Un cuadro flamenco, las amigas de Sofía Palazuelo… Lo que no viste del bautizo de Sofía Fitz-James Stuart

Este sábado, pasadas las ocho de la tarde, las familias Fitz-James Stuart y Palazuelo, acompañadas por íntimos amigos de padres e hijos, se dieron cita en la histórica iglesia de San Román para celebrar el bautizo de Sofía, hija pequeña de los duques de Huéscar y segunda nieta del duque de Alba.

Una celebración cuyos detalles adelantamos en primicia en Vanitatis y que aún guardó sorpresas para unos invitados que sobre todo lo pasaron bien. Eugenia Martínez de Irujo y Narcís Rebollo, Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan, los hermanos de Sofía Palazuelo y hasta Enrique Solís se dieron cita en esta parroquia que durante años sirvió de sede para el Cristo de los Gitanos.

La ceremonia, prevista para las siete de la tarde, comenzó con una hora de retraso. Una misa inesperada se solapó con el inicio de la ceremonia, por lo que el párroco y el sacerdote llegaron a la conclusión, debido al elevado número de invitados y a la solemnidad de la ceremonia, que lo mejor era retrasarla hasta que la misa hubiera terminado.

Finalizada la ceremonia religiosa oficiada por el padre Sánchez-Dalp, sacerdote amigo de la familia que casó a los dos hijos del duque de Alba y ha bautizado a sus dos nietas, todos los invitados pusieron rumbo al palacio de las Dueñas, antigua residencia de Cayetana de Alba, homenajeada, por cierto, con uno de los nombres de su bisnieta.

Entre las decenas de invitados, no faltaron, por cierto, íntimas amigas de Sofía Palazuelo, una pandilla solvente y cerrada con la que disfruta de la mayor parte de su tiempo de ocio y que está compuesta por rostros tan conocidos como Blanca Barrera, fundadora del catering Aguacate y Espattio, espacio de eventos en la calle Monte Esquinza, o Valentina Suárez-Zuloaga. Esta primera, de hecho, es la madrina de su primera hija, Rosario, llamada a heredar de su padre el título de duquesa de Alba.

Valentina, fundadora de Es Fascinante, fue la encargada además de vestir a la cuñada de su amiga, Belén Corsini, y de aderezar el look de Jan Taminiau que lució Palazuelo. De Jan Taminiau, diseñador de cabecera de la reina Máxima de Holanda, era también el diseño elegido por Sofía Barroso, madre de Sofía.

Abuela de la niña, no fue la designada como madrina. Un papel que en esta ocasión recayó en su homóloga paterna, Matilde Solís, que orgullosa y feliz sostuvo a la niña en sus brazos durante casi toda la ceremonia. Fue bautizada como Sofía Fernanda Dolores Cayetana Teresa Ángela de la Cruz Micaela del Santísimo Sacramento del Perpetuo Socorro de la Santísima Trinidad y de Todos los Santos. Diez nombres. Ni más ni menos.

Una vez en Dueñas, los duques de Huéscar se esforzaron porque sus invitados estuvieran a gusto durante toda la velada. Contrataron a uno de sus caterings de confianza, que sirvieron primero un cóctel y luego una cena en el patio central del palacio, y posteriormente, les agasajaron con un espectáculo en uno de los jardines amenizado por un cuadro flamenco y varios bailaores que los invitados compartieron en sus redes.

Un auténtico regalo para los sentidos en un espacio que hace unos meses también se convirtió en escenario cultural con el desfile de una de las últimas colecciones de la marca de Inés Domecq, casada con uno de los sobrinos del duque de Alba.