La vida en Madrid de Philippe Junot, instalado temporalmente en España

Philippe Junot (1940, París) se ha instalado durante un tiempo en Madrid en el domicilio de su hija Isabelle, casada con Álvaro Falcó, actual marqués de Cubas. La intención es pasar dos meses en la capital del reino y de paso estar presente en el bautizo de su primera nieta, que se celebrara próximamente.

Vivió en Madrid muchos años, donde tiene grandes amigos que son casi familia, como Cari Lapique y Carlos Goyanes. En su día mantuvo un despacho abierto en la inmobiliaria propiedad del matrimonio que ahora lleva con mucho éxito Carla Goyanes. Junot tenía sus clientes y en ocasiones colaboraba con promotores inmobiliarios de Francia y la Costa del Sol, especialmente de Marbella. En la ciudad malagueña ha seguido pasando parte del verano hasta hace muy poco.

Desde hace años, el hombre que puso patas arriba el Principado de Mónaco eligió un perfil bajo. El que fuera marido de Carolina decía de aquel tiempo pasado que “ni Rainiero ni Grace me quisieron nunca”. Una manera de justificar sus amoríos, pero también una realidad.

Fue uno de los seductores oficiales de los años 80 y 90 y ahora, a sus 83 años, es un hombre que disfruta de la tranquilidad que supone no ser ya personaje de primera fila. Fue uno de los grandes inversores estafados por Bernard Madoff y esa crisis económica le afectó profundamente. No solo en el aspecto estrictamente crematístico, sino en el personal. Sufrió un shock importante que derivó en un proceso complicado de salud. El tiempo lo cura todo menos los reveses emocionales, que cuesta más superar.

Cuidado en Cannes

A su edad ya no forma parte de la élite social parisina y eligió la ciudad de Cannes (Francia), de donde es parte de su familia paterna, para establecerse. Lleva una existencia de hombre jubilado muy alejada de las luces y brillos de antaño. Vive en un apartamento luminoso con vistas al mar y cuidado por su entorno más cercano, como son su hermana y su marido. Mantiene una excelente relación con su exmujer, Nina Wendelboe, madre de sus tres hijos mayores, Isabella, Victoria y Alexis. También con su última pareja, Helen Wendel, con la que tuvo a Chloe, ya mayor de edad, que estudia en Estados Unidos y a la que pudimos ver en la boda de Isabelle y Álvaro Falcó.

La última vez que tuvimos una imagen de Junot fue el 2 de abril de 2022 en la localidad de Plasencia, cuando ejerció de padrino de Isabelle. Le hizo abuelo tiempo después y la hija le homenajeó eligiendo el nombre de Philippa para la niña. Un regalo que le emocionó, como aseguran quienes les tratan habitualmente en España.

Si la estafa Madoff le afectó profundamente, la muerte de Marta Chávarri, el 21 de julio de 2023, mucho más. Recibió la impactante noticia de voz de Isabelle y aseguran que le costó reaccionar. Un año antes había vuelto a coincidir en una fecha importante como era la boda de sus respectivos hijos. El destino los unió veintiséis años después de lo que fue un romance estacional que duró cuatro meses.

Corría el verano de 1996. Finales de julio y con la desbandada de los personajes que ilustraban las revistas del corazón a sus destinos vacacionales. Abrían sus casas de Mallorca, Menorca, Costa Brava y, por supuesto, Marbella, y Madrid se quedaba vacía. Las revistas enviaban a sus redactores a las playas y los paparazzi desaparecían de la capital.

Romance fugaz

Decidieron cenar en un restaurante que no formaba parte del circuito de 'ver y dejarse ver'. Se trataba de Sacha, local pequeño en la calle Hurtado de Mendoza con una carta exquisita y un pequeño jardín donde se ubicaban las mesas y al que no se podía acceder salvo que fueras cliente. A Sacha solían acudir políticos y empresarios para reuniones secretas. Una de las noches hubo una filtración de una cena de esas características de Felipe González con comensales con los que no quería ser visto. Muy cerca estaba la redacción de la revista 'Tiempo' y un reportero que vio la seguridad en la calle esperó hasta que saliera el presidente González. Cuál no sería la sorpresa al ver que Marta y Junot salían de la mano y se besaban sin darse cuenta del ojo indiscreto que presenciaba la escena.

La desaparición de su consuegra y antigua amiga ha sido un golpe personal más que el parisino trata de curar pasando un tiempo con su familia en Madrid.