Carmen Lomana vuelve a la iglesia donde se casó con Guillermo Capdevila hace 48 años

La socialité ya está de regreso en la capital, donde este domingo se estrenaba como colaboradora junto a Nuria Roca en su programa de La Sexta, ‘La Roca’, pero recientemente pasaba por Llanes. En su estancia en la localidad asturiana decidía visitar la iglesia donde se casó con su fallecido esposo, Guillermo Capdevila.

Con un vídeo en el que podemos ver el recuerdo de estas vacaciones en Asturias de Carmen, nos contaba en su cuenta de Instagram que “la iglesia, con un pórtico maravilloso románico, es donde me casé con mi Guillermo querido”.

Fue el 13 de diciembre de 1974 en la iglesia románica de Llanes, rodeada de la sierra de Cuera, el mar Cantábrico y con murallas medievales alrededor. Entre montes, la pareja se casaba tan solo seis meses después de conocerse en el barrio londinense de Chelsea.

Entonces Lomana tenía 22 años y Guillermo Capdevila, 27. Un flechazo en un club de jazz, como ella lo ha contado en varias ocasiones, que supuso que ambos pasaran por el altar a los pocos meses a pesar de la sorpresa de su entorno.

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Carmen ha detallado otras veces que fue su marido, con el que pasó 23 años casada y al que recuerda como el gran amor de su vida, quien la convenció. Una boda de la que nunca se arrepintieron y que, a pesar de ser poco convencional, fue muy bonita y familiar, según la socialité.

Carmen y su marido, que fallecía en 1999 en un accidente de tráfico dejándola viuda, pusieron rumbo a una luna de miel por tierras castellanas que finalizó en Valencia, pasando antes por Madrid.

Como ella misma ha dicho en ‘Egos’ de ‘La Razón’, este viaje al norte ha puesto fin a sus vacaciones de verano en la tierra en la que tiene múltiples recuerdos de su infancia y adolescencia. Ha sentido, reconoce, cierta “melancolía” al visitar Asturias tras cuatro años, recorriendo sus lugares favoritos y encontrándose con viejos amigos. “Mis años en Marbella o Madrid me recuerdan solo un pasado inmediato. Mi vida se divide en antes y después de Guillermo”, admite en su artículo.

“Un paraíso” para la socialité que le trae, además, muchos recuerdos de su madre, con la que compartía charlas sobre sus “amores de adolescente”. Allí la familia tenía una casa frente a la playa de Celorio. En las imágenes suenan las gaitas y Carmen afirma que un grupo de gaiteros tocaban en la misa y a la salida de la iglesia.