Topacio Fresh, aún en shock por el accidente de su amigo Mario Vaquerizo

Topacio Fresh, gran amiga de Alaska y Mario Vaquerizo, pasaba el fin de semana en el campo y no se enteró del accidente hasta que el teléfono fijo de la casa comenzó a sonar.

"Como hay poca cobertura no le dábamos importancia a que el móvil mío y el de mi marido estuviera en silencio. Desconectamos mucho y por lo tanto ni me fijé en los mensajes que luego vi que tenía bastantes. Pero cuando escuché el timbre del fijo, la verdad es que me asusté. Muy poca gente tiene ese número. Me contaron que Mario estaba en el hospital de Cáceres y fue entonces cuando vi el accidente que ya estaba publicado en las redes. Me llevé un susto tremendo", aseguraba ante la prensa.

"Olvido estaba en Venecia y no conseguía hablar con ella, igual que con Mario y con Marta, su hermana. Menos mal que por fin pude conectar con ella, y con el road manager y me contaron todo. Aún estoy en shock", explicaba en la gala de la XVII edición de los Premios de la Academia del Perfume que son el equivalente a los Goya en el sector perfumero y preside Juan Pedro Abeniacar.

La fiesta se celebró en el teatro Albéniz con una puesta en escena donde las coreografías de Antonio Najarro, acompañadas de la guitarra de José Luis Montón, el violín de Thomas Potiron y el cante de María Mezcle representaban las bases de los perfumes. Las danzas eran cítrica, amaderada, floral, oriental, chypre o fougère que emula el olor de los bosques de helechos.

Topacio Fresh, junto con Xandra Falcó, el periodista Jesús Mari Montes, director del programa ‘Flash Moda’, Ramón Freixa, Espido Freire, Nuria March o Blanca Paloma fueron algunos de los invitados, la mayoría miembros de la Academia, que entregaron los galardones de esta edición y disfrutaron de una noche mágica.

La actriz Natalia Verbeke también se encargó de entregar un premio. Acaba de estrenar “Una vida menos en Canarias” y terminó la grabación de ‘Refugio Atómico’, las dos en Netflix. Quizá la que más ilusión le ha hecho ha sido reencontrarse dos décadas después con los mismos actores que trabajaron en “Al otro lado de la cama” la película más taquillera de aquel 2002. El nuevo título, ‘Todos los lados de la cama’, se mantiene en la misma línea.

Algunos de los asistentes, como el chef dos estrellas Michelin Ramón Freixa, es académico y forma parte del jurado. Contaba cuál es su trabajo en este sector: “Lo mío es hablar y promover el perfume y de lo que significa. Yo ocupo el sillón U de la academia que representa la madera”.

Reconoce que esta dedicación está muy relacionada con su mundo, el de la gastronomía y la cocina. “Al final un perfume es alquimia y no deja de ser una receta. Productos de temporada cortados, saberlos mezclar y que cada uno tenga su identidad. Como sucede con el sabor de los alimentos, una fragancia te lleva también a otros momentos de tu vida, a recuerdos”.

Para Freixa, uno de los olores que siempre le producen nostalgia es el del pan recién hecho, que le lleva a la panadería de su abuelo: “Me despertaba con ese aroma que forma parte de mi vida”. En su caso la fidelidad a un perfume no entra en su agenda: “Tengo noventa frascos abiertos y depende del día, de con quién o a dónde vaya o qué voy a hacer, utilizo uno u otro. Sí, soy totalmente infiel”.

En ese mismo sentido coincide con el chef Topacio Fresh: “Nada de nada. Hay veces que me pongo el que tengo más a mano y otras veces busco un aroma determinado o uno caro. Teníamos un jardín muy grande y mi olor preferido era el del árbol del aromo, (la mimosa en España) que me lleva a mi infancia, a los juegos al aire libre”.

Nuria March es lo contrario a los anteriores. “Jamás cambiaba. Ahora un poco más. De los primeros que tuve cuando empecé a combinar con agua de colonia de adolescente fue Ò, de Lancôme y después Agua de Rochas”. Aunque para ella el olor más familiar es otro. “Si me preguntas por uno te diré que el aroma de los canelones que hacía mi madre. Cuando llegaba a casa ya sabía que los había hecho. Es un recuerdo que tengo muy presente”. Con la mano escayolada contaba que se había roto la muñeca montando en bici. “Me caí como si fuera una principiante. Aún me quedan seis semanas”.

Xandra Falcó por su parte es, quizá junto a Ramón Freixa, la que tiene más desarrollado el olfato. En el caso de la hija del marqués de Griñón, con el que trabajó mano a mano durante quince años en la bodega familiar de Malpica de Tajo, oler el vino es imprescindible en las catas: “Soy jurado y la verdad es que tiene mucho que ver con el mundo del vino”. Para ella el recuerdo al campo, a su padre, a su infancia le viene con el perfume que desprende la lluvia al mojar la tierra o el jersey de su abuela con una esencia determinada: “Me transportaba a mi infancia”.