Lo que cambiaría Juan Avellaneda del vestido de novia de Tamara Falcó

La amistad entre Juan Avellaneda y Tamara Falcó convirtió al popular diseñador en espectador de primera fila de todo lo que supuso la mediática boda entre la hija de Isabel Presyler e Íñigo Onieva. En ese sentido, Juan ha sido el tercer invitado de la primera temporada del pódcast de Vanitatis, 'La mala reputación', y tras conversar con el modisto sobre muchos otros asuntos, conocer su opinión sobre el vestido de novia de su amiga era inevitablemente atractivo para Nacho Gay, director de este digital y encargado de entrevistarle.

Tras recibir a Sonsoles Ónega en la primera entrega de este pódcast y a Carmen Lomana como segunda invitada hablando de temas tan personales como la muerte de su marido o el grave problema médico que pudo poner en jaque su matrimonio, ahora es el turno de Juan Avellaneda. Y es que el diseñador vivió de primerísima mano todo lo que Tamara Falcó y su marido 'sufrieron' hasta darse el 'sí, quiero'.

Uno de los principales problemas a los que la Marquesa de Griñón tuvo que hacer frente fue el que supone el principal miedo de toda novia: quedarse sin vestido a pocas semanas del enlace. Tras sus desavenencias con Sophie et Voilà, firma que inicialmente se iba a encargar del diseño y confección del vestido, fue Wes Gordon al frente de Carolina Herrera el que recogió el testigo in extremis.

En ese sentido, Juan Avellaneda ha explicado ante la atenta mirada de Nacho Gay, que el hecho de no haber recibido la petición de realizar sus vestidos de novia fue para él todo un alivio. "Vaya marrón. ¡Quita, quita!", ha expresado entre risas el diseñador, haciendo alusión a la presión mediática por el poco tiempo de trabajo disponible y el foco de atención puesto en estos vestidos.

Respecto a su opinión sobre el primer vestido lucido por su amiga, el diseñador ha expresado que le gustó y ha alabado las bondades de este en cuanto a diseño y confección. "Era un vestido muy coherente como marquesa, el entorno, le quedaba fabuloso, la silueta le favorecía muchísimo", ha explicado, además de poner de relieve el rápido y detallado trabajo del equipo de Gordon y Carolina Herrera.

Sin embargo, si hay un detalle que Juan Avellaneda cambiaría del estilismo nupcial de Tamara, ese sería uno de los detalles que más suelen gustar a las novias: el velo. "A lo mejor yo el velo no se lo hubiera puesto, pero porque a mí me encanta una novia con todo el pelo recogido. Pero el vestido me encantó, me pareció superchic", explica.

Por último, Avellaneda ha subrayado el consejo que le dio a su amiga como diseñador, al manifestar que él intentó transmitirle la importancia de lucir un vestido que fuera con su estilo propio, que resultara atemporal y que perdurara en el tiempo.