Una herencia millonaria difícil de repartir: la fortuna de Fernando Fernández Tapias para su mujer y sus siete hijos

“Los hijos son tu sangre y es verdad que tiran mucho, pero te salen como te salen. Lo único que se puede elegir en la vida son tus amigos y tu mujer”. Estas palabras las pronunció Fernando Fernández Tapias (Fefé) en Televigo en 2007, casi 15 años antes de verse envuelto en una lucha encarnizada contra sus hijos mayores en los juzgados.

Fernández Tapias, uno de los hombres más ricos de España, sustentó su vida sobre dos pilares: sus exitosas empresas y su multitudinaria familia, que desde este miércoles, 25 de octubre, llora su repentina muerte.

Ahora que ha fallecido, ante el reparto de su millonaria herencia, sus siete vástagos, fruto de tres matrimonios diferentes, y su mujer, Nuria González, madre de los dos últimos, están obligados a entenderse. Propiedades, millones, dividendos y obras de arte se repartirán entre legítimas y libres designaciones fruto de una vida de esfuerzo, dedicación y éxitos empresariales.

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Siete hijos divididos en dos bandos

Alejado del foco público desde hace algo más de dos años, fue poco antes cuando decidió dejar todas sus empresas en manos de su hijo Juan Carlos (Tito), provocando una auténtica guerra en el seno de su hasta entonces plácida familia.

Fefé tuvo cuatro hijos junto a Victoria (Chiqui) de la Riva (Fernando, Borja, Íñigo y Bosco, fallecido en 2010 en un accidente de submarinismo); dos con Juana García-Courel (Sandra, DJ de profesión, y su heredero empresarial, Tito), y otros dos más fruto de su matrimonio de más de 20 años con Nuria González (Iván y Alma, aún menor de edad).

Fue en febrero de 2021 cuando todo comenzó a torcerse con estas palabras publicadas en el BORME: "Don Fernando ya no ostenta el cargo de presidente del Consejo, si bien ostenta el cargo de presidente honorífico del Grupo Tapias". Su sucesor a partir de ese momento sorprendió a todos. Lejos de ser el hijo mayor o al menos uno de ellos, toda la responsabilidad del grupo recayó sobre el quinto de los hijos del empresario, Juan Carlos. Hábil para los negocios, con espíritu emprendedor y heredero natural de la personalidad de su exitoso padre.

La noticia cayó como un jarro de agua fría entre los vástagos Fernández-Tapias de la Riva, que lejos de ser bendecidos con el esperado título de sucesor fueron además relegados de sus cargos de responsabilidad en las empresas familiares.

El proceso comenzó coincidiendo con un empeoramiento en la salud de Fernández Tapias dos años antes de la noticia que dividió a la familia en dos bandos. En 2019, Íñigo, el tercero de sus hijos, fue relegado de una de las sociedades principales de Tapias, Fernández Tapias Grupo de Sociedades e Inversiones.

Más tarde, los ‘perjudicados’ fueron Borja y Fernando, los mayores, cuando también les cesó de Fernández Tapias Grupo de Sociedades e Inversiones y de la Naviera F Tapias Galicia. En ese momento, Juan Carlos asumió el cargo de presidente y también se convirtió en administrador único de Fernández Tapias Desarrollos Empresariales, cesando del mismo cargo a su hijo Fernando.

La naviera, vendida a Teekay Corporation por más de 1.350 millones de euros en 2004 y que en la actualidad preside Tito, facturó en 2021 casi 4 millones de euros en ventas y acumula un activo total de más de 118 millones. Los otros dos holdings, F. Tapias Desarrollos Empresariales SL y F. Tapias Grupo de Sociedades e Inversiones SL, cuentan, según datos del Registro Mercantil consultados por Vanitatis, con 12 y 48 millones de euros respectivamente de activo total.

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Difícil reparto

Un gran patrimonio empresarial al que los hermanos apartados intentaron acceder de nuevo solicitando la incapacidad de su padre en los juzgados. En un bando, los solicitantes: Fernando, Borja, Íñigo y Sandra, hermanastra de estos y hermana carnal de Juan Carlos. En el otro, Iván, el pequeño de los varones Fernández-Tapias y su padre, que apoyado en el testimonio de su mujer y de sus íntimos amigos Florentino Pérez y Lalo Azcona, consiguió demostrar que se encontraba en plenitud de facultades para tomar sus propias decisiones tanto dentro como fuera de su emporio.

Tras esta ruptura, algunos de ellos optaron por tomar las riendas de sus carreras profesionales montando sus propias empresas. Su hija Sandra, de hecho, decidió profesionalizar una de sus grandes pasiones, la música y triunfa como DJ bajo el sobrenombre de La Santa.

Habrá que esperar a la lectura del testamento para saber qué parte de la enorme fortuna de su padre le corresponde a cada uno.

Su mansión y su barco

Más allá de su patrimonio empresarial, Fefé poseía la impresionante mansión construida en los años 80 en la madrileña urbanización de Puerta de Hierro, en la que vivió hasta el último día de su vida junto a su mujer, Nuria González. Resulta imposible cuantificar el patrimonio del empresario, quien a buen seguro contaba con una nutrida cartera de inversiones en bienes inmuebles, obras de arte y participaciones en otras empresas.

Lo que sí que no poseía ya es su famoso barco, Nufer (nombre que unía el suyo y el de su esposa, Nuria y Fernando), que le sirvió de residencia vacacional durante tantos años. Con 48 metros de eslora y unos acabados de auténtico lujo, acogió a la familia durante sus largos veranos surcando el Mediterráneo. Una suerte de hotel de cinco estrellas flotante del que disfrutaron empresarios, políticos y socialités en numerosas ocasiones y del que Fernández Tapias se deshizo hace años. Se lo vendió a Amancio Ortega y, aunque en un principio estuvo cerca de sustuirlo por uno nuevo llamado a ser “la joya de la corona de los barcos españoles de recreo”, la crisis de 2008 finalmente le dejó con la miel en los labios.

Desde entonces, abandonó la idea de comprar un Nufer II y cambió los largos veranos en alta mar por la comodidad y la intimidad de La Toja y su antojo de navegar en su barco propio por hacerlo en uno alquilado.