Así ha vivido Joana Sanz el juicio de Dani Alves: de su conversación con la madre del futbolista a su actitud en la sala

Están siendo días muy complicados para todas las partes implicadas en el caso Alves. El futbolista, que lleva un año en prisión preventiva, tras ser acusado de un supuesto abuso sexual en la discoteca Sutton de Barcelona, el día 30 de diciembre de 2022, ha salido por primera vez de la cárcel Brians 2 para ser procesado por la justicia española en la Audiencia Provincial de Barcelona.

El testimonio de decenas de personas, las sesiones interminables de varias horas de duración y la declaración final del acusado han protagonizado tres jornadas de un alto nivel de intensidad. Sin embargo, dentro de esta compleja situación, el deportista también ha tenido espacio para el respiro.

El exfutbolista ha sufrido una notable evolución en su actitud y lenguaje corporal a lo largo de los tres días de sesiones. Durante la primera jornada apareció cabizbajo y con gesto compungido, enfundado en un look de camisa blanca, vaqueros y chaqueta negra. Ante el encuentro con su familia, su reacción fue prácticamente nula. Intentó evitar cualquier tipo de contacto para, así nos lo aseguran, evitarles más sufrimiento. Motivo por el que no ha querido que estén presentes dentro de la sala durante las declaraciones de estos días.

El segundo día siguió con esa actitud apática, pero su rostro ya no mostraba enfado. Al contrario, al ver la presencia de Joana Sanz en la sala de espera, la miró fijamente y le sonrió. Alves lucía un look más informal, con un pantalón tipo chino, un jersey y, por sorpresa, unas gafas de ver. Pero, nuevamente, fue inevitable que su madre rompiera a llorar; una vez más.

Sanz, que ha viajado desde fuera de España expresamente para asistir al juicio del que todavía es su marido a efectos legales, se personó en la Audiencia Provincial de Barcelona acompañada por varios escoltas pasados unos minutos de las 15 h y ante un gran revuelo de los fotógrafos allí presentes.

Nada más llegar accedió a la sala, en la que se encontraban a la espera de declarar tres amigos de Dani Alves: el director de la discoteca Sutton Barcelona, tres empleados de la discoteca, trece Mossos y, nuevamente, la familia del que fuese su pareja. Su primera reacción fue ir a hablar directamente con Lucía, madre del exfutbolista, quien se encontraba justo en ese momento rota de dolor.

La canaria vivió las horas previas a dicha citación con máxima tranquilidad y con un claro objetivo: contar su verdad; es decir, lo poco que vio la noche de los hechos cuando el brasileño llegó a casa. A medida que avanzaban las horas y los testigos entraban a la sala, dicha actitud desapareció y el nerviosismo hizo acto de presencia en ella.

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Ahora, finalizado el caso, solo falta esperar que la justicia dicte sentencia. Joana Sanz, tal y como aseguran fuentes solventes a Vanitatis, volverá a tomar un avión para abandonar la presión del foco mediático.

La presencia de su familia

Por sorpresa, su familia, más concretamente, su madre Lucía y su hermano Junior, han acudido a la sede de la Ciudad Condal a pesar de no estar citados. Además, lo han hecho acompañados de dos abogados contratados por la familia materna.

Precisamente, sus allegados en conversaciones con Vanitatis nos desvelan que han viajado expresamente desde Brasil para poder ver a Dani y darle un abrazo; hecho que llevan mucho tiempo sin poder hacer y que tampoco ha sido posible en esta ocasión. Aun así, sí han logrado cruzarse e intercambiar algunas palabras muy breves durante el trayecto que Alves ha hecho diariamente, esposado y escoltado por policía, por las instalaciones de la Audiencia Provincial de Barcelona al entrar y salir de la sala judicial para dirigirse al calabozo.

En la tercera y última jornada, el acusado se ha dejado ver con una sonrisa frente a los periodistas presentes en el pasillo central de las instalaciones. Con una actitud más positiva, el brasileño ha llegado a responder a la prensa a la pregunta de si tiene ganas de hablar y contar su versión. ¿Su respuesta? “Sí”, mientras andaba enmanillado y acompañado por los policías.

La familia de Dani Alves nos asegura que no tiene prisa en regresar a Brasil, aunque probablemente lo harán a lo largo de la próxima semana.