Las tres bodas de María Jiménez y Pepe Sancho: un vestido de 350.000 pesetas, un paraíso en Costa Rica y un montaje en Nepal

A lo largo de las últimas décadas han sido muchas las parejas protagonistas de la crónica social española. Bien sea de carácter regio, como la historia de amor entre la reina Letizia y el rey Felipe, muy folclórica como la de Rocío Jurado y José Ortega Cano, o más inesperadas como los días de vino y rosas de Marta Chávarri y Philippe Junot; todas ellas acapararon grandes titulares.

Un listado en el que, especialmente si hablábamos de los años 80, no puede faltar el matrimonio formado por Pepe Sancho y María Jiménez. Una relación que surgió en plena ola de éxito del actor y la cantante y que terminó (en varias ocasiones) entre acusaciones de celos, infidelidades y maltrato.

Nos remontamos concretamente al año 1980, cuando la pareja se dijo 'sí, quiero' ante más de 3.500 invitados en Sevilla. Una boda en la que se unían dos de los personajes más famosos del momento. María Jiménez ya era una estrella de la música, de esa nueva generación de folclóricas modernas, y Pepe Sancho venía de arrasar con 'Curro Jiménez', protagonizada por Sancho Gracia.

"Fue un flechazo, pero después fueron veinte puñaladas", llegó a decir la cantante sobre cómo se enamoró del actor en 'Lazos de sangre'. Por su parte, Pepe Sancho hablaba de su entonces esposa como "una mujer diferente a las que había conocido hasta entonces".

Una boda que llegaba tras ocho meses de noviazgo, una hija por parte de María (Rocío) y un hijo por parte de Pepe Sancho (Javier). Se prometieron en el Florida Park de Madrid, cuando ella le preguntó si quería casarse durante los ensayos de uno de sus conciertos y se jugaron a cara o cruz dónde celebrar la boda. La duda era si en Valencia, tierra natal del actor, o en Sevilla, la ciudad de la cantante.

La suerte les llevó hasta la ciudad hispalense, donde una multitud salió a las calles para celebrar esta boda. De hecho, el coche que recogía a la novia en su casa llegó media hora más tarde de lo esperado porque no conseguía abrirse paso. Un enlace en el que hubo una ausencia, la del hijo del actor, Javier, de 7 años. "Es que yo no he podido ir a por él y Pilar (su madre, azafata del 'Un, dos, tres') no le ha traído", dijo entonces para 'Diez Minutos'.

Respecto a la boda, se dieron el 'sí, quiero' en la iglesia de Santa Ana, Sancho optó por un clásico chaqué en gris, mientras que la novia eligió un vestido con 45 metros tul y raso que ella misma definió como "de Sissí emperatriz" para la prensa de la época. Una creación valorada en 350.000 pesetas (2.100 euros de la época), aunque fue un regalo de María Godelia. Acompañando este vestido de novia, una mantilla blanca a modo de velo, un ramo de rosas rojas adornadas con un lazo dorado y una diadema trenzada con pequeñas perlas que le prestó la madrina de la boda, la duquesa de Sevilla, Beatriz de Borbón, a juego con su gargantilla y sus pendientes. El regalo de pedida que estaba valorado en más de un millón de pesetas (más de 6.000 euros).

Aunque el calor de Sevilla hizo de las suyas y se vio como el novio iba desprendiéndose del chaqué y la novia debía secarse el sudor. Tras la ceremonia religiosa pasaron a una fiesta donde María Jiménez cambió su traje nupcial por un segundo modelo de estilo rociero más cómodo para bailar.

"Yo me quería separar ese mismo día de él"

Aunque lo que debería haber sido un día de fiesta y felicidad era realmente un día de poca dicha. "Ese día el Estudiante (en referencia al mítico papel de Sancho en 'Curro Jiménez') me formó un escándalo, que yo me quería separar ese mismo día de él. Psicológicamente, me volvió loca ese día", confesó en el programa de TVE. Un matrimonio que dio la bienvenida a su segundo hijo en común, ya que Sancho adoptó a Rocío como su hija, en 1983.

De nuevo, un momento de alegría que no fue tal, puesto que un año después, en 1984, la pareja se separó. “Fue una boda condenada al fracaso, sin una fecha determinada. No pongo en duda que estaba enamorada. Lo que pasa, lo que pasó, es que María no es una mujer para estar casada, porque es muy cambiante en cortos espacios de tiempo. Eso, que puede ser excitante al principio, te puede hacer perder los tiempos más adelante. Para ella las cosas eran blancas en un momento y verdes en otros", fueron algunos de los titulares que dio a la prensa Pepe Sancho en esos meses. Asegurando que nunca le había pegado, aunque sí le había sido infiel.

Unidos por el dolor de su hija, Rocío

Sin embargo, la tragedia volvió a conducirles hacia su segunda boda. El 7 de enero de 1985 moría en un accidente de tráfico su hija Rocío, sumiendo a la expareja en un terrible dolor que les hizo unirse más. Así, poco a poco fueron retomando su relación, hasta que decidieron volver a contraer matrimonio por sorpresa. Aunque ya habían hablado de volver a formalizar su relación, un viaje lo cambió todo.

Pepe Sancho estaba rodando 'El Dorado', de Carlos Saura, en Costa Rica. Un enclave hasta el que viajaron María Jiménez y su hijo Alejandro, de entonces casi 4 años. Celebrando en el país caribeño su boda el 27 de febrero de 1987, tras un día de rodaje por parte de actor, y con el periodista Tico Medina y el fotógrafo Jesús Carrasco cubriendo la noticia en exclusiva para la revista '¡Hola!'.

De nuevo con el calor como protagonista, como ya había ocurrido en Sevilla, la portada de la mencionada revista nos brindó la oportunidad de ver a la pareja de lo más sonriente junto a su hijo Alejandro. Un Pepe Sancho con barba y una María Jiménez con un tocado dorado en el pelo y una blusa satinada con detalles de encaje que buscaban de nuevo un "felices para siempre".

Aunque en esta segunda ocasión tampoco fue. De nuevo, en una relación marcada por las infidelidades y el maltrato, según aseguraba María Jiménez en su libro 'Calla, canalla', el matrimonio no funcionó. "Ese señor me maltrataba. Me daba una paliza y me maltrataba psicológicamente. Después me decía: 'Vamos a casarnos otra vez'. Y yo, como una tonta, tras dos carantoñas, le creía", contó en 'Lazos de sangre'.

Así, se separaron una segunda vez, tras la que se cumplió el dicho de 'no hay dos sin tres'. Tras rumores de reconciliación y la sombra de buscar una exclusiva, en octubre de 1991 anunciaron su tercera boda. La prensa de la época, como recoge la hemeroteca de la Biblioteca Nacional, explica que María Jiménez y Pepe Sancho se encontraban disfrutando de unas vacaciones en Nepal.

Allí pudieron conocer al Dalái Lama, y decidieron volver a celebrar un enlace. "La boda y los motivos que me llevaron a ella no tienen importancia", diría la propia María Jiménez en su autobiografía, sin querer hablar mucho de ese enlace. Aunque, años después, aseguró en Telecinco que había sido organizada por Pepe Sancho para vender la exclusiva.

Una versión que Pepe Sancho matizaba: "En realidad, solo nos hemos casado dos veces. La tercera fue un engaño. Un periodista nos convenció para que hiciéramos unas fotos en el Tíbet y donar el dinero a Ayuda en Acción. Luego vendió el reportaje y se quedó con todo. El caso es que se nos propuso que nos casáramos y aceptamos", revelaba para 'Vanity Fair'.

Esta tercera boda 'falsa' sí sería la última para la pareja, formalizando su divorcio en 2002 e iniciando un cruce de acusaciones y denuncias tanto en los juzgados como en los platós de televisión. Tras su separación, Pepe Sancho se casaría en 2006 con la escritora Reyes Monforte, falleciendo en 2013. Por su parte, María Jiménez se convirtió en un estandarte en la denuncia contra la violencia de género, volcándose en su hijo Alejandro y sus dos nietos, falleciendo este septiembre de 2023.