Cuando María Jiménez dijo "se acabó": la importancia de ser un referente en violencia de género
A través de sus reivindicativas canciones y el relato de su historia de malos tratos con el actor Pepe Sancho, la artista andaluza se transformó en una de las grandes voces feministas del país
1978, acaba la dictadura franquista. María Jiménez, a sus entonces 28 años y una de las figuras musicales más rebeldes de la época, estrena ‘Se acabó’, una canción dedicada al empoderamiento femenino, que acabaría por convertirse en su mayor ‘hit’. No obstante, a su vez, dicho trabajo, enmarcado temporalmente en la silenciosa segunda ola del feminismo español, la cual reclamaba la importancia de los derechos de la mujer tras décadas de oscuridad, escondía detrás una historia compartida, desgraciadamente, por muchas de las coetáneas de la sevillana, la de los malos tratos.
Precisamente, dicho año marcó también un antes y un después en lo relativo a la violencia de género, considerada hasta el fin del reinado de Francisco Franco un hecho legal y definido como un asunto privado intrafamiliar. Sin embargo, no fue hasta dos décadas después cuando el asunto se consideró una verdadera problemática social, en parte, gracias a las continuas apariciones de las víctimas en la televisión, donde exponían sus duros relatos ante millones de espectadores. Un dato curioso, indirectamente, a finales de la década de los 90, María Jiménez llegó a encabezar tal lucha y ser una de sus pioneras al ser el único rostro conocido que se atrevió a contar su experiencia ante las cámaras y también a través de sus canciones.
Sin pretenderlo, la artista hizo de ‘Se acabó’ el himno de la causa e impulsó a decenas de mujeres a intentar seguir su ejemplo. La cantante utilizó su voz y el medio de comunicación líder, capaz de ejercer una importante labor de educador social determinando ideas y temas de interés en su audiencia, para expandir repetidamente un discurso nunca escuchado. De esta manera, siguiendo los canales de la psicología, se generó en nuestro país no solo una sensibilidad social vinculada a los malos tratos, sino también la formación de una identidad colectiva entre las mujeres.
El éxito de la concebida como ‘caja tonta’ en lo respectivo a la expansión de los temas de género hizo que, en los datos extraídos de las encuestas encargadas por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad en el año 2011 sobre percepción social de la violencia de género, un 74,8% de la población afirmara que su conocimiento sobre la problemática social mencionada procedía en primer lugar de la televisión. Un ejemplo claro lo encontramos en el asesinato de Ana Orantes, cuya repercusión logró que se comenzasen a contabilizar las muertes de las víctimas. Un total de 32.644 en 2022.
Al igual que para su paisana, su exposición no fue gratuita. Después de relatar su infernal matrimonio con Pepe Sancho en su libro ‘Calla canalla’, publicado en el 2003, e incluso denunciarlo por malos tratos en 2004, ella fue demandada de vuelta por el actor tan solo un año después con motivo de “vulnerar su derecho al honor”. Un procedimiento que fue desestimado en primera instancia, aunque, tras una apelación, la Audiencia Provincial de Madrid acabó condenando a la sevillana.
Sin embargo, en su caso, la historia sí contó con un final feliz. El Tribunal Supremo le dio finalmente la victoria judicial y, a su vez, en octubre de 2009 la Justicia reconoció a través de una sentencia firme que María Jiménez había sido víctima de la violencia de género. A pesar de ello, su exmarido no pudo ser detenido, porque los delitos habían prescrito.
Aun así, e incluso después de la muerte de Pepe Sancho en 2013, la cantante sevillana no ha dejado de luchar por poner en el foco mediático esta problemática social femenina, narrando su experiencia una y otra vez en los platós de televisión. "Ese señor me maltrataba física y psicológicamente. Me daba una paliza y me decía: 'Vamos a casarnos otra vez'. En mi época eso no se podía denunciar. Si llega a pasar hoy, lo meto en la cárcel veinte años", relató en su especial de 'Lazos de sangre' de TVE.
Hasta el fin de sus días, María Jiménez no dejó de utilizar estos formatos, vinculados tradicional y estereotípicamente al género mayoritario, para realizar una proyección del malestar de las mujeres frente a la sociedad que las discrimina. Consiguiendo de esta manera generar en ellos un aliado para las demás, a la par que una herramienta de comprensión y sororidad.
El pasado jueves 7 de septiembre, la cantante sevillana nos decía adiós. Sin embargo, su despedida nunca será definitiva. La creadora de ‘Se acabó’ permanecerá por y para siempre en la memoria colectiva, más allá de por sus divertidas ocurrencias, por escribir una importante parte de la historia del discurso feminista de nuestro país, ya que tal y como afirmó Àngels Barceló bajo las ondas de 'Hoy por hoy': "María Jiménez, ejemplo de feminismo, puso voz a lo que muchas mujeres sienten".
1978, acaba la dictadura franquista. María Jiménez, a sus entonces 28 años y una de las figuras musicales más rebeldes de la época, estrena ‘Se acabó’, una canción dedicada al empoderamiento femenino, que acabaría por convertirse en su mayor ‘hit’. No obstante, a su vez, dicho trabajo, enmarcado temporalmente en la silenciosa segunda ola del feminismo español, la cual reclamaba la importancia de los derechos de la mujer tras décadas de oscuridad, escondía detrás una historia compartida, desgraciadamente, por muchas de las coetáneas de la sevillana, la de los malos tratos.
- Así fue el primer trabajo de María Jiménez antes de dedicarse a la música Sara Castellanos
- En fotos: Eugenia Martínez de Irujo y Fran Rivera, entre otros rostros famosos, despiden junto a la familia y amigos a María Jiménez en la capilla ardiente Vanitatis / Agencias
- La gran tragedia en la vida de María Jiménez: la muerte de su hija Rocío y la canción que le dedicó Alexandra Benito