La X o el “tercer hombre” en las rupturas afectivas de Isabel Pantoja

Todo lo que rodea a Isabel Pantoja se convierte en noticia más allá del éxito de sus conciertos. En esta última gira que celebra sus cincuenta años en la música, sus seguidores se mantienen fieles. Fuera del circuito profesional, la artista siempre tiene algún frente abierto. Unas veces por cuestiones ajenas a su voluntad, como son las relaciones con sus hijos o la participación en programas de colaterales, y otras en las que está directamente implicada.

Una de las últimas historias, que viene coleando desde que Mariló de la Rubia apareció en la portada de 'Lecturas', es la supuesta ruptura definitiva de ambas amigas. Hay que valorar que precisamente gracias a los de La Rubia, Isabel Pantoja volvió a tener una existencia que se podría definir como de normalidad. La cantante acudía a la clínica que dirige la empresaria y entraba y salía del centro saludando a la prensa. En el tiempo en el que se desconocían sus viajes a Córdoba, iba a restaurantes y se relacionaba con personas con vida propia.

El tema no daría para más si no fuera porque de nuevo intervienen terceras personas que rodean a la artista y que añaden informaciones contradictorias. En el eje central se encuentra Agustín Pantoja, que ejerce de escudo protector cuando quien decide, ordena y organiza es la propia Isabel. Los que la conocen de verdad saben que el papel del hermano en la ecuación vital de la folclórica es importante pero no definitivo a la hora de las decisiones finales. Ahora hay un nuevo episodio con personas anónimas y encuentros secretos con periodistas. La historia que contamos a continuación bien podría servir para un guion de serie de Netflix. Los elementos son los siguientes en esta nueva trama: una llamada misteriosa a un periodista, la aparición de personaje al que bautizaríamos como X y un road manager que se quita de en medio ante una injusticia.

Jose Manuel Ávila, redactor del programa 'Fiesta', se trasladó hasta Sevilla para encontrarse con “el tercer hombre”, como si fuera la película de Orson Welles. Y así ha contado parte en el programa que presenta Emma García y que relata íntegramente para Vanitatis.

“Fue una reunión top secret. El primer sorprendido fui yo porque no tenía a esa persona en mi agenda. Sí es cierto que conocía quién era y la relación con Marco Antonio. Hay que retrotraerse para explicar que este señor ha sido road manager y que se ha encargado de la gira 'Cincuenta Años' de Isabel Pantoja. Siempre se ha mantenido en un plano de discreción absoluta. Nunca ha querido tener protagonismo. Y todo se tuerce en el concierto de Madrid”, explica Ávila.

Es entonces cuando aparece la tercera persona, la X de esta nueva ecuación. “Lo que me dice es que quiere hacer justicia con Marco Antonio, al que le han acusado de ser el topo. Este señor conoce a Isabel desde los años 90. No necesita dinero y no ha cobrado un duro de los trabajos que ha hecho con la cantante”.

El problema surge cuando el periodista Antonio Rossi cuenta en el programa 'Vamos a ver' que puede ser que Mariló no acuda al concierto de Madrid para evitar el revuelo mediático. Ese comentario, que no tiene mayor trascendencia, se realiza en el transcurso de una conversación distendida entre Mariló de la Rubia, Marco Antonio y Pantoja. No está Agustín ni hay cuarta persona.

El problema surge cuando Rossi lo cuenta y saltan las alarmas. ¿Quién es el topo? ¿Marco Antonio? ¿De la Rubia? Es lo que se preguntan los hermanos dispuestos a descubrir al traidor. Tanto uno como la otra niegan que hayan hablado con el periodista.

En la gala de Madrid hay malos modos y feos gestos hacia Marco Antonio porque creen que ha sido él al negar la mayor Mariló. El road manager, que no vive de Isabel Pantoja, no está dispuesto a que le acusen de algo que no ha hecho y se marcha. En estos momentos, está de baja y no tiene intención de retomar la gira con la artista.

Y es entonces cuando interviene X para defender a Marco Antonio, que en realidad no ha tenido nada que ver con el comentario banal sobre si Mariló iba o no al concierto. Fue la amiga la que respondió a la pregunta de Rossi sin darse cuenta de la repercusión que podía tener su contestación. En un ambiente de normalidad, que es en el que se desarrolla De la Rubia y su familia, el comentar que no sabía si iría no tenía mayor trascendencia. El problema es el temor casi enfermizo de los hermanos Pantoja a que cualquier persona de su círculo sea educado con la prensa, que fue lo que hizo Mariló.

Hay que destacar que Agustín se llevaba muy bien con la empresaria y nunca había habido discrepancias con ella. “Ni envidia ni celos ni nada que se le parezca. La ruptura tan abrupta fue por el comentario tan tonto”, asegura Jose Manuel Ávila, que confirma a Vanitatis que “efectivamente Agustín sí iba a cantar con su hermana. A Isabel le hacía mucha ilusión, pero al filtrarse la noticia desistieron”.