Iñaki Urdangarin ya no tiene escoltas: el Gobierno retira el dispositivo definitivamente

Es oficial y definitivo: Iñaki Urdangarin ya no tiene escoltas. El Ministerio del Interior, que comenzó la retirada de seguridad del exmarido de la infanta Cristina hace pocos días, ha dado por terminado este dispositivo hace pocas horas, según ha podido saber Vanitatis en exclusiva. Así pues, el objetivo del exduque de Palma de ser un ciudadano corriente está cada vez más cerca.

Eso sí, a partir de este momento, Urdangarin no contará con la ayuda de sus escoltas para evitar a la prensa, una de las tareas que más han desempeñado los agentes de policía que custodiaban su seguridad desde hace años.

La relación del exduque con estos escoltas ha sido siempre muy cercana, sobre todo en los últimos años. Además de algún agente que ha estado con él desde tiempos inmemoriales -desde su época de Washington-, cuando se separó de la infanta Cristina, hace dos años se le adjudicaron agentes jóvenes, mujeres en su mayoría, con quienes entabló una amistad.

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Tanto es así que incluso salía a tomar potes (copas y tapas), como se dice en el País Vasco, con ellas. Con ellas y con su novia, Ainhoa Armentia, todos juntos, algo que sorprendía a quienes les veían en los bares, sentados todos en la misma mesa, entre bromas y confianza.

Nada de eso volverá a repetirse, al menos no con estos agentes de servicio. Si Urdangarin quiere mantener la amistad con sus ya exescoltas, lo hará, sin duda, pero sin poder encargarles trabajo alguno.

Ocho agentes

Al tratarse de un dispositivo de seguridad, el Ministerio del Interior nunca ha querido dar datos oficiales de cuántos agentes custodiaban al exmarido de la infanta Cristina. Lo que sí sabemos en Vanitatis es que, como mínimo, tenía a cuatro agentes a su servicio; algunas voces apuntaban a que podían ser incluso ocho personas. Hay que tener en cuenta que hay días de trabajo extra, jornadas libres, vacaciones, incidencias… Como mínimo, insisten siempre las fuentes consultadas, necesitaba a cuatro personas a su servicio.

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Otro de los puntos que confirman estas fuentes es que Urdangarin solo contaba con escolta dinámica desde que salió de prisión. ¿Qué significa dinámica? Preguntamos a fuentes de Interior y explican la metodología: hay dos tipos de escolta, la dinámica y la estática. La primera es la que sigue al personaje en cuestión y le acompaña. La estática es la que se queda en un coche en el domicilio pendiente del movimiento que hay alrededor del sujeto. Urdangarin solo tenía escolta dinámica.

La Infanta y sus escoltas

Mientras Urdangarin pierde a sus escoltas, sus hijos disfrutan a veces de este servicio, pese a que no tienen ningún dispositivo de seguridad asignado por Interior desde que son mayores de edad. Un ejemplo lo tenemos en las visitas que realiza la infanta Cristina con frecuencia a Barcelona. Son muchas las veces que sale a cenar con Pablo, su segundo hijo, instalado en la capital catalana desde 2020, y cuando se despiden, doña Cristina pide a uno de sus escoltas que le acompañe hasta casa.

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Tanto ella como la infanta Elena cuentan con dos tipos de seguridad: siempre van con escoltas que las acompañan y velan por su seguridad de forma directa (dinámica) y con otros que aguardan en el coche y controlan la situación de forma más amplia (estática).

Tras el divorcio

El proceso de retirada ha sido breve: la pareja firmó su divorcio entre el 21 y el 22 de diciembre, en una notaría de Barcelona, y después de poco más de un mes, él ya no tiene seguridad. Interior había intentado retirarle el dispositivo meses antes, sin suerte. Porque en aquel momento, hace un año precisamente, el exduque pidió mantener su escolta hasta haber cumplido su sentencia de cinco años y diez meses de prisión por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias en el caso Nóos. Ingresó en la cárcel de mujeres de Brieva en junio de 2018 para cumplir condena y en abril ya habrá saldado la deuda. Llegará al final de su condena, como vemos, sin seguridad pública a su servicio.

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Que pese a estar separado mantuviera la escolta se había convertido, según fuentes consultadas por Vanitatis, en un dolor de cabeza para la Casa Real y la familia del Rey. Era difícil argumentar que Urdangarin dispusiera de agentes pagados por el erario público sin ser ya pareja oficial de la hermana de Felipe VI. Es más, que paseara por Vitoria (y por donde fuera) con Ainhoa Armentia y sus guardaespaldas provocaba un malestar público del que Zarzuela era consciente.

Así pues, con la retirada de la escolta a Urdangarin queda zanjada una de las historias más polémicas de la monarquía española de las últimas décadas. Y, de paso, el exmarido de la Infanta podrá vivir esa vida anónima que dice anhelar.