Genoveva Casanova se planteó demandar por chantaje días antes de la publicación de las fotografías con Federico de Dinamarca
La mexicana recibió una llamada en la que fue informada del contenido del reportaje y de su valor en el mercado. Una conversación que pudo desembocar en consecuencias legales y que trasladó al propio Federico de Dinamarca
El pasado 8 de noviembre, la revista ‘Lecturas’ paralizó la actualidad con la publicación de las fotos de Genoveva Casanova y el por entonces príncipe (ahora rey) Federico de Dinamarca paseando en actitud cómplice por las calles de Madrid.
Unas instantáneas cuya existencia adelantó Vanitatis y que hoy están más de actualidad que nunca tras las últimas revelaciones al respecto. Y no, no nos referimos a las acciones legales que Cayetano Martínez de Irujo anunció que su familia tomaría tras el daño hecho a su exmujer y sus hijos, de los que dijo que “están sufriendo mucho”, sino a la llamada que alguien realizó a Genoveva días antes de la publicación para avisarla de la existencia de dichas imágenes y que podría haber terminado en demanda.
Tal y como aseguran fuentes del entorno cercano a la mexicana a Vanitatis, más de una semana antes de la publicación de la revista, ajena por completo a que sus planes con el actual rey de Dinamarca estaban siendo pormenorizadamente documentados por un equipo de fotógrafos, recibió una llamada para advertirla de que dichas instantáneas estaban en poder de una agencia española. Así nos lo trasladan hasta cinco personas diferentes consultadas por Vanitatis del círculo de confianza de la excondesa consorte de Salvatierra con las que contactó poco después de esta conversación.
Una vez recibió dicha información, muy nerviosa por la repercusión y las consecuencias derivadas de la misma, pidió una valoración económica del reportaje. Las fotos se cifraron en alrededor de 200.000 euros, no solo por el interés mediático que iba a suscitar en nuestro país, sino también por la repercusión internacional que cabría esperar de un reportaje con estas características.
Tanto la prensa danesa, por su conocido acompañante, como la australiana, seguidora de las andanzas de su compatriota Mary de Dinamarca, podrían mostrar interés por ellas. Los tabloides británicos, que nunca rechazan un escándalo, y las revistas españolas componían un póker difícil de asimilar para Genoveva. “Estaba desencajada”, continúan las fuentes consultadas.
La respuesta de Federico
También se puso en contacto con su amigo Federico, tal y como confirman estas personas a Vanitatis. Tras informarle del contenido de la llamada, del carácter del reportaje que pronto vería la luz y del precio de las imágenes, él se puso de perfil.
El motivo, según les especificó Genoveva más tarde, fue que, según la opinión del monarca danés, las consecuencias de comprar esas fotografías y de que se filtrase esa retirada del mercado con dinero de Federico era un escándalo mucho mayor que el de la publicación de unas fotos en las que se veía a dos amigos disfrutando del ocio en Madrid.
Asustada por una situación que en un primer momento “la dejó descolocada”, llamó a personas de su entorno más íntimo (amigos y familiares) para intentar encontrar una solución urgente. De hecho, llegó incluso a consultarles si debía o no llamar a su abogado para interponer acciones legales. Una idea que rápidamente desecha tras entender la naturaleza de la llamada, más informativa que otra cosa: “Genoveva entendió esta transacción tan habitual como un chantaje. Una idea que rápidamente le quitamos de la cabeza. Se asustó mucho y en un primer momento no supo cómo actuar”.
Luis Pliego, director de la revista ‘Lecturas’, confirmaba este miércoles en ‘Espejo público’ que compró las fotos el 30 de octubre. Si se hicieron entre el 25 y el 26 de octubre, habría un margen de cuatro días para que se hiciera la famosa llamada. Unos tiempos que cuadran a la perfección con el relato de los familiares y amigos al que ha tenido acceso este digital.
Plan de huida
Conocedora de que la situación se le iba a complicar públicamente, fue entonces cuando comenzó a trazar el plan de salida de Madrid para evitar a toda costa el acoso mediático resultante de la publicación de las famosas fotografías, que, efectivamente, han dado la vuelta al mundo tal y como le anunciaron.
Fue entonces cuando, unos días antes de la publicación y avisada de nuevo, ahora sí, de la fecha en la que verían la luz, puso rumbo al palacio de Arbaizenea, propiedad de Cayetano Martínez de Irujo, donde permaneció unos días aislada.
Desde entonces y hasta hoy, el paradero de la que fuera la nuera favorita de la duquesa de Alba ha sido una incógnita constante. Desde su nuevo refugio planea, tal y como confirmó este martes su exmarido, que ahora sí que tomará acciones legales contra todos aquellos que continúen emitiendo noticias falsas e injuriosas sobre ella.
El pasado 8 de noviembre, la revista ‘Lecturas’ paralizó la actualidad con la publicación de las fotos de Genoveva Casanova y el por entonces príncipe (ahora rey) Federico de Dinamarca paseando en actitud cómplice por las calles de Madrid.
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