Vanja Modric, la mujer de Luka Modric que controla un patrimonio millonario en inmuebles

Son pocas las veces que Luka Modric no demuestra su calidad cuando sale al campo, la última en el partido de ida de la semifinal de la Champions contra el Bayern de Múnich. Sin embargo, el futbolista croata termina su contrato con el Real Madrid esta temporada y de momento no se sabe si extenderá un año más su relación con los merengues o buscará otros destinos más exóticos para escribir el epílogo de su carrera. Desde 2020 el futbolista y su entorno están rentabilizando lo que gana en el campo a través de Modric Family, una sociedad dedicada a la inversión inmobiliaria que bien puede verse como un fabuloso plan B.

A través de esta sociedad, Modric posee varios pisos con sus correspondientes plazas de garaje en Valdebebas y un gran solar en la zona de El Viso, fincas que rentabiliza a través del alquiler y la promoción inmobiliaria. Ahora, tal y como ha adelantado El Confidencial, Modric acaba de inyectar a la sociedad otros seis millones de euros que se traducen en más inversión en ladrillo. No es el único cambio en la empresa. Luka Modric ha dado visibilidad a su esposa, Vanja Modric, a quien ha convertido en apoderada de la sociedad, lo que la faculta para actuar en su nombre y en representación legal ante la toma de distintas decisiones. El capital resultante tras la ampliación es de 16 millones y medio de euros.

Vanja Modric, o Bosnic por su apellido de soltera, no encaja en el estereotipo de esposa de futbolista. No tiene redes sociales, no sale en la revistas y lleva una vida prácticamente anónima. La pareja ha tenido tres hijos, Ivano, Ema y Sofía (los dos mayores ya juegan al fútbol en categorías inferiores de equipos madrileños) y la familia reside en un gran chalet en La Moraleja que adquirieron en 2015 tras vivir varios años de alquiler.

Vanja Modric estudió Economía y es la representante oficial de su marido, Luka. Es agente profesional con licencia de la FIFA y fue ella quien negoció el fichaje de Modric por el Real Madrid en 2012. Es una mujer inteligente, dicen, que se ha adaptado muy bien a su vida en España y no es muy dada a las frivolidades de la vida pública. El propio Modric ha sido quien más ha hablado de su esposa en su autobiografía 'Mi partido', cuyos pasajes nos sirven para conocerla un poco mejor.

“… Vanja creció en mejores condiciones que yo, pero no fue fácil para ella, especialmente en el sentido emocional. Nació en Varaždin. Su madre, Vesna Juraić, tuvo complicaciones durante el embarazo, por lo que estuvo hospitalizada durante tres meses. Vanja creció en la ciudad de Kutina, a ochenta kilómetros de Zagreb, porque su padre, Milan Bosnić, jugaba a baloncesto y tenía un restaurante allí. Su madre se licenció en Economía. Creció en una familia buena y rica, viajaban con frecuencia. Incluso estuvo en Sarajevo en 1984 en los Juegos Olímpicos de Invierno", se lee en el libro.

Pero entonces, cuando Vanja tenía 11 años, sus padres se divorciaron y de repente se acabó el cuento de hadas. De la noche a la mañana empezaron los problemas económicos para su madre y para ella, dado que perdió todo el contacto con su padre. "A los doce años, Vanja tuvo que asumir parte de las responsabilidades de su madre para hacerle la vida diaria más fácil. Mientras sus amigas se divertían y crecían descuidadamente, ella aprendió a cocinar, limpiar el apartamento, lavar la ropa y planchar", explica el futbolista.

Vanja ya estaba en la escuela secundaria cuando su madre consiguió un trabajo en el Dinamo y las cosas volvieron a ser como antes. Decidió estudiar Economía, se independizó y empezó a trabajar temporalmente como suplente en la agencia croata de futbolistas Mamic. "Durante dos años trabajó en la administración, ocupándose de los asuntos de los jugadores bajo el cuidado de la agencia, y así nos conocimos…”, explica Modric en su libro. Fue en 2007 y tras una conversación telefónica de más de tres horas, cuando comenzó su historia de amor y ella decidió acompañarle en su carrera futbolística.

Los orígenes humildes de Luka Modric nunca fueron un obstáculo en su relación, porque ambos comparten la misma visión de la familia, un bien a proteger por encima de todo. "Aunque Vanja y yo tuvimos experiencias emocionales diferentes, gracias a largas conversaciones rápidamente llegamos a la conclusión de que teníamos las mismas prioridades de vida y el mismo enfoque en el tema familiar…", dice Luka, "desde el día en que me conoció como un hombre sin nada más que talento, ella se sacrificó por completo por mí y nuestra familia. Esta mujer extraordinaria con una personalidad extraordinaria lo es todo para mí. Si no hubiera aparecido en mi vida cuando tenía diecinueve años, ciertamente no habría podido lograr aquello de lo que hoy estamos tan orgullosos…”

Efectivamente, Bosnic dejó su trabajo en Mamic para centrarse en la carrera de él. Se mudó con Luka a Londres cuando fichó por el Tottenham y dos años más tarde aterrizaron en Madrid, donde llegaron para quedarse.