celebraron en familia, “hoy era la protagonista”, aseguraba la política en conversación con Vanitatis. "Cuando nació sonaba en el paritorio 'Nada de esto fue un error'. Es nuesta canción".

"Tenía 27 años cuando nació Paula. Ninguna de mis amigas era madre aún y aún muchas continúan sin atreverse", bromea Villacís al teléfono. Perfeccionista y volcada en sus tres hijas, están siendo unos días muy emotivos para ella. Su hija, la mayor de las tres fruto de su relación con Antonio Suárez-Valdés, de quien se separó en 2020, alcanzaba la mayoría de edad y lo primero que se encontraba al levantarse era una tarta de sushi, una de sus comidas favoritas, y un collage de su madre en redes sociales.

Responsable y cariñosa, Paula, tal y como la definen desde su círculo cercano, es “segura, sensible, luminosa, fuerte y leal”. Este último punto, por encima de los demás. “Es muy noble, muy buena amiga y gran garante de la verdad”, aseguran. “Es muy sincera y transparente tanto para bien o como para mal”.

Con más de 1,80 de estatura, comparte muchos atributos físicos con su madre. La larga melena negra como el azabache y el bronceado (sobre todo ahora a la vuelta del verano) hacen imposible evitar relacionarlas como madre e hija.

Con ella comparte muchas cosas. Una de ellas su pasión por la moda, común en casi todas las adolescentes. Con Begoña comparte su pasión por las zapatillas y además, el número de pie, lo que favorece el intercambio de prendas en el que también participa la segunda de las tres hijas del exmatrimonio.

Además, es una persona comprometida. “Es una loca de los animales. Hizo un voluntariado con la asociación Abrazo Animal y desde niña ha rescatado a muchos animales junto a su madre”, aseguran las fuentes consultadas. “Una vez de niña se empeñó en rescatar a un pajarito de las fauces de un perro y sin que nadie la mirase, se lo guardó en la mochila. Imagínate el drama cuando tocó contarle que no había forma de resucitar al pobre animal”.

Desde entonces, los animales, sobre todo los desvalidos, son una de sus grandes pasiones y está muy comprometida, como decíamos, con esta labor. No obstante, no dedicará sus estudios a nada relacionado con este mundo. Ni zoología ni veterinaria, la hija mayor la política cursará a partir del próximo otoño la carrera de Administración y Dirección de Empresas en una universidad madrileña. Por el momento, continuará viviendo en casa de su madre (ubicada a pocos pasos de la de su padre).

Eso sí, sueña con irse fuera a cursar algún año al extranjero, como ya hizo su madre. Todo estaba preparado para que Paula cursase un curso fuera cuando estalló la pandemia y hubo que cancelarlo todo y después nunca se retomaron los planes por diferentes circunstancias. En cuanto pueda, seguro que solicita alguna beca para cumplir con estos planes en los que continuará sumando experiencias.

Con las ideas claras y un carácter que mueve montañas, sobre todo tiene una cosa clara sobre todas las demás: “No quiere dedicarse a la política”.