Tamara Falcó se autofelicita el cumpleaños con esta simpática foto sin dientes de su infancia

Este lunes, 20 de noviembre, la marquesa de Griñón cumple 42 años y, con la espontaneidad que la caracteriza y que le ha hecho ganarse el cariño del público, ha querido autofelicitarse en sus redes sociales por el día de su cumpleaños.

Con una divertida imagen inédita de su infancia, Tamara escribía: “Happy birthday to me” (feliz cumpleaños para mí), junto al emoticono de una tarta y una fotografía vestida del uniforme del colegio en la que podemos verla mellada, sin los dos dientes superiores.

Desconocemos la edad exacta que tenía en esta fotografía, pero sí reconocemos la ingenuidad y la alegría de la hija de Isabel Preysler, que además luce el pelo suelto, algo despeinado y con unas pinzas. Podría ser una fotografía de carné o una imagen de cuando se le cayeron los dientes tras volver del colegio para el recuerdo.

Pero no ha sido la única felicitación en su día, también han comentado esta publicación algunos rostros conocidos como su prima Isabelle Junot o Gonzalo Miró. Su marido, Íñigo Onieva, ha dedicado un storie de Instagram a felicitarla y, junto a una imagen de ambos morenos y con un mar paradisiaco de fondo, le escribía también en inglés: “Happy birthday my love” (felicidades, mi amor), junto al emoticono de un corazón y un fuego.

Este fin de semana hemos podido saber por sus redes sociales que ambos han disfrutado de una escapada a Gran Bretaña, donde han estado con algunos amigos cercanos antes de trasladarse a la costa de Devon a solas en esta celebración anticipada de cumpleaños. Un nuevo viaje que se suma a su peculiar vuelta al mundo y en el que han coincidido con algunos amigos íntimos como Luisa Bergel, Christian Flórez o Alejandra Onieva, cuñada de Tamara.

Han comido en restaurantes de lo más exclusivos, y su marido ya le sorprendía entonces con una tarta y una vela que soplaba mientras le cantaban el cumpleaños feliz. Tras pasear por Londres, decían adiós a los amigos y ponían rumbo a la campiña inglesa, en la que se instalaban en una tradicional casa de piedra con jardín, cubierto de hojas otoñales.