Miguel Bosé habla de su identidad sexual y de sus hijos: "Son mi prioridad más absoluta"

Miguel Bosé no es un personaje que sea fácil de entrevistar. Hace años, sí le gustaba dar titulares llamativos y polémicos. Lo hizo en tiempos de confinamiento y de pandemia. Aparecía en sus redes sociales con sus monólogos y voz cavernosa. Lo mismo recibía críticas furibundas por sus comentarios que lo contrario.

No daba entrevistas ni respondía a los cuestionarios que le enviaban los periodistas. Así estuvo hasta que, a través de su documental y su libro de memorias, 'El hijo del Capitán Trueno', volvió a presentarse mostrando y controlando. Pasó un tiempo en Madrid y volvió a México, donde vive con sus dos hijos.

En uno de estos viajes ha querido compartir las tres décadas de la revista 'Shangay'. Un cumpleaños en el que ha querido participar con una entrevista concedida al periodista Nacho Fresno. En este encuentro, Miguel Bosé habla de todo y por su orden. Y cuestiona lo que le parece censurable frente a las voces únicas que le han criticado al considerar que no hablaba claro de su sexualidad, como él mismo explica en la entrevista. Asegura que si lo revelas, malo, y si lo obvias, también.

“Y te dicen ¿por qué lo hiciste o por qué no lo hiciste antes? Hubieses ayudado a mucha gente… Cada uno que se masque su chicle, porque yo bastante tenía con el mío. Y no creo que esas cosas puedan guiar o ayudar a determinada gente. Uno se siente cómodo o no se siente cómodo, y tiene el derecho de decirlo o no. Ver cuándo lo dice, cómo lo dice. Muchas veces yo creo que mucha gente que hubiese estado predispuesta a declararse antes de lo que lo hizo no lo hizo precisamente porque había una presión de la comunidad, del colectivo, muy mal llevadera. Uno se sentía a veces ahogado”. Añade que lo importante es la actitud, que conlleva discreción...

“Es la que más respeta la gente que en principio no respeta a esta comunidad. El explayarse con descaro, con violencia o con imposición, yo creo que hubiera hecho mucho daño. La gente que lo ha hecho de forma discreta –y yo lo llevo de forma discreta– en paralelo a su vida normal, con naturalidad y con elegancia, creo que ha hecho muchísimo más que nadie”, asegura.

Cuenta de sus hijos que se han acomodado muy bien después de vivir su primera infancia en Madrid. Afirma que es un país maravilloso y que los dos niños son los que mandan en su existencia. “Son mi prioridad más absoluta. Tienen sus amigos, su vida. Cuando lleguen al final de sus estudios, ya veremos", cuenta sin aclarar si él volvería a instalarse en España, donde están sus hermanas, Lucía y Paola.

La ley y sus pequeños

Hay que recordar que fue precisamente en la revista 'Shangay' donde Miguel Bosé apareció con los hijos. Nacho Palau era aún su pareja y compartían un proyecto de vida en común. Después llegó la separación y la demanda para que la ley considerara a los pequeños hermanos legalmente. “Lo hice, además, porque lo quería hacer, y quería que fuera en una revista gratuita, una revista que no compraba exclusivas, que no podía pagarlas. Como corrían muchos rumores de que yo iba a dar una exclusiva millonaria por la información, pues la di a una revista que es amiga, con la que me apetecía anular todo rumor de que había dinero por detrás”.

Bosé felicita estos treinta años de la revista y destaca que “nadie apostaba por este formato, esta fórmula de revista, de publicación, tan necesaria, tan limpia, tan honesta. Así que ¡enhorabuena!".

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Raquel Pérez

Miguel Bosé también ha querido dejar claro su activismo ante el VIH y confirma a Fresno que lo hizo porque había que contar la verdad: “Vi la postura que tenía la sociedad ante la enfermedad, que en aquella época era mucho peor, porque no era un síntoma, no era un diagnóstico: se convirtió en una acusación. Se señalaba a la gente que tenía sida, porque, de paso, se le podía llamar libertino, maricón, drogadicto. La sociedad, los medios de comunicación y los gobiernos hicieron mucho daño en ese sentido, porque no lo explicaron en el momento como una enfermedad que tocaba a cualquiera”.

El hecho de ser un personaje con una vertiente pública importante hizo que sus declaraciones fuesen un altavoz inmenso. “Para mí lo importante era que la gente supiera qué era la enfermedad, investigase, preguntase, la conociese… y se le quitase el miedo”. Añade que estaba también otra vertiente para “captar fondos para una posible vacuna que tristemente –y esto lo descubrí tarde, doce años después– no había ninguna intención en encontrar. Como no la hay todavía hoy. Porque los retrovirales y el resto de las curas mantienen la cronicidad, que es el negocio interesante para las farmacéuticas. No lo es que estés sano, no lo es que estés muerto, pues son dos momentos que no son rentables. Te quieren enfermo y, si es posible, crónico. A partir de ese momento, abandoné el proyecto porque vi que no había ninguna intención en encontrar una vacuna. No la hay. Es triste, pero es así”.

En el tema de las vacunas fue también muy criticado por sus opiniones con respecto al covid y declara a 'Shangay' que “todas esas cosas que se levantaron de forma totalitaria, porque no se permitió decir a un ciudadano que no creía en la vacuna y que no se la iba a poner. Cuando, hasta el día anterior, todo se había hecho de forma libre. Fue un momento duro, pero la gente al final se dio cuenta de la gran farsa. La gente ya no cae”. Y también ha respondido a la pregunta sobre la lucha para romper con los géneros: “Peligroso, muy peligroso. Falta mucha información, falta mucha educación y existe mucha manipulación. Entonces, biología en las escuelas, sí; ideología, no”.

Y confirma su espléndido estado personal y profesional: “Para mí ha sido fantástico, porque ha sido una vuelta a la actividad, una vuelta al trabajo, una vuelta a España, con mucha presencia aquí. Ha sido una buena añada, y espero que el año que viene sea mejor".