La carta a los Reyes Magos de Sonsoles Ónega: "Este año me he portado muy bien"

La periodista Sonsoles Ónega, flamante ganadora del último Premio Planeta con su novela 'Las hijas de la criada', desata su corazón a Sus Majestades de Oriente y le pone un guiño de fantasía a los regalos que querría encontrarse la mañana del 6 de enero. Porque Melchor, Gaspar y Baltasar solo pasan una vez año y hay que pensar muy bien la lista de deseos.

Queridos Reyes Magos,

Este año me he portado muy bien. O razonablemente bien. A saber: fui a votar el 23 de julio -cosa que no hicieron once millones de españoles y ahora andan quejándose-, he pagado mis impuestos y, hasta donde sé, no he faltado a nadie. Eso sí: me he mordido la lengua más veces de las que habría querido.

Pero como ha sido un año fabuloso, ¡obren el milagro para los demás!

A vuela pluma, se me ocurre:

Para el PSOE. Una nueva sede. Para despistar.

Para el PP. Una brújula.

Para Vox. Un 'manifestódromo'.

Para Sumar: Una calculadora.

Para Podemos: Una razón para seguir.

Para Pedro Sánchez: Inspiración para Irene Lozano.

Para Núñez Feijóo: Otro debate a cuatro.

Para Yolanda Díaz: Una plancha nueva.

Para Isabel Díaz Ayuso: Una frutería.

Para Puigdemont: Una maleta grande.

Para los jueces del Tribunal Supremo: Huevos.

Para los del Constitucional: Más huevos.

Para el Girona Fútbol Club: Que podamos ver una Princesa en sus gradas.

Para mi compañera Lorena Vázquez: Un novio.

Para Nacho Gay: Vitamina B12.

Para Bertín Osborne: Unos gemelos.

Para el país: Una rebaja del IVA de los libros para que leer cueste menos que beber vodka.

Para los currantes: Una reducción de impuestos a las rentas del trabajo. Es decir, menos mordida al sudor de la frente. Y más a las rentas del capital. Lean: patrimoniales o especuladoras.

Para las Comunidades Autónomas: Un sistema de petición de citas médicas que funcione y no vuelva loco al paciente.

Para los enfermos de los hospitales: Salud. Y tele gratis. ¡Que ya está bien, hombre!

Para la industria farmacéutica (no tengo claro el destinatario): Compromiso para que investiguen una cura para la diabetes. Hay 537 millones de diabéticos en el mundo. Ya va siendo hora.

Y a la industria alimentaria díganles que dejen de hacerse los locos, como en su día hicieron los fabricantes de tabaco, y empiecen a reconocer que la mala alimentación provoca enfermedades crónicas. Es una pena que el ministerio de Alberto Garzón se extinguiera sin pena ni gloria.

Y ya, por último, voy a pedirles para mí. Bueno, para mi equipo que se lo curra cada día: ¡Virgencita, que nos quedemos como estamos! ¡Ah! Y si alguien les ha pedido el último Premio Planeta… den las gracias en mi nombre. Nunca soñé con tanto.