Pradales y Otxandiano, candidatos vascos, unidos por sus abuelos y un bombardeo

Los candidatos a las elecciones vascas del PNV y EH Bildu están unidos por una fina línea familiar insólita y curiosa. Los antepasados de ambos fueron víctimas del primer bombardeo franquista en tierras vascas (en Otxandio) y esa tragedia les ha marcado a lo largo de sus vidas. De manera diferente, eso sí, pero a fuego.

Los dos candidatos nacionalistas, rivales al límite en estos comicios, crecieron como políticos gracias a sus abuelos: Imanol Pradales (PNV) estudió gracias al dinero recibido como indemnización por el bombardeo y Pello Otxandiano (Bildu) ha vivido por y para honrar la memoria de su bisabuelo y dos hermanos de la abuela materna, víctimas del mortal ataque.

Las biografías de estos aspirantes a lehendakari son mucho más parecidas entre sí que las de los anteriores candidatos. Con la apuesta por Pradales, el PNV ha dado un giro en sus políticas al presentar a un hombre de origen humilde en lugar de alguien formado en la élite nacionalista. La historia de este vizcaíno es curiosa: fue alumno de Íñigo Urkullu, exlehendakari, en la ikastola (escuela vasca concertada) y el político se deslumbró ante el brillo del joven. Tanto que le siguió la pista tras el colegio y le brindó la posibilidad de sumarse a la carrera política.

"Mi aitite"

Pero Pradales tenía otros planes y estudió en la Universidad de Deusto, que pagó con el dinero que el Estado había dado a la familia: “Mi aitite [abuelo] había luchado en la Guerra Civil en el bando perdedor. En el bombardeo de Otxandio, Manuel perdió a su hermano y a él le hirieron”. En Deusto, Pradales se licenció en Ciencias Políticas y Sociología, puesto que, como él mismo ha contado, sus padres, Rosi y Manu, ella peluquera y ama de casa, él empleado de un almacén y de todo lo que surgiera, tuvieron siempre inquietudes políticas y estuvieron afiliados al PNV desde que él tiene uso de razón.

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Una de las aficiones del nacionalista, que tiene 48 años, es el deporte y fue remero en La Sotera, donde llegó incluso a ganar la Bandera de La Concha. Casado con Laura, tienen una niña de dos años y viven en Portugalete. A ambos les encanta la naturaleza, el deporte, la música y la lectura. Tal como el propio Pradales cuenta: “Leo mucho, hasta el punto que colonizo la casa con libros”. Sus referentes musicales, según ha declarado, son Fito, Xabier Lete, Hertzainak, Bruce Springsteen o Dire Straits.

Cuatro hermanos

Su carrera, tal como señalan desde el PNV, ha sido siempre brillante. A Pradales le gusta recordar sus orígenes. Su barrio, el obrero Mamariga, de Santurce, es su marca personal. Sus padres hicieron lo indecible para sacar adelante a sus cuatro hijos. Imanol logró una carrera de alto nivel de la que destacan la dirección de Bizkaia Talent y su participación en Think Gaur, una especie de think tank que marca la estrategia del nacionalista.

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Para dedicarse al mundo de la política, pidió una excedencia como profesor en las Facultades de Humanidades y Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad de Deusto, donde trabajó hasta 2006. La familia, de nuevo, une a los dos candidatos nacionalistas. Pradales tiene una hija, Otxandiano tiene dos.

Simbólico

La biografía de Pello Otxandiano, de 41 años, se une a la de Pradales, como decíamos, por sus orígenes. Ambos de clase obrera, los abuelos marcaron sus vidas. En el caso del abertzale ha sido más simbólico. Lo ha contado él en muchas ocasiones, quien ha dicho que es “algo que ha marcado el devenir y la visión de las siguientes dos generaciones”.

Esa profundidad ideológica hizo que Otxandiano estuviera en Bildu desde su nacimiento. Fue en 2011 cuando fue elegido concejal en su pueblo natal, momento en el que decidió seguir con sus estudios de Ingeniería. Un año más tarde presentó su tesis, para la que se había preparado durante cuatro años, tal como señalan desde su partido, en la Universidad de Mondragón y uno más en Chalmers University of Technology de la ciudad sueca de Göteborg.

Su estancia doctoral le permitió conocer de cerca el trabajo que realizan los países nórdicos y sus peculiaridades, tanto sociales como económicas y, sobre todo, idiomáticas. Porque Otxandiano es un firme defensor del uso del euskera, una de sus prioridades.

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Cuando terminó su formación, “sintió la necesidad de comprometerse con el contexto político especial de principios de la década de 2010, un momento en el que se cierra una fase histórica y toca asentar la nueva”.

Al igual que Pradales, Otxandiano es aficionado a la música, aunque él la practica y aprendió a tocar el piano de forma autodidacta. Le gusta la montaña y suele tener “una pila de libros siempre cerca”. Con su familia, uno de los pilares más potentes de su vida, vive en su pueblo natal, donde tiene el “el privilegio de vivir la vida comunitaria” de Otxandio. Aquel pueblo víctima del primer bombardeo franquista, que dejó decenas de muertos y una memoria histórica que vive a fuego en el alma de sus habitantes.