Fui de público a 'La Revuelta' y esto es lo que saqué en claro del programa de Broncano
Ha sido la gran revelación de la temporada, destronando a su gran competidor, 'El Hormiguero', y convirtiéndose en el espectáculo que nadie quiere perderse
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Los datos lo avalan, 'La Revuelta' se ha convertido, como su propio nombre también indica, en una revolución, en una revuelta de los canales, consiguiendo lo que para muchos se les antoja como imposible: lograr que la gente encienda la televisión convencional frente al streaming o a las redes sociales.
Una revolución que provoca que cada día haya más gente interesada en las audiencias y se estudien con más detenimiento que nunca. Y no solo eso, sino que la gente esté deseando vivir el programa in situ, debido a la gran importancia que se le da al público y su interacción con él, convirtiéndolo en un actor más del programa.
Pero, ¿cómo es vivir 'La Revuelta' por dentro? Bueno, como afortunada que ha acudido al mismo por su cuenta, muy bien acompañada por amigos, os diré que es completamente una locura. El equipo entero está a disposición del público, para que se lo pasen bien, lo disfruten y no se aburran en ningún momento, manteniendo todo el rato su atención. Es un espectáculo por y para ellos, y ese es su gran secreto.
A las 16:15, la calle del Teatro Príncipe se llena de personas deseando vivir el espectáculo, invadiendo la Gran Vía de impaciencia ante el momento que van a vivir y contagiándose la emoción unos a otros. Finalmente, una persona del equipo los recoge y les asigna sus respectivos asientos, mientras miran alucinados el teatro lleno de símbolos que les indican que ya están ahí: la piscina de bolas, el bidé y una pantalla con una R enorme.
Un telón bajado oculta el escenario con el decorado del programa, mientras una gestora de públicos les invita a que sean ellos mismos, que han ido hasta allá para ello, además de aclarar que gran parte del programa se basa en la improvisación y que, por tanto, su ayuda es imprescindible.
Después de calentar a un público ya de por sí hambriento de espectáculo, llega el turno del cómico Sergio Bezos. Uno de los rostros más representativos del programa, es el momento de que el público hable y elija al más querido, que irá a Torrevieja, o lo que es lo mismo, a la piscina de bolas, y al más detestado, que en ese caso terminará en el bidé. De esta forma, Bezos interactúa con el público, en un completo ejercicio de improvisación donde intenta sacar las curiosidades de cada uno, llegando a encontrarse con una chica sin nudillos que terminó sentada en el bidé, porque, total, como explicó Bezos, “no podía estar más en la mierda”.
En ese momento se abre el telón, ahí están Ricardo Castella y Grison con sus instrumentos, el característico sofá y la mesa. Ahí está La Revuelta con un David Broncano apareciendo desde lo alto del teatro y con un público jaleándolo a su paso como si fuera un gladiador yendo a su Coliseo romano, completamente enloquecido ante la experiencia. Y ante tanto grito de júbilo hay momentos también para el recuerdo, como la mujer que agarró la mano a Broncano muy emocionada y que más tarde explicó que su primera vez en, por aquel entonces, 'La Resistencia', la hizo tremendamente feliz.
Después de unos minutos interactuando con el público, conociéndolo, porque, como hemos dicho anteriormente, es fundamental, es una parte más del show, se empiezan a despejar las grandes incógnitas que envuelven al programa: quiénes son los invitados, con un descanso en el que Grison y Bezos hacen una improvisación de beat donde, una vez más, el público actúa con ellos.
Y así, durante una hora, entiendes el gran éxito de 'La Revuelta', donde cada día arrasa en audiencias, logrando imponerse ante el gran titán de la televisión, 'El Hormiguero', logrando porcentajes antes inimaginables, superando el 20%. Es un programa hecho por y para el público, para su entretenimiento, y donde dejan de ser meros observadores para convertirse en actores, así como para olvidarse de las cosas que pasan en su día a día.
Los datos lo avalan, 'La Revuelta' se ha convertido, como su propio nombre también indica, en una revolución, en una revuelta de los canales, consiguiendo lo que para muchos se les antoja como imposible: lograr que la gente encienda la televisión convencional frente al streaming o a las redes sociales.