Los pedregosos dos años de Ainhoa Armentia: de rubia anónima al divorcio de Urdangarin

Ha tardado, pero según ha podido saber Vanitatis esta semana a través de fuentes del entorno de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, el divorcio de ambos y el comunicado del mismo por fin se hará efectivo. Podría ver la luz en las próximas semanas, incluso días, y ha sido una de las grandes noticias de la semana.

Los exduques de Palma acordaron en verano todos los puntos que debían firmar para su separación definitiva, entre ellos el abandono del ámbito público de Iñaki Urdangarin, cuyo deseo es desaparecer del mapa mediático.

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Los últimos años no han sido fáciles para él, con su ingreso en prisión, su ruptura matrimonial y el inicio de una nueva relación. Demasiado tiempo en el centro de la noticia por motivos nada agradables. Con este comunicado se pondría fin a una etapa complicada y se abriría la puerta a una nueva vida y a un periodo de más normalidad y calma.

La primera persona en pronunciarse públicamente sobre este asunto del comunicado fue Antonia Acedo, la madre de la actual pareja de Iñaki, Ainhoa Armentia. Conversó con el periodista José Antonio Avilés para el programa 'Así es la vida' y aunque se mostró, como siempre ha hecho, prudente ante las preguntas sobre el divorcio de la infanta Cristina, los posibles planes de boda de su hija o sobre su relación con su yerno, su actitud fue relajada. De hecho, confesó estar “tranquila y feliz". Pero esa tranquilidad que ahora muestra no siempre existió.

La noticia del comunicado del divorcio llega justo dos años después de que Ainhoa Armentia pasara, de la noche a la mañana, del anonimato a ser la mujer más buscada por la prensa. Desde entonces, tanto ella como su familia han vivido veinticuatro meses en los que han existido muchos momentos de estrés, sobre todo al principio de su relación con Urdangarin.

Fue a mediados de enero de 2022 cuando la portada de la revista 'Lecturas' impactaba a todos con unas imágenes de Iñaki paseando por las playas de Bidart con una "misteriosa mujer rubia”.

La aparición de esas fotos fue el mazazo final para una infanta Cristina que apoyó a su marido en los momentos más duros desde aquella imputación, a finales de 2011, por la que Iñaki fue señalado por la sociedad y repudiado por la familia real.

El nombre de aquella “rubia” anónima tardó pocas horas en ser desvelado. 'El Correo' publicó, en exclusiva, la identidad de esta mujer que era una compañera de trabajo del bufete de abogados Imaz, donde trabaja el marido de la infanta Cristina en aquel momento.

Ainhoa Armentia se colocó, sin quererlo, en el centro del foco. Todo jugaba en su contra. Había iniciado una relación con un hombre cuya imagen pública estaba por los suelos y además ella parecía ser la causa de la ruptura matrimonial de un miembro de la familia más importante de España.

Sin estar acostumbrada a la presión mediática, soportó, de un día para otro, que en la puerta de la oficina en la que trabajaba se agolparan periodistas y reporteros o que estos interrogaran a vecinos y familiares en busca de información sobre ella. Era el momento más álgido del estallido de su romance y cualquiera en el lugar de Armentia hubiera entrado en pánico. Ella quizás lo hizo, pero no lo mostró. Supo torear el vendaval, en silencio pero sin perder las formas.

Ella e Iñaki decidieron seguir una dinámica: entrar y salir por separado de la oficina, para evitar la imagen de ambos juntos. Saludaban con amabilidad a la prensa, sonreían y callaban.

El nerviosismo en la pareja era notable. También en la madre de Ainhoa. Lejos de la tranquilidad que ha mostrado esta semana, por aquel entonces Antonia Acedo agachaba la cabeza y aceleraba el paso ante la presencia de paparazzi y reporteros. Su hija tuvo que rogar a los medios de comunicación que “por favor” respetaran “la intimidad de mi familia”.

Durante semanas, las especulaciones sobre la fugacidad de este romance o sobre una posible reconciliación entre la hija de don Juan Carlos y doña Sofía con Urdangarin resonaron mientras este último y Armentia continuaban su relación tratando de pasar lo más desapercibidos posible y evitando ser vistos juntos en público.

A todo esto se sumó el duro proceso de negociación entre la hermana de Felipe VI y su aún marido para firmar un acuerdo de divorcio.

La presión mediática, por un lado, y la presión por parte de la Casa Real, por otro, hicieron mella en Urdangarin. Tanto que en agosto de 2021 fue captado en un coche, junto a Armentia llorando a lágrima viva. Durante veinte minutos, el llanto del exduque no encontró consuelo. Fue la revista 'Diez Minutos' la que recogió esta sorprendente secuencia en su portada. Armentia se mostraba cariñosa con su pareja y trataba de tranquilizarlo. Los motivos de aquel llanto nunca se supieron, pero la estampa era la mejor prueba de que el romance entre Ainhoa e Iñaki no estaba siendo un camino de rosas.

Con el paso de los meses, las aguas se fueron calmando. Urdangarin y Armentia dejaron de esconderse. Siempre trataron de evitar la presencia de prensa, pero sus escapadas y paseos juntos comenzaron a ser más frecuentes. Así, en septiembre de 2022 fueron captados en un romántico viaje a Formentera, unas imágenes que publicó, en exclusiva, la revista 'Semana' y que demostraban que la pareja continuaba tan enamorada como el primer día.

El enfado inicial de la infanta Elena también menguó y tanto ella como Iñaki dieron alguna muestra de cordialidad, coincidiendo en alguna reunión familiar, sobre todo por el bien de sus hijos.

El 20 de noviembre de 2022, Ainhoa Armentia cumplió 44 años. El entorno de la pareja confesaba a este medio que Urdangarin estaba muy agradecido de que Ainhoa hubiera sacrificado tantas cosas por estar a su lado y que se hubiera mostrado siempre fuerte a su lado, a pesar de la presión mediática o de las tensiones con la infanta Elena. Comentaban que aquel cumpleaños iba a ser el momento elegido por Urdangarin para mostrarle a su pareja ese sentimiento de gratitud con un gran regalo. Pero un accidente truncó los planes de Iñaki. Tuvo que pasar por quirófano y someterse a una rehabilitación con fisioterapia durante 10 semanas.

No importó. Lo destacable entonces fue ese sentimiento de gratitud que demostraba, una vez más, que el camino había sido pedregoso para Armentia.

La paciencia de la joven se puso a prueba, de nuevo, en marzo de 2023, cuando los rumores de un posible embarazo comenzaron a resonar con insistencia. También los de una posible boda con Urdangarin.

Ainhoa, siempre discreta y amable, se mostraba saturada por la situación y protagonizaba un encontronazo con algunos reporteros: "Ya lo dije el otro día, no sé por qué seguís inventando e inventando. Todo mentiras. Ya está bien, ¿no? Ya está bien. Lo único que hacéis es mentir. No tengo nada más que decir. Que tengas buen día".

A pesar de la tensión provocada por este tipo de situaciones e incluso de algunas informaciones que apuntaban a que Urdangarin y Armentia pasaban por una crisis sentimental, en 2023 la pareja ha continuado afianzando su relación. En mayo, su entorno confirmaba a Vanitatis que Urdangarin estaba día y noche “pegado a Ainhoa” y que eran “como dos adolescentes”.

En junio fueron captados disfrutando juntos de una ruta ciclista en Asturias y este pasado mes de noviembre hacían lo mismo en bosque de Vitoria, esta vez en compañía del hijo mayor de Armentia (de 17 años). Con él y con el otro hijo menor, de 13 años, mantiene Iñaki una buena relación y las imágenes mostradas en ‘Lecturas’ demuestran que el exduque ya forma parte de su vida.

Ahora, con la inminente firma del divorcio, Urdangarin acaricia, al fin, esa nueva etapa de serenidad tras una tormenta en la que Ainhoa ha sido el mástil al que se ha agarrado con fuerza, parece que para no soltarlo más, como si hubiera hecho suyo ese verso de Gil de Biedma: “Que la vida iba en serio / Uno lo empieza a comprender más tarde”.