El precio legal a pagar por hacer públicas las fotos íntimas del rey Juan Carlos y Bárbara Rey
Las abogadas de la artista piden a todos los medios que retiren las fotografías en las que se ve a la pareja hace 30 años. Demandarán a la revista y estudian cómo querellarse contra Ángel Cristo
Revelación de secretos, atentar contra el derecho al honor, a la intimidad personal y a la propia imagen. Las abogadas de Bárbara Rey señalan al menos estos cuatro puntos como motivo para mandar un burofax -urgente y preparado a contracorriente- a todos los medios y evitar que las fotografías de la artista junto al rey Juan Carlos I se sigan publicando. Un burofax que llegaba el miércoles a última hora de la tarde y una demanda contra la revista y contra el propio hijo de la artista, Ángel Cristo júnior, son los primeros pasos de una batalla legal que se prevé larga y costosa.
El equipo legal del bufete De Castro está inmerso en la elaboración de la demanda contra la revista holandesa ‘Privé’, responsable de hacer públicas las imágenes. “Es muy complejo porque es un país extranjero y tenemos que estudiar el ordenamiento legal holandés, pero la demanda se presenta sí o sí”, señala una de las letradas a este medio.
La cuestión se complica por el país donde se han publicado las imágenes y también porque, en un primer momento, Bárbara decidió no presentar una denuncia penal contra su hijo por robo y por revelación de secretos, algo que había asegurado que haría la artista a Vanitatis. Si no se querelló fue porque quería evitar, señalan desde su equipo legal, que su hijo pudiera ser condenado a prisión. Las cosas, con esta publicación, han cambiado radicalmente y Bárbara Rey está en contacto con sus abogadas para decidir si, esta vez sí, presenta una querella contra Ángel Cristo júnior.
"Inviolabilidad del domicilio"
En el burofax, enviado este miércoles pasadas las 20.00 horas, se señala: “Les advertimos que la divulgación de esas imágenes atenta gravemente contra los derechos fundamentales a intimidad personal y familiar, a la propia imagen, y a la inviolabilidad del domicilio de nuestra representada, recogidos en el artículo 18 apartados 1 y 2 de la Constitución española”.
Las letradas califican lo sucedido de “extrema gravedad” y alertan de “los enormes perjuicios que le están ocasionando [a Bárbara]”. Por este motivo, prosiguen: “Les informamos que hemos decidido ejercitar acciones judiciales para salvaguardar los derechos fundamentales de doña María García García frente a la revista ‘Prive’, y frente a todos aquellos medios de comunicación que difundan ese contenido ilícito”.
La publicación de las fotografías de Bárbara con el Rey, en el porche de su casa, en actitudes cariñosas e íntimas es, según aseguran ambas, un delito. La mañana de este miércoles se complicaba para ellas, que recibían la noticia por la llamada de este medio. “Es complicadísimo, es otro país, tenemos que estudiar bien cómo hacerlo pero demandar, demandamos…”.
Entre exclamaciones y suspiros de sorpresa, una de las letradas señalaba a Vanitatis su desconcierto, puesto que, como insistía “las fotos son en una propiedad privada, eso no se puede publicar de ninguna manera, es ilegal”.
Diapositivas y carretes
Este verano, días antes de presentar la demanda civil, la ‘vedette’ recordaba que ella tenía guardados a buen recaudo estos documentos, los del exrey en diapositivas y los del cantante Frank Francés en carretes sin revelar. “Mi hijo se aprovechó de la confianza que yo tenía en él para robarme los documentos y hacerlos suyos; unos eran diapositivas, otros eran carretes que él reveló después de habérmelos robado”.
“Él en ningún momento ha hecho ninguna foto de mí ni de nadie. El fotógrafo, por desgracia, ya ha fallecido, pero mi hijo nunca fue el responsable de tomar esas fotografías”, insistía entonces, como ahora, Bárbara Rey.
Pese a quien pese, ha sido inevitable que las fotografías dieran la vuelta al mundo y se publicaran también en España, donde se han convertido en material incendiario. Fue el programa de Cuatro ‘En boca de todos’ el primero en dar la voz de alarma y mostrar las imágenes publicadas en Países Bajos. A partir de ese momento, sucedía lo inevitable.
"No tengo palabras"
“No tengo palabras, -declaraba Rey a Vanitatis poco después de difundirse las fotos en televisión-. Voy a hacer lo mismo que he hecho hasta ahora, utilizar la justicia. Estas fotos son mías, pertenecen a mi privacidad y mi hijo las ha sacado sin mi permiso”. Un mensaje tras el que añadió contundente, en conversación con este medio: “Quiero dejar claro que él nunca hizo esas fotos. Nunca imaginé que fuera a hacerlas públicas y, peor aún, que fuera a hacer uso de ellas”.
Su hija, Sofía Cristo, se enteraba de lo sucedido por una llamada de este medio y no podía dar crédito a lo sucedido. La dj trató de mantener la calma, apoyar a su madre y dejó claro que la relación con su hermano ya no se podrá reconducir jamás. Todo ha sucedido, además, mientras don Juan Carlos está de vuelta en España para participar en la final europea de las regatas de la categoría 6M en Sanxenxo, lo que ha soliviantado a su entorno, que considera que sufre "una cacería".
Con todo, cabe recordar que nada tienen que ver estas imágenes con el famoso robo que denunció Bárbara en su momento, en 1997. Entonces aseguró que habían sido personas pertenecientes al CNI quienes la habían grabado y que después le habían sustraído las imágenes.
Una historia larga
Es más, Mario Conde quiso llegar a un acuerdo con Bárbara Rey para manejar ese tipo de información, según ha sabido Vanitatis. Han sido decenas los periodistas que han escrito sobre la intervención del Estado en la relación entre la artista y el monarca: desde Antonio Rubio (El Mundo), Pilar Urbano (El Español), José García Abad (La esfera de los Libros), Rebeca Quintáns (Akal) y, los últimos, Javier Chicote y Juan Fernández-Miranda.
La información que maneja Vanitatis relativa a las fotografías publicadas es la siguiente: Bárbara Rey alquiló su casa de las Lomas, que era la casa familiar y el lugar donde se producían esos encuentros con el monarca. En aquellos encuentros, todo hay que decirlo, no estaban Sofía ni Ángel Jr., salvo en algunos almuerzos en los que sí estaban presentes los hijos. En aquellos tiempos, los chicos estaban internos durante largas épocas.
No solo fotografías
Cuando decidió mudarse, su hijo se encargó del traslado y, según Bárbara Rey, se aprovechó de la situación para llevarse las fotografías. De ahí que, como ya ha adelantado Vanitatis, asegure que estas fotos son de su propiedad, realizadas en una propiedad privada y de uso absolutamente privado.
Fue Ángel quien se encargó de esta historia y en una de las cajas estaba precisamente todo este este material, que no solo incluye las fotos con el Rey, sino otras muchas imágenes de su vida cotidiana, de su vida como artista o de su vida familiar. Todo estaba reunido porque se suponía que, en el futuro, ella iba a publicar sus memorias. Presuntamente, Ángel Cristo jr. no solamente se llevó dichas fotografías, sino también libros y volúmenes dedicados por grandes escritores.
Revelación de secretos, atentar contra el derecho al honor, a la intimidad personal y a la propia imagen. Las abogadas de Bárbara Rey señalan al menos estos cuatro puntos como motivo para mandar un burofax -urgente y preparado a contracorriente- a todos los medios y evitar que las fotografías de la artista junto al rey Juan Carlos I se sigan publicando. Un burofax que llegaba el miércoles a última hora de la tarde y una demanda contra la revista y contra el propio hijo de la artista, Ángel Cristo júnior, son los primeros pasos de una batalla legal que se prevé larga y costosa.
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