La (no) herencia de Carmen Sevilla: una casa en Madrid, un ático en Marbella, joyas y arte

Es la noticia del día. Desde que 'ABC' publicara que las cenizas de Carmen Sevilla siguen esperando a que alguien las recoja en el tanatorio de Pozuelo de Alarcón, las televisiones se han llenado con las reacciones de sus amigos y familiares. Augusto Algueró no ha querido aclarar las razones por las que aún no ha podido recoger los restos mortales de su madre, y de momento las únicas que han hablado han sido las sobrinas de Carmen, que sí tienen un relicario con parte de los restos de su tía.

El único hijo de Carmen Sevilla es también el heredero universal de su fortuna. En realidad, heredó en 2014, cuando se convirtió en administrador único de la empresa que gestionaba la mayor parte del patrimonio inmobiliario de la artista. Esto ocurrió apenas unos meses antes de que su madre ingresase en la clínica de Aravaca en la que vivió casi hasta el último día de su vida.

En ese momento, recibió poderes para manejar toda su herencia y, por lo tanto, no ha habido más trámites para hacer para la transmisión de su nada desdeñable herencia, amasada durante toda una vida de éxitos en la pequeña y en la gran pantalla. Así figura en los documentos oficiales de los respectivos registros públicos del Estado a los que ha tenido acceso Vanitatis.

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Paloma Barrientos

Carmen Sevilla fue una de las grandes artistas de su tiempo. Con una carrera que comenzó con apenas 20 años, su juventud y frescura nunca fueron sinónimo de la ausencia de talento. Al revés. Además de rodar varias películas de la mano de Cesáreo González, el productor más importante del franquismo, llegó incluso a rechazar un contrato millonario con la Columbia en Hollywood y otros tantos en Francia e Italia. Éxitos y millones que poco a poco fueron engrosando una cuenta corriente con la que hizo grandes inversiones en propiedades, arte y joyas que ahora forman parte del patrimonio de su único hijo.

En 1978, su segundo marido, Vicente Patuel, la instó a abandonar el cine. Se retiró por amor y fundó junto a él la empresa Virdecar SL, de la que ahora es administrador único Augusto Algueró, fruto de su primer matrimonio con el conocido compositor de 'Tómbola' y 'La chica ye-ye'. Durante su primera relación amasó una importante fortuna que más tarde tuvo que invertir durante la segunda en la finca extremeña de Herrera del Duque donde se retiró junto a Patuel y sus famosas ovejitas y que vendió nada más enviudar para no seguir perdiendo dinero. Tras su muerte quedó devastada y puso rumbo a Madrid.

Casa en Madrid y ático en Marbella

Virdecar SL, no obstante, continúa siendo una empresa con un importante capital social (de más de un millón de euros, según los datos a los que ha tenido acceso Vanitatis). Dedicada a la gestión y administración de la propiedad inmobiliaria, es la propietaria de las dos casas en las que dividía su vida: una en Madrid y otra en Marbella. Las dos, ubicadas en las zonas más exclusivas de cada ciudad.

Su apartamento en Madrid, donde vivió durante sus últimos años antes de ser diagnosticada de alzhéimer, está ubicado en la calle Pintor Rosales. Adquirido en 1996, fue hasta la muerte de Patuel el domicilio del matrimonio en Madrid, donde se alojaban cuando tenían compromisos en la capital y donde más tarde se refugió la artista sevillana hasta su ingreso en la clínica de Aravaca.

En Marbella, estaba su otro refugio. En el corazón de la Costa del Sol, la actriz compró con parte de los beneficios del 'Telecupón' (se dice que cobraba 300.000 pesetas al día) un ático de casi 200 metros de superficie y otros 500 de terraza de uso privativo en la exclusiva urbanización Banana Beach, levantada durante el 'boom' inmobiliario fomentado, entre otros, por Jesús Gil.

Lo adquirió en su día por un precio simbólico. En aquella época, 2004, Carmen Sevilla era una de las mejores precursoras de las virtudes de Marbella. De hecho, durante años se convirtió en la imagen de la famosa clínica Buchinger, la favorita de Preysler y Tamara Falcó, donde hacía su dieta anual. Algo que no estaba en absoluto reñido con su disfrute de la noche marbellí, entre clubes de moda, cenas de lujo y pandillas tan divertidas como internacionales.

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Amparo de la Gama. Marbella

Este ático fue uno de los quebraderos de cabeza más grandes durante los últimos años de lucidez de la folclórica. El Supremo sentenció su derribo por no ajustarse al nuevo Plan General de Ordenación Urbanística en 2014. Casi una década después, sigue en pie.

El lujoso apartamento cuenta en el sótano con dos plazas de garaje y un trastero para mayor comodidad.

Cuentas, joyas y obras de arte

Además de las propiedades a las que hacíamos referencia, Carmen Sevilla invirtió parte de su fortuna en sus otras dos pasiones: las joyas y las obras de arte. Amasó una colección que en momentos de penurias económicas le sirvió para mantenerse a flote sin alterar su tren de vida y que desde su ingreso en la clínica de Aravaca que la vio apagarse por culpa del alzhéimer gestiona su hijo.

Asimismo, la artista también mantenía varias cuentas corrientes abiertas con gran parte del efectivo que ganó durante su carrera y que sin duda sirvieron para sufragar los gastos derivados de su ingreso durante casi una década.

También atesora Augusto otra parte de su patrimonio. Además de los derechos de imagen (también heredó los de su padre), tiene algunos de los trajes que Carmen Sevilla lució en algunas de sus apariciones más icónicas.

Trajes, accesorios, complementos y, sobre todo, joyas que podrían servir para hacer un museo de homenaje. No obstante, dada la posición de Algueró (que ha cerrado filas para mantener en la intimidad todo lo que refiere a su madre) parece imposible que vaya a exponer todos los tesoros de la grande de España que fue Carmen Sevilla.