Fabiola Martínez y el Turronero: su homenaje al humorista Arévalo

La noticia de la muerte del humorista Arévalo a los 76 años en su casa de Valencia ha conmocionado a los amigos, conocidos y ciudadanos. Una noticia impactante para muchos de los que compartieron con él la fiesta de Navidad organizada en Ubrique por José Luis López, el Turronero, a la que acudió Arévalo con su hija Nuria. Y sobre todo para el empresario, que al informarle de la tragedia no daba crédito.

"Ha sido una noticia que nunca me hubiera imaginado. Estuvimos hablando el 31 y el primer día del año. Teníamos una relación muy fuerte desde que nos conocimos, hace más de dieciséis años. Estoy muy triste. Era un hombre bueno que había pasado temporadas complicadas, pero con ese espíritu positivo con el que acompañaba su frase 'siempre sale el sol, aunque le cueste, a veces le cuesta demasiado'", nos dice.

Arévalo no tuvo una vida fácil. Si en el aspecto profesional su existencia era una noria con épocas en lo más alto y otras en la cola de salida, la afectiva fue más complicada, ya que el destino no le dio buenas cartas. Murió su mujer Elena, el amor de su vida, y tuvo que afrontar el fallecimiento de dos hijos. Uno, a los pocos meses de nacer; y otro, a los 27 años a causa de un infarto.

Quedaron Paco y Nuria, a la que con los años le detectaron un cáncer que superó totalmente. Una niña que se hacía querer y que era el ojito derecho de su padre. Fue un referente en la trayectoria de la evolución de bebés que nacen con síndrome de Williams y que los padres nunca escondieron. Desde muy pequeña lo acompañaba en sus giras. Arévalo estaba muy orgulloso de su hija, a la que dedicaba un tiempo y un amor que, como él decía, "es lo más importante y lo que no se compra con dinero".

José Luis López, el Turronero, está muy afectado por el fallecimiento de su amigo, al que en las ocasiones en los que la agenda profesional no daba los resultados adecuados, echaba una mano. Lo define como “un hombre bueno. Nos conocimos hace veinte años o quizá más. Nuestra relación comenzó por un tema profesional. Había organizado una cena de empresa y le contraté como humorista. Todo iba bien hasta que en un momento de la actuación se quedó bloqueado y no podía seguir".

"Empezamos a aplaudirle", continúa, "y al acabar me explicaba la situación difícil que vivía con su mujer enferma. A partir de ahí comenzó nuestra amistad, que ha continuado hasta ahora. Y si ha necesitado algo, pues para eso estábamos los amigos. La vida del artista es igual de complicada que la de cualquiera. Arévalo de puertas afuera sonreía, pero también tenía sus dramas. Lo que sí tenía muy claro era la dedicación a su hija y también a su nieta. Hace unos días me llamó para decirme que quería venir a Ubrique y le dije que cuando quisiera".

José Luis no quiere confirmar la información que el propio Arévalo daba de la ayuda que en momentos difíciles había recibido del empresario. "De eso no tengo nada que decir. Los amigos estamos para pasarlo bien, pero sobre todo para arrimar el hombro cuando a algunos de nosotros la vida no nos sonríe".

La biografía profesional del humorista es larga y extensa. Trabajó con directores como Sáenz de Heredia y Ozores. Compartió cartel y programas con Fernando Fernán-Gómez, Concha Velasco, Ana Belén o Paco Rabal y participó en series y espacios televisivos durante más de cuarenta años.

Con Bertín Osborne mantuvo una relación especial. Además del tema laboral, eran más que colegas profesionales. Arévalo era parte importante en las reuniones festivas que Bertín organizaba en su finca sevillana. El humorista acudía siempre con su hija Nuria, que era una de las grandes admiradoras del cantante. Más de una vez formaban dúos de los temas más clásicos de Bertín. En el multitudinario cumpleaños del Turronero en julio pasado en Sevilla, el cantante le dedicó varias canciones a la hija de su amigo.

El artista recibió la noticia en su finca de Sevilla. Y le fue difícil procesar la información que le facilitaban sus amigos. Una vez repuesto, se puso en contacto con la familia y se puso a disposición de todos ellos. “Lo que os haga falta y pueda echar una mano, aquí estoy”, dijo muy emocionado ante la tragedia que nadie se esperaba.

Fabiola Martínez no daba crédito a la información que recibía. “Estoy en shock. En el cumpleaños de José Luis (el Turronero), se sentó con nosotros y lo pasamos muy bien. Conmigo siempre fue muy cariñoso, igual que lo era Nuria. Ella estaba muy unida a su padre. Nos teníamos mucho afecto. Casi todos los días me enviaba un mensaje. Lo voy a echar mucho de menos. Una pena. Tuvo una vida muy difícil", nos dice la venezolana.