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La complicada sucesión en la presidencia del Real Club de Polo de Barcelona
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La complicada sucesión en la presidencia del Real Club de Polo de Barcelona

La aristocracia catalana alterna en este lugar histórico que ya no admite socios

Foto: Un caballo salta en el Real Club de Polo de Barcelona. (Getty)
Un caballo salta en el Real Club de Polo de Barcelona. (Getty)

En las últimas semanas, el Real Club de Polo de Barcelona se ha visto envuelto en una serie de polémicas relacionadas con las elecciones a presidente de la junta directiva, que finalmente se celebraron el pasado 17 de diciembre. Una fecha en la que todo socio que quisiera votar se tuvo que acercar hasta el club, situado entre los números 19 y 31 de la avenida Doctor Marañón de la Ciudad Condal, para emitir su voto de manera presencial.

placeholder Vista general del Real Club de Polo de Barcelona. (Cedida)
Vista general del Real Club de Polo de Barcelona. (Cedida)

Nuevo presidente

Desde mayo de 2010 no se habían celebrado elecciones, por lo que había máxima expectación. Los dos candidatos eran de sobra conocidos por los socios de este club vinculado a la burguesía catalana, pues formaban parte de la junta directiva con el ya saliente presidente Curro Espinós. El perfil más ‘revolucionario’ lo ofrecía Javier Moreno Meyerhoff, quien durante ocho años fue director corporativo de la oficina de Barcelona del bufete Clifford Chance. Pero finalmente se impuso su oponente, Pablo Sánchez Marquiegui, socio de la agencia Dinamarka y con unas ideas para el club más continuistas.

placeholder Pablo Sánchez nuevo presidente del Real Club de Polo de Barcelona. (Cedida)
Pablo Sánchez nuevo presidente del Real Club de Polo de Barcelona. (Cedida)

Curro Espinós dejaba su cargo por una promesa personal a su familia, no estar más de ocho años en el mismo. Él había llegado como sucesor de Eudaldo Bonet Ferrer (Grupo Freixenet), tras haber sido su vicepresidente segundo.

Un club olímpico vinculado a la burguesía catalana

El Real Club de Polo de Barcelona es un lugar estrechamente unido a la burguesía barcelonesa, un sitio de ocio donde dejarse ver y ser visto además de un buen espacio donde hacer contactos. Fue fundado en 1897 por un grupo de aficionados al polo encabezados por Enrique Ibarrola. Su objetivo era fomentar la práctica de este deporte y la afición a la hípica. En 1904 se añadió el tenis y tres años más tarde se comienza a desarrollar el hockey. No fue hasta los años 90 cuando se comenzó a practicar el pádel en sus instalaciones.

Un hito en su historia fue la celebración en sus instalaciones ecuestres de las pruebas de hípica durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Para ello se remodeló toda la parte de caballerizas con la ayuda de ciertos organismos públicos. Fue el único club privado que participó en la cita olímpica. En 1997 se le concedió la Real Orden al Mérito Deportivo por su valiosa aportación a la actividad deportiva nacional e internacional.

No admite socios

Actualmente no admite socios, por lo que si quiere entrar a formar parte de este exclusivo club debe apuntarse a una de las listas de espera existentes. Además, una vez le den luz verde, el cabeza de familia deberá desembolsar 35.000 euros por la inscripción, a no ser que sea familiar de socio; su cónyuge, 16.000 euros, los miembros más jóvenes 3.300 euros y los alevines 600 euros. Las cuotas mensuales para mayores de edad rondan los 140 euros, una cifra que se reduce si se trata de socios infantiles.

El hecho de tener cerradas las inscripciones se debe a las quejas por saturación de algunos miembros del Real Club de Polo, que afirman tener que esperar cola para el uso de algunas instalaciones deportivas y para el restaurante. Ante esas molestias, el presidente saliente manifestaba que no se trata de que exista mayor número de socios, pero por la pandemia han cambiado ciertos hábitos y las personas van más al club. “Desde septiembre, solo hijos de socios menores de 18 años pueden hacerse socios, el club está cerrado”. Lo que hay que hacer es aprender a gestionar el hecho de que las personas hagan más uso de las instalaciones, declaraba en la revista del Real Club de Polo de Barcelona.

Socios y visitantes ilustres

El rey Alfonso XIII, bisabuelo del rey Felipe VI, fue asiduo visitante a este club catalán. Célebre es la frase que pronunció cuando lo conoció: “El polo es un deporte de los reyes y el polo es el rey de los deportes”. Otros visitantes ilustres han sido Marta Ortega, presidenta de Inditex, Cayetano Martínez de Irujo, Jessica Springsteen, la amazona hija de Bruce Springsteen, o Sira Martínez Cullell, hija del entrenador de fútbol Luis Enrique. También la familia real española ha acudido a ver participar a la infanta Elena en algún concurso de saltos, entre ellos el rey Juan Carlos, la reina Sofía, la infanta Cristina, Victoria de Marichalar y su hermano Felipe.

placeholder La infanta Elena, a caballo. (EFE)
La infanta Elena, a caballo. (EFE)

Entre sus socios figuran las familias más importantes de la burguesía catalana. Apellidos relacionados con el mundo empresarial como Rodés, los farmacéuticos Uriach, Molins o García-Nieto. También los Suqué, considerados propietarios del juego catalán, los Güell, Puig, Marcilla, Bernat, Zegrí y así una interminable lista. Sol Daurell, la presidenta de Coca Cola Europacific Partners, tuvo allí la cuadra de caballos que compartió con su marido, Carles Vilarubí, al igual que el jinete brasileño Pedro Venis, quien estuvo casado con su sobrina Melisa Rotland Daurella.

Instalaciones con polémica presupuestaria

El Real Club de Polo de Barcelona ocupa 29 hectáreas en pleno corazón de la Ciudad Condal. Comprende cinco disciplinas deportivas: hípica, hockey, pádel polo y tenis más un centro deportivo con piscina cubierta y sala de fitness. También piscina exterior, squash, tres restaurantes y una cafetería, salones sociales, peluquerías tanto de hombre como de mujer, guardería, sala de juegos infantil y capilla. Las últimas obras, que han consistido en una gran tribuna para el polo, una sala polivalente y un edificio de 7.000 metros cuadrados, han levantado cierto resquemor entre algunos socios. El presupuesto inicial era de 6 millones de euros y el total ha supuesto más del doble, por lo que se ha tenido que pedir un crédito a CaixaBank.

Entre las competiciones más importantes celebradas en este Real Club de Polo de Barcelona destacan las hípicas. El polo y los concursos de salto internacionales como el Concurso Internacional Oficial de Barcelona (CSIO), que atrae cada año a los mejores jinetes y amazonas internacionales, o la Copa Longines.

placeholder Audiencia del rey Felipe VI, con la junta directiva del Real Club de Polo. (EFE)
Audiencia del rey Felipe VI, con la junta directiva del Real Club de Polo. (EFE)

El 14 de febrero, el rey Felipe VI recibió en el Palacio Real de El Pardo a una representación de la junta directiva del Real Club de Polo de Barcelona con motivo de su 125º aniversario el año pasado. Los representantes del RCPB entregaron al monarca una fotografía enmarcada de su bisabuelo, el rey Alfonso XIII, asiduo practicante de polo en las instalaciones del club a principios del pasado siglo. Un bonito recuerdo de un club que es pasado, presente y que mira hacia el futuro con nuevos proyectos.

En las últimas semanas, el Real Club de Polo de Barcelona se ha visto envuelto en una serie de polémicas relacionadas con las elecciones a presidente de la junta directiva, que finalmente se celebraron el pasado 17 de diciembre. Una fecha en la que todo socio que quisiera votar se tuvo que acercar hasta el club, situado entre los números 19 y 31 de la avenida Doctor Marañón de la Ciudad Condal, para emitir su voto de manera presencial.

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