Osborne, Miguel Ángel Silvestre, Paloma Cuevas y más famosos se divierten con el Turronero

Las navidades empiezan en Ubrique con la gran fiesta solidaria que organiza todos los años José Luis López, el Turronero. El sábado es el día clave. El empresario y su fundación, López Mariscal, reúnen en una gran carpa a más dos mil personas entre las que se encuentran personajes famosos que viajan hasta la localidad en la Sierra de Grazalema.

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Paloma Barrientos

Acuden a la llamada del amigo y participan en todas las actividades festivas que organiza durante el fin de semana. Lo más importante de la agenda es el almuerzo del sábado.

Están convocados perfiles muy diversos. Desde los representantes de asociaciones vecinales y ONGs de la zona a pequeños empresarios pasando por trabajadores de las muchas fábricas de marroquinería que hay en Ubrique, personal de residencia de mayores y los propios mayores para los que esta reunión es uno de los principales atractivos de las Navidades. Por un lado, porque se convierte en un paseíllo de caras conocidas que nunca ponen ningún impedimento para fotografiarse e interactuar con el vecindario de Ubrique. Y por otro, porque se entregan cheques a varias asociaciones locales y del resto de España como son la Fundación Querer, que dirige la periodista Pilar Granja, Mensajeros de la Paz, del padre Ángel, o las de Isabel Gemio y Bertín Osborne. Todos ellos están presentes en la carpa del recinto ferial junto con otros personajes.

Entre los rostros conocidos se han encontrado este año los de Miguel Ángel Silvestre, Álex González, Susanna Griso, María Zurita, parte de la familia Janeiro, sin Jesulín y Campanario, Pepa Muñoz, Mila Nieto, Paula Echevarría con su marido y su hijo, Ortega Cano, también con su prole, Gloria Camila y el niño, el exministro Acebes, Albert Rivera, el expresidente de Cantabria Miguel Ángel Revilla, María José Santiago, los Gemelier, los periodistas Antonio Jiménez, Marisa González Casado, Nacho Abad, Pedrerol, Pepa Gea, Isabel González, Carlos Herrera, que la mañana anterior había hecho en directo su programa de COPE desde la fundación López Mariscal, y así un listado importante de famosos que posaron previo a la comida del sábado.

Entre los más animados de la zambombada, Joan Laporta, María José Santiago, Finito de Córdoba, la diseñadora de trajes de gitana Juana Martín y Juan José Padilla, que por la mañana se había marcado un baile en la casa de campo del anfitrión.

Paloma Cuevas llegó un poco antes de que comenzara el almuerzo. La relación con el Turronero viene de lejos. Además de amigos, forma parte del grupo que asesora empresarialmente a José Luis López. Además de su faceta como diseñadora con Rosa Clará, tiene un perfil profesional importante en el mundo de la economía y las finanzas.

No se esperaba la presencia de Francisco Rivera. La noche anterior se emitía su entrevista grabada en el programa 'De viernes' que ya ha dado base para comentarios e interpretaciones diversas: “Yo iré al plató la semana que viene en directo”. No adelantó más temas, pero sí que confirmó que Pantoja y Ernesto Neyra no saldrían bien parados. El hijo de Carmina Ordoñez sí acudió finalmente el evento.

Muchos de ellos habían llegado el viernes y esa noche ya se abrió el fin de semana festivo y solidario con una zambombada. Bertín Osborne, al que el Turronero considera como un hermano, presentó en directo un villancico que forma parte del nuevo álbum que saldrá al mercado en breve. El cantante se fotografió con todos los que se lo pidieron. En conversación con Vanitatis, quiso dejar claro que nunca se había escondido, como se había dicho, y que no entendía la presión mediática que se había ejercido sobre él. “La verdad es que no soy capaz de entender determinados ataques y cómo se ha querido utilizar mi nombre. Me parece todo desproporcionado. ¿Que salgo con mujeres? Pues sí. Lo que sería noticia es que fuera con el arzobispo de cualquier provincia de España. Me han querido utilizar y desde luego no tengo necesidad de que se coloque el foco sobre mí con temas personales que solo me atañen a mí”. De lo que si estaba feliz era de cómo sus hijas capean el temporal: “Son unas campeonas”. Y quiso agradecer a todas las personas que se habían interesado por la salud de su padre.

Por la noche, la fiesta más privada continuó en la finca con encendido de luces, flamenco y música en directo para bailar y cantar, como si fuera un karaoke, con los artistas. Al día siguiente, continuaron las actividades compartidas con la gente de Ubrique y los invitados. A las cinco de la tarde, un espectáculo divertido con la presentación de 'El sentido del humor: dos tontos y yo', con Florentino Fernández, Flo, José Mota y Santiago Segura.

Para los pequeños y adolescentes también hay su propia feria. La Fundación López Mariscal se encarga, como todos los años, de montar un parque de atracciones con entradas gratuitas que se han repartido en los cinco colegios públicos y el Sagrado Corazón más los tres institutos de Ubrique , guardería La Esperanza y en el programa ADVANCE.

José Luis López no forma parte del club del Ibex ni de la lista Forbes nacional, donde se encuentran los datos de los grandes empresarios de España. Tampoco es habitual que su nombre aparezca en titulares de medios económicos, y menos aún en los sociales. Si hubiera querido tener esa visibilidad, la tendría por derecho propio.

Es uno de los grandes empresarios de Andalucía. Compra y vende terrenos, edificios, naves y no se queda con nada. Se le conoce por su apodo más que por el nombre que aparece en el DNI. Es el Turronero, que le viene de sus padres, quienes vendían turrón por las ferias. Está muy orgulloso de ese apelativo "porque yo también fui feriante”.

Vive en Ubrique con su mujer, Carmen, sus hijos y nietos y resto de familia. Tres días por semana se traslada a Madrid para manejar sus muchos negocios. Ahí comienza la diferencia. No recibe en un despacho de cien metros cuadrados ni en la antesala hay un equipo de secretarias. José Luis López concierta sus citas de trabajo y se encuentra con sus posibles socios en un hotel, a la vista de todos.

Una vez al mes hace lo mismo través de la Fundación López Mariscal, que lleva su apellido y el de su mujer, con sede en Ubrique. Estos encuentros son diferentes a los de Madrid porque aquí la realidad es otra. Son ciudadanos del mismo pueblo o de la zona a quienes el empresario ayuda y estudia sus peticiones. Lo mismo puede ser la instalación de aire acondicionado en una escuela que sufragar una operación complicada fuera de España o pagar la estancia en el Reino Unido de jóvenes con pocos recursos para que aprendan inglés y adelantar los pagos de hipotecas. Todo es posible en el mundo solidario que ha creado a su alrededor y que sorprende a los que no lo conocen. Un filántropo que tiene su cuartel general y familiar en un pueblo de Cádiz de 17.000 habitantes.