Tamara Falcó, sobre su proceso de fertilidad: "Dentro de la fecundación in vitro, al principio se hicieron muchas barbaridades"

Tal y como estaba previsto, Tamara Falcó, de nuevo estrella principal del desfile de Pedro del Hierro en la 79ª edición de la MBFWM. Enfundada en un look safari con tacones metalizados, la marquesa de Griñón comparecía ante los medios minutos antes de las 11 de la mañana, hora prevista para el inicio del show, con motivo de la presentación de las nuevas prendas de su firma TFP by Tamara Falcó en colaboración con la marca sobre la pasarela del pabellón 12.1 de Ifema.

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P. Izquierdo

A diferencia de años anteriores, la aristócrata ni ha lucido un traje de chaqueta, ni se ha encontrado acompañada por su pareja, Íñigo Onieva, quien se dejó ver un año atrás, a pesar de su reticencia a la prensa y las cámaras, después de su inesperada reconciliación para hacer méritos a consecuencia de los desbarajustes sentimentales. Sin embargo, nos ha vuelto a responder -siempre sonriente- sobre sus últimas polémicas para disfrutar así desde la primera fila de un desfile invernal inspirado en las auroras boreales, acompañada por otros rostros conocidos como Begoña Gómez.

Ha sorprendido que digas que te sientes acosada…

Somos personas públicas, con sentimientos, con familiares que quieren que su intimidad se respete y que no les gusta salir en prensa. Yo lo aguanto, pero hay veces que los comentarios hacen daño. Hay preguntas muy hirientes. A eso me refería con el acoso.

La fama conlleva también la cara B.

Sí, yo la he vivido desde que he nacido, pero, aun así, hay que tener respeto.

Es curioso, porque tú madre ha sido una de los personajes más custodiados por los paparazzi y los reporteros nunca se han quejado.

El problema es que me preguntan de una manera muy agresiva buscando una reacción que dé un titular. Creo que no se puede mirar tu casa con unos prismáticos. A ese tipo de cosas nunca me acostumbraré.

¿El tema de los vecinos ya está solucionado?

Nunca he tenido problemas. No sé de dónde ha salido esa historia.

¿Cómo te encuentras ante tu tercer desfile?

Feliz y con hormiguitas en el estómago. Esta colección es importante porque está inspirada en mi luna de miel. Un poco 'Memorias de África', pero también un recuerdo a mi padre cuando estaba en el campo.

Hace un año te acompañaba Íñigo Onieva. En aquel momento coincidía con vuestra reconciliación. ¿Fue una manera de hacer méritos?

Sí (risas). Esta vez no se lo he pedido y si lo hubiera hecho habría venido. Cuando he salido de casa estaba en una videollamada. Y ya sabéis que a él no le gusta estar delante de los medios

Y hoy, ¿qué te ha dicho?

Que me salga todo bien.

¿Qué hay de los rumores de supuestas discusiones en lugares públicos?

No me voy a parar en la calle a explicarlo. Claro que hemos tenido nuestras discusiones. Y es verdad que ahora casados nos duran menos, porque sabemos que tenemos que solucionarlo. Es verdad que yo soy más testaruda y me cuesta más reconocer que tengo yo la culpa. Y pienso: "Pero qué injusticia, si es él". Si regañamos o no es un tema recurrente, igual que si estoy embarazada.

¿Y lo estás?

No. Y estoy tranquila.

¿Sigues acudiendo al centro de fertilidad?

Sí, es un tratamiento natural que hay que seguir durante un tiempo. El promedio son dos años. No es fecundación in vitro. Es un estudio del cuerpo de la mujer, que es mucho más complicado que el del hombre. No nos hemos dado ningún plazo.

Eres una persona muy religiosa y la Iglesia no permite determinados tratamientos, como la fecundación in vitro…

Cada caso es particular y yo lo hablo con mi director espiritual. Lo que pasa es que, dentro de la fecundación in vitro, al principio se hicieron muchas barbaridades. No en España, pero sí fuera. Muchos de los embriones fecundados se congelaban y se utilizaban para experimentar. Hace poco me contaron que había un movimiento para adoptar embriones fecundados que no se utilizaron. Me parece muy bonito.