Julio Iglesias e Isabel Preysler protagonizaron una de las bodas más comentadas de la época. Celebrada en 1971, la vida de gira constante por el mundo del cantante y su fama de mujeriego provocó que su amor, eterno en un principio, tan solo durara siete años. Su divorcio, mediático donde los haya, terminó con una lapidaria frase de la reina de corazones grabada en piedra de la historia del cuché: “Tú me pediste muchas veces que me casara contigo y yo te voy a pedir una única vez que me quiero separar de ti”. De ese matrimonio nacieron tres hijos, a cual más conocido. En la actualidad son abuelos, además, de cinco nietos (Preysler tiene otros dos de su hija Ana Boyer).
Tras varias relaciones fugaces, protagonistas la mayoría de ellas de las revistas del corazón de la época, Julio Iglesias volvió a sentar la cabeza en 1991 con Miranda Rijnsburger, madre de sus cinco hijos pequeños. Con ella, a lo largo de los últimos 30 años, ha construido una vida lejos del foco que ha atravesado diferentes fases. Sin ir más lejos, no se casaron hasta 2010, cuando el pequeño de sus hijos tenía 3 años. Lo hicieron en la espectacular finca con capilla que el cantante posee en Ojén (Málaga), en la más estricta intimidad y con la presencia de todo el servicio doméstico vestido de blanco. Desde hace años, él reparte su vida entre una de las mansiones que posee en Punta Cana (República Dominicana) y otra en Bahamas, mientras que Miranda reside en la casa de Miami, donde han crecido Miguel, Rodrigo, Victoria, Cristina y Guillermo.