El dolor de Carolina Molas, suegra de Tamara Falcó: de perder un hijo a huir de la ETA

El gran público conoció a Carolina Molas Urrutiaciorraga cuando salió a la luz la mediática relación de uno de sus hijos, Íñigo Onieva, con Tamara Falcó. Sumamente discreta, no concedió entrevistas durante los periodos más turbulentos de la ruptura de la pareja, en la que fue el gran apoyo de Íñigo, ni tras la boda de ambos, en la que fue madrina y una de las invitadas más elegantes con un diseño hecho a mano por Lorenzo Caprile y donde lució joyas antiguas que venían acompañadas de cierta polémica.

Ahora, cuando han transcurrido casi tres meses del fastuoso enlace, la exitosa empresaria ha roto su silencio y se ha sincerado sobre algunos de los momentos más difíciles de su vida. En una interesante conversación con la revista 'Forbes Women' en la que no menciona a la marquesa de Griñón, se centra en su faceta como CEO de su empresa familiar, pero también bucea en duros recuerdos.

Definida por esta publicación como "estilosa y decidida" y como una "audaz empresaria", Carolina Molas lleva diez años dirigiendo la empresa Cemevisa, dedicada a la comercialización y distribución de electrodomésticos, que fundó hace 60 años su padre, Carlos Molas, en Bilbao. Precisamente de Bilbao tendría que salir con lo puesto su familia, en uno de los episodios más difíciles de su vida.

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"Somos exiliados de ETA. En el 83 tuvimos que venir a Madrid. Salimos huyendo una madrugada sin coger nuestras cosas y nunca más pudimos volver a casa. Fue muy traumático. Yo tenía 15 años, muy mala edad”, cuenta Carolina Molas en la entrevista. “Creo que mi mente lo ha borrado. Me falta información, porque mi padre era muy vasco y no daba explicaciones. Nos fuimos un día a las cinco de la mañana, cada uno en un coche, con el perro, las tortugas, nevando...".

Relatando cómo fue su vida posterior cuando llegaron a la capital, la suegra de Tamara Falcó cuenta que "ya en Madrid, estuvimos viviendo en hoteles. Cuando por fin nos instalamos en una casa, nos íbamos mudando, porque nos iban descubriendo. Fue horrible. Tardamos años en vivir tranquilos".

Esta apasionada de probar restaurantes nuevos y amante del arte, que gestiona una compañía con 105 empleados y que en 2022 recibió el premio a la CEO del Año en distribución de electrodomésticos de consumo, habla sin tapujos también de cómo es desenvolverse con éxito en un mundo de hombres. "Dan por hecho que sabes menos -asegura-, pero eso ya no ocurre. Ahora hay más mujeres y a veces noto que los hombres sienten que les estamos comiendo el terreno".

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En una conversación centrada en el mundo empresarial, también hay un momento para que Carolina Molas se sincere sobre otro de los episodios más traumáticos de su vida. "Fui madre muy joven y me puse a trabajar con mi padre. Empecé a generar familia con 20 años y a los 25 tenía cuatro hijos. Uno de ellos falleció de meningitis a los siete años. Lo tenemos aceptado, aunque costó", confiesa.

Aunque no menciona directamente a Íñigo ni a su otra mediática hija, la actriz Alejandra Onieva, señala que "en casa todos colaboran, también los chicos. No sé si tendré algo que ver. He sido una madre muy cercana, me llevo muy pocos años con mis hijos", razona.

Por último y pensando en el futuro, afirma que ella también tiene "ganas de disfrutar", porque "hacer tantas gestiones todos los días supone mucho estrés. No quiero jubilarme de anciana".