Míchel González despide a su suegra, tras su muerte, con este emotivo mensaje

El exfutbolista compartía una imagen junto a María, la madre de su mujer, Mercedes Morales Luengo, en la que escribía: “No te he podido decir adiós y tampoco te lo digo porque para mí nunca te irás. Estás en mi vida”.

Una preciosa despedida que continuaba muy emocionado: “Mientras lleno el teclado de lágrimas de amor y agradecimiento, me reconforto con tu generosidad, carácter optimista, tu fuerza vital y tu ser como mujer. Indomable”.

Aseguraba además: “No estuve en tu vientre 9 meses, pero han sido 47 años a tu lado sintiéndome tu hijo querido. Me dejas mucha huella y a tu hija, que es digna de ti”. Terminaba su despedida escribiendo: “María: ¿¿¿quién me va a decir ahora guapo???”, para finalizar con un “te quiero eternamente”.

Un precioso mensaje con el que Míchel deja ver la buenísima relación que ha mantenido con su suegra durante estos 47 años, desde que conoció a su mujer a los 13 años. Ahora, a sus 60 años, el entrenador de fútbol y exfutbolista ya es abuelo de tres nietos junto a Merche, con la que lleva toda la vida.

Ambos se casaban en 1986 tras varios años de novios, uno de los matrimonios más estables en el mundo del fútbol y que tienen dos hijos en común, Adrián y Álvaro. Por los largos años de relación con María, Míchel se ha sentido muy afectado con su pérdida, recibiendo las condolencias de numerosos amigos y seguidores, que también enviaban un beso a su esposa.

Fue precisamente hace tres años, también en el mes de enero, cuando Miguel González despedía a su madre, a los 90 años, en la misma red social. Entonces también compartía con sus seguidores un emotivo mensaje para despedir a su progenitora y enfatizaba lo que había aprendido de ella. Escribía entonces que con “casi 91 años de vida y, sin embargo, entre varias lecciones me deja una inolvidable: con 85 años y quedándose sola se hizo una mujer nueva, activa y moderna”. Tenía que decir entonces adiós a su madre y lo hacía “con una sonrisa y con su meta hecha lema: solo se vive una vez. No lo dejes escapar”.