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Retrato íntimo de María Jiménez: una hermana pequeña, dos hijos y dos nietos con los que se le caía la baba
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Así es su familia

Retrato íntimo de María Jiménez: una hermana pequeña, dos hijos y dos nietos con los que se le caía la baba

La artista estuvo arropada por los suyos hasta el final y ha sido su hijo Alejandro quien ha comunicado la noticia de su fallecimiento. Este es su retrato familiar

Foto: María Jiménez, acompañada de su hijo Alejandro. (Cordon Press)
María Jiménez, acompañada de su hijo Alejandro. (Cordon Press)
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La vida de María Jiménez no ha sido nada fácil. De familia humilde y con una hermana pequeña, llamaba Isabel Jiménez, que se ha mantenido a su lado en los distintos achaques de salud hasta su muerte este jueves a los 73 años, comenzó a bailar y cantar en los tablaos flamencos a los 15 años.

Nacida en el barrio de Triana de Sevilla, el 3 de febrero de 1950, su padre tenía ascendencia gitana (aunque no se lo dijo hasta el mismo lecho de su muerte porque renegó de su propio padre, que se jugó a su mujer a las cartas, perdiéndola) y era oriundo de Nerva, en Huelva, mientras su madre era de El Pedroso, en Sevilla.

Con tan solo 17 años se quedó embarazada mientras comenzaba a despegar como artista. Fue Lola Flores la que se lo dijo incluso antes que el médico. María dudó en tener a aquel bebé e incluso llegó a acudir a una clínica para abortar, pero sintió que no podía hacerlo. El padre nunca quiso hacerse cargo y nadie supo su nombre, excepto su hija Rocío, que nació el 7 de enero de 1968. Convertirse en madre soltera en aquellos años fue muy difícil para la artista, que contó con la ayuda de sus padres, con los que vivía.

La conexión que tenía con su hija María del Rocío Asunción era inmensa y, al cabo de los años, María Jiménez formó una familia con el actor Pepe Sancho, con el que se casó en 1980. Tres años después nació su hijo Alejandro tras un parto complicado, pero la estabilidad familiar se rompía al año del nacimiento de su segundo hijo, pues María y Pepe se separaban en su complicada relación de idas y venidas en la que llegaron a casarse hasta tres veces.

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Rocío y Alejandro se quedaron a vivir con su madre hasta que en 1985, un día después de cumplir 17 años, los mismos que tenía su madre cuando la trajo al mundo, la sevillana recibió la peor noticia posible por teléfono de parte de la guardia civil. Su hija había tenido un accidente de tráfico y había fallecido. María no podía creérselo porque pensaba que su hija viajaba en tren; le habían comprado el billete.

Esta muerte prematura la sumió en una grave depresión que la llevó a unirse de nuevo a Pepe Sancho, con el que vivió una situación de maltrato constante e infidelidades hasta su separación definitiva en 2002.

Su hijo Alejandro fue siempre su apoyo, pero María tenía miedo de perderlo e incluso hizo que recibiera clases en casa porque no soportaba la idea de separarse de él. Nunca le ha gustado hablar de su hija Rocío porque reconoce que se pone muy triste. Su hijo menor la apoyó tanto en lo personal como delante de un juez, donde aseguró que nunca había visto el maltrato físico de su padre a su madre, pero sí la sangre en la piel de la cantante tras una pelea, además de otras discusiones.

En 2022 acudió a ‘Deluxe’ contando cómo descubrió hasta en dos ocasiones a su padre con su amante en la casa de María, una confesión que le hizo a su madre, que andaba con la mosca detrás de la oreja, lo que aceleró la separación definitiva. Tras ser condenado Pepe Sancho por maltrato, a pesar de no cumplir pena porque los hechos estaban prescritos, dejó a un lado a su hijo, con el que no volvió a hablar. Alejandro ha estado hasta el último momento pendiente de su madre y ha sido él quien ha comunicado su fallecimiento.

placeholder María Jiménez, con su hijo Alejandro y sus dos nietos en una imagen de hace tan solo tres semanas. (Instagram/@mariajimenezoficial)
María Jiménez, con su hijo Alejandro y sus dos nietos en una imagen de hace tan solo tres semanas. (Instagram/@mariajimenezoficial)

Le dio a María Jiménez uno de los mayores regalos con sus dos nietos, una niña llamada Julia que llegaba en agosto de 2016 fruto de su relación con su pareja, Danae. La sevillana confesaba a ‘Lecturas’ antes del nacimiento: “Voy a ser abuela, estoy como loca de contenta”. Para el nacimiento no dudó en trasladarse desde Chiclana de la Frontera (Cádiz), donde residía, hasta Toledo, ciudad en la que se instaló Alejandro.

Poco después llegó el segundo hijo de la pareja, del que desconocemos el nombre, y al que vimos acompañar a María Jiménez en noviembre del año pasado junto a su padre en la presentación de la Fundación María Jiménez en Sevilla en apoyo de las mujeres maltratadas. De ambos presumía la cantante hasta hace tan solo unas semanas en sus redes sociales.

La vida de María Jiménez no ha sido nada fácil. De familia humilde y con una hermana pequeña, llamaba Isabel Jiménez, que se ha mantenido a su lado en los distintos achaques de salud hasta su muerte este jueves a los 73 años, comenzó a bailar y cantar en los tablaos flamencos a los 15 años.

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