María Pombo habla claro sobre su matrimonio con Pablo Castellano y por qué nunca podrá dejar su trabajo en Instagram

María Pombo y Pablo Castellano forman uno de los matrimonios más analizados del mundo influencer. Su boda, retransmitida en riguroso directo, abrió la puerta a una vida doméstica que, sin embargo, la empresaria y creadora de contenido se esfuerza por preservar. “Me parece importante el saber gestionar qué compartes”, ha confesado en una entrevista concedida al pódcast ‘Conversación sin filtro’ de Nude Project, en el que ha hablado de asuntos que no había tratado hasta ahora con gran sinceridad, como su matrimonio y su papel como madre.

Inmersa en la organización de los últimos flecos de su festival, Suavefest, al que ella considera más “una fiesta” y que tendrá lugar este sábado en Madrid por cuarto año consecutivo, la pequeña y más famosa hermana del clan Pombo ha hecho un alto en el camino para conceder quizá su entrevista más sincera hasta la fecha abriendo por fin el melón de su supuesta crisis con Pablo y que ella misma filtró en un descuido en pleno verano.

“Creo que es supernecesario que la gente sepa que no tengo una relación perfecta. Que yo tengo mis crisis. Que llevo ocho años con Pablo. Jamás hemos pensado en divorciarnos, pero hemos pasado épocas de pelearnos mucho, de gritarnos…”, ha asegurado contundente y sin perder la sonrisa.

“También nos queremos mogollón y no podemos vivir el uno sin el otro. Pero creo que es muy importante que la gente sepa que mi relación no es idílica. Que es un poco lo que me pasa a mí cuando veo a una pareja de Hollywood y pienso ‘son perfectos’ y no me los imagino peleándose en su vida. Y es que yo me peleo todos los días. Siempre hay alguna pelea”. Padres de dos hijos -Martín y Vega-, su relación, que hemos vivido casi en primera persona a través de sus redes sociales, se desvela ahora tan normal y corriente como cualquier otra, víctima de las tensiones del día a día, del estrés del trabajo y de la rutina. “Mi vida ya no es fiesta todos los días y viajes”, ha confesado en otro punto de la entrevista.

Para María, encontrar el equilibrio sobre qué enseñar y no en su día a día en Instagram ha supuesto quizá uno de los mayores retos de su experiencia como influencer, una carrera en la que fue una de las pioneras y en la que este año cumple 10 años. “No expongo en redes las peleas con mi marido”, lo que no significa, tal y como ha explicado, que no las haya.

“Es muy complicada esa línea roja. Saber acertar. Desde hace como dos años comparto mucho menos porque cuanto más compartes más van a opinar, más daño te pueden hacer y ahora con niños, más. Me parece importante el saber gestionar qué compartes”. Una exposición masiva que provocó que en 2019 retransmitiera su boda en directo a través de una conocida cabecera.

Una decisión de la que no se arrepiente, pero que quizá no volvería a repetir. “No estaba al 100% a que me estaba casando con el hombre de mi vida. Me gustaría volver a repetirlo sin cámaras”. Una presencia permanente en redes que resulta vital para la supervivencia de sus empresas, en las que, como en el caso de Suavefest, es imprescindible la imagen de María para vender y posicionarse en el mercado: “Mis empresas viven de mí. Yo no puedo dejar de ser influencer. No ruedan solas todavía. Si yo paro, mis empresas paran. Tengo que estar siempre al pie del cañón”. Hace unos meses confesó en sus redes que las prendas que se pone de Tipi Tent y Name The Brand, sus marcas de ropa, se venden mucho más que las que no.

El éxito que ella cosecha en redes repercute directamente en el de sus empresas, cuyos resultados en el último ejercicio no han parado de mejorar.