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Marcos Güell, el hijo fotógrafo del conde de Güell: "Colgué la escopeta por la cámara"
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ENTREVISTA

Marcos Güell, el hijo fotógrafo del conde de Güell: "Colgué la escopeta por la cámara"

El próximo 25 de abril inaugurará su primera exposición en Madrid. Descubrió su potencial como fotógrafo mientras cazaba patos y colgó su escopeta para fotografiar naturaleza y escenas de la vida cotidiana con arte y personalidad

Foto: Marcos Güell. (Cortesía)
Marcos Güell. (Cortesía)

Marcos Güell es un hombre atractivo que todavía no ha cumplido los cincuenta. Tiene cierto parecido con el actor hollywoodiense Ben Stiller, aunque cuando se lo comento suelta una sonora carcajada. Llega a la entrevista subido a una bici eléctrica de diseño e impecablemente vestido.

Su familia, además de pertenecer a la aristocracia, se compone de grandes propietarios de fincas de recreo en España. Un hecho que ha motivado que Marcos prácticamente se criara en el campo y que más tarde despertara en él su pasión por la fotografía. Su padre, Juan Güell y Martos, conde de Güell, es uno de los mejores amigos del rey Juan Carlos desde que estudiaran juntos en el Palacio de Miramar de San Sebastián.

placeholder Marcos Güell. (Cortesía)
Marcos Güell. (Cortesía)

Marcos estudió Empresariales en España y más tarde dos MBA, en la American Intercontinental University (Londres) y en Les Roches (Suiza). Durante un tiempo fue aficionado a la caza, pero desde que descubrió la fotografía ha cambiado la escopeta por las cámaras. Hace clic a todo aquello que le conmueve: escenas de ciudad, campo o animales, que luego, con su toque especial en la edición, termina convirtiendo en arte. Un arte que ahora va a poner a la vista y al alcance del público con su primera exposición en Madrid.

¿Cómo empezó tu aventura con la fotografía?

Todo empezó en el campo. Recuerdo que estaba cazando patos salvajes en una laguna y hacía muchísimo frío. Era la época del boom de los iPhones y yo tenía el 4. Muerto de frío, empecé a hacer fotos sin ver ni siquiera el resultado. No maté ni un pato, pero cuando llegué a casa me sorprendí mucho con el resultado, eran fotos muy bonitas y de ahí surgió mi afición. Comencé a hacer fotos a piedras, animales, escenas campestres… Me di cuenta de que todo el mundo tiene potencial para algo y fue como descubrir el mío. Fue como un resurgir en mi vida.

Se podría decir que ese momento te cambió la vida… Además, colgaste la escopeta por la cámara de fotos.

¡Totalmente! (exclama con pasión). Yo cazaba porque venía implícito en mi chasis (ríe). El hijo del conde de Güell, nieto del conde de Ruiseñada, fincas, caza… Pero algo dentro de mí me hacía sentir pena por los animales. Los mataba por inercia, pero ahora disfruto mucho más observándolos y fotografiándolos. La cámara de fotos hizo que prescindiera de mis rifles y escopetas, pero también cambió mi forma de ser, mi manera de pensar y mi forma de vivir.

placeholder Fotografía de Marcos Güell. (Cortesía)
Fotografía de Marcos Güell. (Cortesía)

¿Y qué opina tu familia cuando les dices que no vas a volver a pegar un tiro y que prefieres hacer fotos?

Están fascinados con mi trabajo. Lo expresan en mayor o menor medida por sus personalidades, pero les encanta que la gente les diga que mis fotografías gustan.

La familia Güell siempre ha tenido una relación estrecha con el arte. Tu tatarabuelo fue mecenas de Gaudí, la familia de tu madre es propietaria de una importante colección de arte... ¿Crees que haber crecido en cierto ambiente artístico te ha podido influir en el desarrollo de tu carrera?

Mi tatarabuelo paterno, Eusebi Güell, era empresario, aunque tenía muy buen ojo para el arte. No cabe duda porque se fijó en Gaudí. Y es cierto que mi familia materna ha sido propietaria de una importante colección de arte, pero soy el único desde hace generaciones artista en sí.

Y hablando de tu familia, tu padre Juan Güell y Martos, quien fue compañero del rey Juan Carlos y posteriormente amigo y compañero de caza, ¿te ha comentado cómo ve la situación actual del monarca?

No me ha comentado nada, pero imagino que verá el país como está, muy mal. Con mucha doble cara.

placeholder Fotografía de Marcos Güell. (Cortesía)
Fotografía de Marcos Güell. (Cortesía)

¿Se puede vivir hoy en día de ser fotógrafo?

Hoy la mayor dificultad de ser fotógrafo es ser visible. Antes las redes sociales ayudaban más, pero debido al famoso algoritmo, todo ha cambiado. Por eso he decidido hacer mi primera exposición en Madrid. Quiero compartir con la gente la belleza que hay en el mundo. Será el 25 de abril.

¿Es difícil poner precio a una fotografía, Marcos?

No soy una persona ambiciosa económicamente. Pienso más en el impacto que la fotografía va a causar en la gente que en su precio. Me gusta pensar que voy a hacer feliz a la gente y si de paso me llevo dinero, pues mejor, pero mi objetivo no es ese. Tengo la suerte de que cuando voy a hacer una fotografía, se me pone la piel de gallina, me tiembla el pulso… Hago clic y soy feliz, eso no tiene precio.

¿Cuál es tu fotografía favorita de todas las que has hecho?

Una de un arroyo, porque me hizo darme cuenta de mi potencial. Es en Marbella, pasé caminando y vi que todo estaba desierto, eran piedras y agua, no había nada de vegetación. Y de repente, aparecieron tres hojitas de distinto color en medio de la nada. Por la noche la edité y el resultado me fascina.

placeholder Fotografía de Marcos Güell. (Cortesía)
Fotografía de Marcos Güell. (Cortesía)

Como fotógrafo, ¿cómo te definirías?

Soy completamente autodidacta. Tiro a la basura hasta las instrucciones de las cámaras de fotos (admite riendo). Lo importante en la fotografía es el ojo y la luz. Creo que soy muy humano y empático con la naturaleza y los seres vivos, especialmente con los animales. Intento estudiarlos mucho, soy una persona muy paciente, algo que en esta profesión es primordial, espero con paciencia a que venga el animal el tiempo que haga falta y si no, vuelvo las veces que haga falta hasta que consigo la foto que quiero.

¿Cuál es tu mayor inspiración?

La calle y las escenas cotidianas. Por poner un ejemplo, una señora cogiendo de la mano a su marido mientras salen juntos de un centro médico me inspira la foto de esas dos manos entrelazadas. Y la naturaleza, por supuesto.

Vas alcanzando cierto éxito con seguidores que te pedían que hicieras esta primera exposición, que alaban tus fotografías… ¿A quién le dedicarías todo ello?

A mi padre y a mi madre. Y aunque suene contradictorio, a la gente que no ha creído en mí.

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Fotografía de Marcos Güell. (Cortesía)

¿Cómo te ves en el futuro?

Viviendo una segunda juventud (risas). Tengo muy buen feeling con poderme dedicar plenamente al mundo de la fotografía. Ya no son castillos en el aire, hay algo más tangible.

Marcos Güell es un hombre atractivo que todavía no ha cumplido los cincuenta. Tiene cierto parecido con el actor hollywoodiense Ben Stiller, aunque cuando se lo comento suelta una sonora carcajada. Llega a la entrevista subido a una bici eléctrica de diseño e impecablemente vestido.

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