El plan de primas de Victoria de Medinaceli y Laura Vecino, duquesa de Feria, durante la Semana Santa sevillana

Con motivo de las procesiones de Semana Santa, las calles de Sevilla se inundan de gente. Pese a las amenazas de lluvia, durante este Martes Santo han sido varias las hermandades que han podido salir a la calle. Una de ellas ha sido la de San Esteban en Sevilla, que ha contado con la reaparición pública de Victoria de Medinaceli tras su boda y en compañía de su prima política Laura Vecino, duquesa de Feria.

Era la mujer de Rafael Medina quien compartía en sus redes sociales varias imágenes de cómo habían vivido el paso del Cristo. Se encontraban en la plaza Pilatos, justo donde la familia Medinaceli posee un palacio. Una joya arquitectónica que se ubica en el centro de la ciudad y que es Bien de Interés Cultural desde 1915. La calle aledaña forma parte del recorrido de la procesión que Victoria y Laura estaban viendo, siendo justo la segunda parada.

Año tras año, los hermanos Medina con el resto de la familia Medinaceli se han asomado a los balcones de Casa Pilatos durante la Semana Santa. Por eso, no es de extrañar que la duquesa Victoria de Medinaceli haya asistido tras cumplirse casi cinco meses de su histórico enlace con Maxime Corneille en Jerez. Entre los invitados, se encontraban los reyes de Holanda, Máxima y Guillermo; su primogénita y heredera, Amalia, así como otros royals y vips como Anna Gamazo, tía de la novia, Miriam Ungría y su hijo Boris, heredero al trono de Bulgaria.

Las peleas entre los hijos de Naty Abascal con su tío Ignacio Medina impidieron a Victoria celebrar en el palacio de Pilatos su boda y por ello se tuvo que trasladar hasta la iglesia de San Miguel de Jerez. Sin embargo, ellas han vuelto a las calles cercanas para continuar con su devoción a San Esteban.

Una devoción familiar que a Naty Abascal le permitió en 2017 conseguir el título de 'penitente de oro' de la Semana Santa sevillana, una distinción que reconoce al famoso más devoto año tras año. Solo hubo un parón en ese balcón, en 2022, cuando saltó el escándalo que sumergió a la familia en un total silencio, y que, pasados dos años, parece que tanto Victoria como Laura no quieren dejar atrás, aunque sea a pie de calle.