Cuando el desamor arrasa con todo: las claves familiares del caso de Daniel Sancho
La mala relación de los padres del joven ha quedado patente en estos meses y ha afectado a la estrategia de defensa de Daniel, que ha excluido a su madre, Silvia Bronchalo
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Domingo 25 de agosto. Acaba de aterrizar en el aeropuerto de Suvarnabhumi Rodolfo Sancho con su séquito de abogados: Marcos García Montes, Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás. Los cuatro han volado en primera clase. Al menos así el padre no viaja solo y puede recibir, además del asesoramiento, el aliento de sus acompañantes ante un día decisivo en su vida, ya que este jueves 29 de agosto se ha conocido la sentencia. Su hijo Daniel ha sido condenado a cadena perpetua.
Martes 27 de agosto. Tras haber cambiado de avión en Bangkok, Silvia Bronchalo acaba de llegar a la isla de Koh Samui. Rápidamente, su conductor de confianza le lleva al hotel. Varios periodistas y fotógrafos la persiguen desde Madrid. Ella nunca ha querido aparecer en ningún plató y no será por el dineral que le han llegado a ofrecer. Durante el juicio, Silvia siempre subía y bajaba las escaleras sola, como mucho acompañada por su conductor hasta la entrada al tribunal, momento en el que afrontaba las sesiones del juicio sola, en una esquina de la sala, lejos del resto.
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El 25 de septiembre de 2023 Daniel Sancho exigió al juzgado que su madre, Silvia Bronchalo Santos, no pudiera acceder a ningún documento que tuviera que ver con el juicio y su vida en prisión. La exclusiva de su nueva vida ya se la había entregado a Marcos García Montes, que un mes antes había cerrado un acuerdo con su padre para que sólo ellos dos pudieran tener que ver con el acusado de asesinato más famoso de España. La idea era asegurarle la mejor defensa legal posible en un momento tan complicado.
Daniel aceptó y hoy Silvia Bronchalo esperaba la sentencia a su hijo fuera de una ecuación en la que hasta Carmen Balfagón tiene más datos que ella. Todos los efectos personales de Daniel, cuando entró en prisión, fueron a parar a su padre. Les hablamos de su teléfono móvil, ropa y resto de cosas.
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La razón de esta actitud sólo contiene una respuesta: la mala relación que los padres mantienen desde que se separaran. Cuando todo debería haberse arreglado para hacer piña junto a su hijo, ese sentimiento ha llegado incluso a empeorar. Por ejemplo, Silvia denunció a Rodolfo el pasado mes de febrero por lo que entendía que eran “vejaciones continuadas”. Como ejemplos de esos mensajes, los calificativos que presuntamente Rodolfo vertió contra ella a través de WhatsApp, tales como “pirada”, “incapaz” o “bipolar”. Una fuente cercana a Bronchalo dice a Vanitatis que otro de los desprecios habituales de su exmarido era tildarla de “clase baja”. Rodolfo Sancho no ha verificado esta información y la jueza desestimó esta causa meses después, aunque cabe recurso.
Que Rodolfo Sancho protagonizara al 100% aquel documental de HBO Max vuelve a poner de manifiesto que no se ha contado con la madre, a la que ni siquiera citaron. Llega el momento de ver si la estrategia legal que han seguido tiene o no éxito.
Domingo 25 de agosto. Acaba de aterrizar en el aeropuerto de Suvarnabhumi Rodolfo Sancho con su séquito de abogados: Marcos García Montes, Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás. Los cuatro han volado en primera clase. Al menos así el padre no viaja solo y puede recibir, además del asesoramiento, el aliento de sus acompañantes ante un día decisivo en su vida, ya que este jueves 29 de agosto se ha conocido la sentencia. Su hijo Daniel ha sido condenado a cadena perpetua.