La cláusula de infidelidad que usó Silvia Tortosa para dejar sin herencia a su último marido
Al saber que su marido durante 17 años tenía una doble vida, la actriz cayó en una profunda tristeza y decidió echarlo de sus ultimas voluntades, amparada por el Código Civil
Silvia Tortosa adelgazó 12 kilos en un año porque sentía “una profunda tristeza”. Lo asegura su representante y amigo íntimo Tony Aliaga en una entrevista exclusiva en la revista ‘Lecturas’: “Estaba muerta en vida, pero estaba volviendo a tener ganas de vivir”. Las palabras de Aliaga, quien trabajó para Tortosa durante 22 años, vienen a cuento por el testamento que legó la barcelonesa, fallecida hace poco más de un mes. Un testamento en el se reflejaba la cláusula de infidelidad por la que dejó sin herencia a su último marido.
En el documento, la artista dejó claras sus intenciones y cuál era su verdadera relación con su pareja, Carlos Cánovas, quien se ha declarado el viudo oficial de Tortosa pese a que ya no tenían relación. La actriz escribió en sus últimas voluntades que no quería que el que fuera su marido durante 17 años recibiese nada.
Es más, según Aliaga, en la primera cláusula del testamento se puede leer: “Manifiesta que se encuentra separada de hecho del suscitado cónyuge, por lo que no le corresponde ningún derecho legitimario. Para el caso de que pudiera corresponderle algún derecho, le deshereda por incumplimiento grave de los deberes conyugales conforme al dispuesto en el artículo 85 5.1. del Código Civil”.
La clave
El citado artículo hace referencia a la infidelidad, un supuesto que permite desheredar a un esposo o esposa si ha sido infiel. Y esa es la clave de todo este embrollo, un conflicto en el que se han visto implicados los amigos de Silvia Tortosa tras su muerte.
La historia surge hace ya muchos meses, cuando la actriz empezó a sospechar que su marido tenía una doble vida. Fueron unos amigos quienes vieron a Cánovas con otra mujer en un centro comercial y se lo comunicaron a Tortosa porque pensaban que se había separado.
Ese fue el detonante que llevó a la actriz a desheredar a su marido y a encargar un informe a un equipo de detectives para descubrir si le era realmente infiel. Según Aliaga, fue Tortosa quien encargó el informe de detectives y no un amigo de ella como se ha dicho en algunas informaciones
Informe de detectives
Hacía tiempo, añade Aliaga, que ella no estaba cómoda por la actitud de él. Había cambiado. Carlos ya no estaba en casa con ella, como había sido su costumbre, sino que pisaba la vivienda sólo para dormir. Cabe recordar aquí que la madre de Carlos vivía con la pareja porque era una mujer enferma que necesitaba asistencia constante. Uno de los puntos que más dolió a Tortosa al ver las imágenes del informe de detectives es la cotidianidad de la vida paralela de Carlos.
No era algo puntual, era una vida plena con otra mujer. Aliaga lo resume en dos situaciones: una en la que se ve a Cánovas “sacar las bolsas de basura” de la casa de su amante (algo que, añade, “nunca hizo en casa de Silvia”), y otra en la que “se le ve llevando la compra a un familiar de Marina”, su otra pareja, en su coche, “que estaba a nombre de Silvia”.
Quedó claro, y eso enfureció a Tortosa, que su pareja, Carlos, había empezado una relación con otra mujer, que era además una compañera de reparto. Marina Lozano era la amante, algo que dolió especialmente a la actriz. Tortosa se refugió entonces en sus amigos, especialmente en Ana Congost, con quien incluso vivió en algunos momentos.
La nombró tutora legal y albacea de su fortuna, y es precisamente Congost quien ha heredado la mayor parte de los bienes de Tortosa. Son dos casas en Barcelona y la mansión en Puerta de Hierro de Madrid. Congost, que habló con quien esto escribe al conocer la noticia de la herencia, se manifestó emocionada y calificó a Silvia como una persona "muy generosa".
De un ex a otro
Mientras, Aliaga nunca esperó estar dentro del testamento, tal como él mismo relata, porque Silvia ya se lo había contado. En sus últimas voluntades, la actriz dejó 50.000 euros a las hermanas de caridad de Barcelona, donde estuvo de joven como voluntaria. Dejó también un piso a Ana Umbral, hermana de una de sus parejas, Pepe Umbral, a quien legó también 30.000 euros para pagar los impuestos de sucesión.
La cuarta parte ha sido para la hermana de su primer marido americano, a quien muchos consideran el gran amor de su vida. Chuck Davis falleció al poco tiempo de casarse con Tortosa y la actriz mantuvo siempre una relación muy estrecha con su hermana, Jeannetta Davis. Es a su casa a donde iba cada vez que viajaba a Estados Unidos, que era al menos una vez al año.
Tal como describe Tony Aliaga y refrendan sus amigos, Silvia Tortosa era, además de una mujer eternamente bella, una persona muy inteligente y con las cosas muy claras. Al final de sus días no habló con quien no quiso, no se dejaba convencer de nada y cambió su testamento varias veces, en función de sus sentimientos. La última modificación tuvo lugar en julio de 2023, cuando supo que su pareja le era infiel. Y lo cambió precisamente para desheredarle.
Silvia Tortosa adelgazó 12 kilos en un año porque sentía “una profunda tristeza”. Lo asegura su representante y amigo íntimo Tony Aliaga en una entrevista exclusiva en la revista ‘Lecturas’: “Estaba muerta en vida, pero estaba volviendo a tener ganas de vivir”. Las palabras de Aliaga, quien trabajó para Tortosa durante 22 años, vienen a cuento por el testamento que legó la barcelonesa, fallecida hace poco más de un mes. Un testamento en el se reflejaba la cláusula de infidelidad por la que dejó sin herencia a su último marido.