Al ponerse delante del objetivo se endiosa, sin abrumarle las más de diez personas que tiene alrededor retocándola, grabándola, dándole indicaciones... Y cuando el flash se apaga, se convierte otra vez en Rochi, que es como la llaman sus amigos.
Con desparpajo y un marcado acento sevillano, habla con el equipo de Vanitatis como si les conociese de toda la vida y aguanta las más de ocho horas de sesión sin perder la calma y con la ilusión que se hace visible en este reportaje.
Entre cambios de vestuario y posados nos sentamos a conocerla en profundidad. Los minutos parecen volar por el entusiasmo con el que me habla de sus raíces, de las que se siente muy orgullosa. Sus ojos brillan cuando me cuenta los planes profesionales de futuro que tiene, pero su mirada siempre se mantiene tranquila, porque se nota que ella lo está. Y lo transmite. Tiene una vida estable, acaba de terminar la carrera de Educación Infantil y Primaria, y ahora, tras sus prácticas, esa vocación se convertirá en un trabajo. Además, ya ha empezado a compaginar esa labor con las redes sociales y la moda.