Las vacaciones de Miguel Ángel Silvestre junto a su novia, Rebeca Toribio, en Ibiza

Miguel Ángel Silvestre y su novia, Rebeca Toribio, están disfrutando de su verano en las islas Pitiusas. El popular destino, en el que deciden descansar algunos de los famosos de nuestro país, también ha sido la opción preferida de Silvestre, escogiéndolo en diversas ocasiones como lugar vacacional.

De hecho, el actor no solo ha repetido viaje a Ibiza, sino que también ha vuelto a alojarse en el mismo hotel. En julio del año pasado, desató la euforia entre sus más de 4,7 millones de seguidores en Instagram, al subir un vídeo donde se le veía duchándose antes de sumergirse en una piscina del hotel de cinco estrellas OKU Ibiza.

Y este viernes sorprendía a sus fans con nuevo un vídeo a contraluz en la habitación del hotel. En él, aparecía bailando, vestido con tan solo una toalla en la cintura. Estos días lo hemos visto además posando en las rocas, disfrutando de los atardeceres y presumiendo de una gran paella en medio del mar Mediterráneo junto a unos amigos.

Aunque Miguel Ángel no sube a su perfil muchas instantáneas con Rebeca, ella sí que parece ser más activa en este sentido. De hecho, Toribio ha compartido varias ‘stories’ donde aparecía junto al actor saltando al agua del mar y utilizando la puesta de sol como telón de fondo. Después, se secaban del baño, tumbados bocabajo en las rocas.

Pero la pareja no solo ha estado en Ibiza. Hace una semana viajaron hasta las Islas Canarias, donde pasaron unos días junto a unos cuantos amigos, entre los que se encontraban la actriz Bárbara Hermosilla o la periodista Cris Roldán Ripoll. Fue a finales del año pasado cuando comenzaron a surgir los rumores de una relación, un vínculo sentimental que finalmente acabaría confirmándose.

“Felicidad juntos”, escribía hace algo más de un mes la empresaria de 30 años en un post donde aparecía abrazada a Miguel Ángel en un concierto de Manuel Carrasco. Tal y como cuenta ‘Yo Dona’, Toribio es la propietaria del restaurante ‘Superchulo’, un local situado en el barrio de Malasaña, en Madrid, y que sirve desde hace 7 años un tipo de comida conocida como ‘rainbow food’ (comida arcoíris).