Muere el empresario y naviero Fernando Fernández Tapias a los 84 años

El empresario gallego Fernando Fernández Tapias ha fallecido a los 84 años, según adelantaba el periodista Carlos Herrera en los micrófonos de la COPE, haciéndose eco de fuentes familiares que confirmaban la noticia, sin dar más detalles sobre las causas de la muerte.

El séptimo de una numerosa familia de doce hijos comenzó su a la postre exitosa trayectoria empresarial trabajando de joven en la lonja de Vigo. Tras diplomarse en el Instituto Internacional de Empresas de la Universidad de Deusto, a los 25 años contrajo matrimonio con Victoria Riva de Luna, la primera de sus tres mujeres, con la que tuvo cuatro hijos. Las buenas relaciones con su suegro, propietario de la naviera Suardíaz, le sirvieron como lanzamiento profesional.

A lo largo de su dilatada carrera profesional fundó varias empresas en el sector naval, conservero y de los viajes. También fue presidente de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE entre 1985 y 2002 y vicepresidente primero del Real Madrid Club de Fútbol. Hasta el momento de su fallecimiento fue vicepresidente primero del club blanco.

Tapias, que había sufrido varios problemas de salud en los últimos años, se casaría posteriormente con Juana García-Courel Mendoza, con la que tuvo dos hijos más, y en 2002 con Nuria González Sánchez, treinta años menor que él, con la que tuvo a sus dos últimos vástagos. En total, tres esposas y ocho hijos, con los que tendría problemas judiciales en los últimos años de su vida.

Aunque parecía dispuesto a trabajar hasta el final, hace dos años escenificaba su sucesión nombrando a su heredero. Algo que chocaba con sus palabras de 2014 al diario 'ABC'. "¿Abdicar? No. Un empresario debe seguir trabajando o se muere. Piensa que además de mis hijos mayores tengo dos pequeños. ¿Qué quieres, que me vean como un anciano viento la tele en casa?".

En 2021, su hijo Juan Carlos, que llevaba perfilándose como heredero de su padre desde 2016, cuando este le nombró consejero delegado de la naviera gallega, se hacía con las riendas de los negocios familiares de forma definitiva mientras el conocido empresario abandonaba las funciones ejecutivas del Grupo Tapias y se convertía en presidente honorífico. Entonces Tapias tenía 82 años y, según confirmaban fuentes familiares a Vanitatis, en aquel momento se encontraba "como una rosa".

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Pero tan solo un mes después de producirse esta noticia, el gallego vivía su semana más crítica cuando se veía ante los tribunales por un conflicto con sus tres hijos mayores. Fernando, Borja e Íñigo solicitaron entonces la incapacitación judicial de Fernández Tapias alegando que no estaba en plenas facultades para la toma de decisiones empresariales.

Lo que acarrearon las discrepancias familiares fue precisamente la sucesión de ceses de los tres vástagos del empresario como directivos de las empresas paternas, en favor de su sucesor designado, Juan Carlos, que parecía ser el único de su plena confianza en cuestiones económicas y empresariales.

Finalmente, el juez dictó sentencia asegurando que no había lugar para la petición de los hijos. Fuentes de su entorno aseguraban hace un año a Vanitatis que desde entonces Fernández Tapias no ha querido saber nada de ellos. "Para él fue muy duro tener que ir a un juzgado para demostrar que su salud mental era perfecta. Y más aún que sus amigos tuvieran que ir para testificar en ese sentido. Fue una vergüenza social que no está dispuesto a perdonar. Fernando es un hombre generoso y a sus hijos les ha dado todo lo que le han pedido y necesitado. Por eso, la traición le resultó muy dura, sobre todo la de su hija Sandra”.

Desde aquel momento, el empresario disfrutaba de una vida tranquila en su chalé de Puerta de Hierro con sus hijos Iván y Alma. "Sale menos y prefiere reunir a sus amigos en su casa para ver el fútbol o simplemente para almorzar o cenar", nos decían, antes de añadir que "nunca se ha metido en la relación con los hijos insubordinados".