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Arantxa Sánchez Vicario, en su primer día de juicio, llora y señala a su marido: "Él se encargaba de todo"
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ALZAMIENTO DE BIENES

Arantxa Sánchez Vicario, en su primer día de juicio, llora y señala a su marido: "Él se encargaba de todo"

"Mi marido, el señor Santacana". La tenista repite el nombre de su expareja, a quien señala como responsable de su descapitalización durante el primer día de juicio

Foto: Arantxa Sánchez Vicario a su salida de los juzgados. (Cordon Press)
Arantxa Sánchez Vicario a su salida de los juzgados. (Cordon Press)

Llevaba 6 minutos y 42 segundos de declaración cuando Arantxa Sánchez Vicario se ha derrumbado. Cuando el abogado de la acusación particular, nombrado por el Banco de Luxemburgo, le preguntaba por el papel de su padre en la gestión de su patrimonio, la tenista se ha roto. Ha sido un largo minuto de lágrimas que llegaba precedido de una petición de agua, que no le pudieron ofrecer, y de la frase “estoy un poco nerviosa”.

Los nervios que arrastra la barcelonesa vienen de lejos y ha llorado ante sus abogados en cada una de sus declaraciones, “desconsolada”, aseguran a Vanitatis. También lloró cuando ofreció una entrevista al periodista Jesús García, de ‘El País’. La declaración judicial de Sánchez Vicario se ha producido a petición de su abogado, el socio de RCD Borja Vives Iborra, quien ha solicitado al final que la tenista pueda ausentarse durante toda la semana hasta que lleguen las conclusiones finales.

placeholder José Santacana llega a los juzgados de Barcelona. (EFE/Alejandro García)
José Santacana llega a los juzgados de Barcelona. (EFE/Alejandro García)

Así será y después de casi una hora de declaración a puerta cerrada, la tenista se ha marchado. Las imágenes de la declaración están reservadas a la prensa y no pueden ser difundidas, pero sí que podemos contar aquí lo que ha sucedido. Y una de las cuestiones que más llaman la atención es la repetición, constante y casi robótica, de la frase “mi marido, el señor Santancana”.

Señala a su marido

La ha usado la tenista de forma constante para responder a casi todas las preguntas del letrado de la acusación particular, quien le ha detallado todas y cada una de las operaciones financieras por las que le piden una pena de prisión. Ella ha reiterado, como decimos, de forma machacona, que era José Santacana, su exmarido (siguen casados, según la ley), quien se encargaba de todo. “Nunca he gestionado mi patrimonio porque desconozco cómo”, ha dicho la tenista.

Foto:  Arantxa Sánchez Vicario. (Cordon Press)

“Venía y me decía: 'Tienes que firmar aquí y allí', y yo lo hacía porque me fiaba, luego él rellenaba los documentos”, asegura Sánchez Vicario. El juicio que se celebra esta semana servirá para determinar si Arantxa Sánchez Vicario cometió un delito de alzamiento de bienes al vender todo su patrimonio y hacer desaparecer el dinero de todas sus cuentas cuando el Banco de Luxemburgo le exigió que pagara una deuda que había contraído para liquidar una multa de Hacienda.

Foto: Josep Santacana llegando a los juzgados. (Gtres)

Según Sánchez Vicario, fue su marido quien se encargó de todas las operaciones financieras que la han llevado a la ruina económica y que ahora la sientan en el banquillo de los acusados. Es más, a preguntas de su abogado, ha asegurado: “A raíz de todo lo que ha pasado me he enterado de estas cosas y por eso puedo contestar”, porque, según ha señalado, era su marido quien llevaba la economía en casa. Tanto es así, según la tenista, que cuando el Banco de Luxemburgo le pidió que pagara su deuda, ella quiso hacerlo pero fue Santacana quien se negó: “Me decía que antes de dárselo la banco era mejor que nos lo quedáramos nosotros, que él se encargaba de todo, que no me preocupara”.

Las cartas privadas

Santacana no ha declarado todavía, pero su abogado, Juan Segarra, ha presentado documentación novedosa entre la que se incluyen unas cartas escritas de puño y letra por Arantxa y en las que, según el letrado, exculpa a Santancana, le agradece todos los años vividos juntos y le pide volver con él.

Foto: Arantxa Sánchez Vicario, este miércoles en Barcelona. (Gtres)

Cuando el abogado de Arantxa le ha entregado esas cartas para que las examinara, tras una largo silencio, la tenista ha afirmado: “Deben ser de antes de que pasase todo y no recuerdo la fecha en las que las escribí”. Se desmontaba de este modo una de las bazas de la defensa, impugnadas por el Banco y admitidas por la jueza.

Cambio de abogado

El argumento de la tenista es sencillo: su marido fue quien desmanteló todo su patrimonio ayudado de amigos a los que conocía de sus años como subastero. Y cuando reciben la querella del Banco de Luxemburgo, juntos contratan los servicios del mismo abogado. Es en ese momento cuando la tenista comienza a ver movimientos económicos que desconocía, según ella, y que la empujan directamente al abismo. Y es en ese mismo momento, hace dos años, cuando decide contratar a un abogado por su cuenta y declararse culpable. Pidió perdón, ha llegado a un acuerdo con la entidad bancaria, a quien le entrega el 50% de todos sus ingresos e incluso le otorga poderes para que puedan examinar todas sus finanzas.

Foto:  Arantxa Sánchez Vicario. (Reuters)

Paralelamente, la todavía pareja sigue con su proceso de divorcio en los juzgados de Miami, en los que Arantxa espera que salga a la luz dónde está el patrimonio que ha desaparecido todos estos años. Santacana asegura que está en poder de la tenista en cuentas secretas en Suiza; ella dice que lo tiene su exmarido en paradero desconocido. La declaración de Santacana está prevista para el viernes, si todo el proceso sigue como está previsto y no se alarga en el tiempo.

Llevaba 6 minutos y 42 segundos de declaración cuando Arantxa Sánchez Vicario se ha derrumbado. Cuando el abogado de la acusación particular, nombrado por el Banco de Luxemburgo, le preguntaba por el papel de su padre en la gestión de su patrimonio, la tenista se ha roto. Ha sido un largo minuto de lágrimas que llegaba precedido de una petición de agua, que no le pudieron ofrecer, y de la frase “estoy un poco nerviosa”.

Arantxa Sánchez Vicario
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