'Bloqueo Botánico', la medida que Tamara Falcó ha tomado para proteger su intimidad en su nueva casa

El ático de lujo de Tamara Falcó ha sufrido cambios. Tal y como se puede comprobar desde la propia calle cercana a la urbanización de Puerta del Hierro, donde se encuentra ubicado dicho inmueble, los balcones de la nueva casa de la marquesa de Griñón han sido modificados con el objetivo de proteger su intimidad. Así, según prueban las fotografías obtenidas en exclusiva por Vanitatis, la aristócrata ha decorado la parte exterior de su hogar con una frondosa y alta cantidad de vegetación que impide a los paparazzi filmarla o fotografiarla en la parte más visible de su propiedad privada.

Esta decisión ha sido tomada por la también colaboradora de televisión tan solo unas semanas antes de iniciar una nueva etapa en su vida. Siguiendo la información adelantada por la periodista Beatriz Cortázar en el programa ‘Y ahora Sonsoles’, la hija de Isabel Preysler tiene previsto mudarse junto a su marido, Íñigo Onieva, a la casa que adquirió sobre plano en 2020 el próximo mes de noviembre. De esta manera, los árboles serían uno de los últimos detalles de la puesta a punto del que será su nuevo hogar en escasas semanas.

A modo de curiosidad, la colaboradora de 'El hormiguero' también empleó este mecanismo para intentar proteger la exclusividad de las fotografías de su fiesta de preboda celebrada en el Hotel Mandarin Oriental Ritz de Madrid. El jardín del recinto, cuyo acceso se encuentra a pie de calle, vio como sus verjas fueron forradas con una inmensa lona oscura con estampación vegetal.

Precisamente, las múltiples reformas del inmueble han sido durante estos tres años el motivo principal por el que la marquesa de Griñón no ha podido disfrutar antes de su compra cercana al millón de euros. Según informaban a Vanitatis personas cercanas al entorno de la diseñadora, ella soñaba con una distribución y decoración muy concretas. Por ello, ansiando un resultado perfecto, contrató a una célebre interiorista que construyese de su mano la casa de sus sueños.

Desde dicho momento, Beatriz Silveira ha trabajado con mimo durante meses en el proyecto que ha tenido como resultado final la construcción del futuro nido de amor de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, donde, tal y como hemos podido conocer, se ha optado por un estilo minimalista protagonizado por los tonos neutros. “Ha quedado encantadísima con el resultado”, explicaban a este digital fuentes solventes después de que la aristócrata se personase en el inmueble para apreciar los cambios en primera persona tras su verano ‘non stop’ con luna de miel incluida.

Además, siguiendo lo relatado a estas páginas por personas cercanas al matrimonio, el ático de lujo, más allá de por una imponente vegetación en sus balcones, estará presidido por numerosas piezas y recuerdos traídos directamente del palacio El Rincón, última residencia de Carlos Falcó, padre de la noble, y lugar escogido por la pareja para darse el ‘sí, quiero’ el pasado 8 de julio.

Así, la vivienda, situada a tan solo 5 minutos de la casa de Isabel Preysler, ya está lista para entrar a vivir, según los gustos y necesidades de sus inquilinos. Recordemos, al ser comprada ya estaba provista de todo tipo de calidades y comodidades, acordes a un inmueble de alto nivel como este. Entre ellos, destacaba un equipamiento doméstico con acabados y materiales de lujo, dos plazas de garaje y un trastero.

Por otro lado, las zonas comunes del edificio, diseñado por el reputado arquitecto Joaquín Torres (A-Cero), incluyen piscina, spa, gimnasio y zona social gourmet, la cual promete convertirse en uno de los espacios favoritos de la también chef, licenciada por la prestigiosa academia Le Cordon Bleu.

Su anterior hogar

Una vida tranquila y relajada en un barrio residencial que nada tendrá que ver con su noviazgo desarrollado en un coqueto apartamento de alquiler ubicado en el centro de Madrid. Un piso que acabó por convertirse en el centro de operaciones de la pareja para asistir cómodamente a numerosos eventos y fiestas acontecidos en dicha zona.

La casa, aunque no de su propiedad, también estaba decorada a gusto del matrimonio. En esta ocasión, fueron Pilar Jiménez y Berta Jorde, fundadoras de Drömmeri Interiorismo, también encargadas de llevar a cabo el proyecto de reforma de la cocina de Isabel Preysler, las responsables de las modificaciones, que no implicaron ninguna reforma o reestructuración de la construcción.