Candela Tiffón, la historia de amor prohibida de Joan Manuel Serrat
La esposa del compositor le acompaña estos días en los actos de entrega del Premio Princesa de Asturias de las Artes. Procedente de una familia de artistas, ha sido la mujer de su vida a pesar de su diferencia de edad
Está estos días Joan Manuel Serrat como un niño. A sus 80 años, el compositor y poeta (por resumir) aterrizó con su esposa, Candela Tiffón, en Oviedo el pasado martes para cumplir con la agenda previa de los Premios Princesa de Asturias. Fueron recibidos por la potente música de las gaitas elevándose sobre el Hotel Reconquista, a lo que él y su mujer respondieron emocionados y algo abrumados. Desde entonces, no han parado. Serrat participó esa misma tarde en un encuentro con los estudiantes del Colegio Río Nora de Siero, y ayer la pareja visitó la Fábrica de Armas de la Vega, donde se encuentra la exposición 'España x Magnum', de la famosa agencia de fotos también galardonada con el Princesa de la Concordia.
Se le ve a Serrat una sonrisa franca estos días, el gesto de quien sabe que está viviendo un momento único. Pero también a Candela, su mujer y madre de dos de sus tres hijos. El músico ha vivido varias historias sentimentales importantes (que se conozcan) a lo largo de su vida. Con la modelo Mercedes Domenech, madre de su primogénito Queco Serrat; con Marisol, con la que protagonizó tantas portadas de la época; o con Mónica Randall. Pero ninguna como esta, que comenzó como una historia de amor prohibida entre un treinteañero y una niña que entonces estudiaba COU (en la época, no se conseguía la mayoría de edad hasta los 21 años).
Fue la revista Lecturas quien adelantó la noticia de su boda. Desde el entorno de Serrat les había llegado la información de que el músico se había casado en secreto con la hija de un matrimonio bien de Barcelona. Le llamaron y él se lo negó en un principio, pero no le creyeron y mandaron un fotógrafo a la casa de Serrat en Camprodón (Girona). Allí se encontraron el pastel: el artista tiernamente de la mano de una bellísima chica morena. Corría 1978 y se acababan de casar en secreto por lo civil en un juzgado. Ella tenía 20 años y él 34.
En aquella época el compositor catalán viajaba a España casi de incógnito. Su postura frente al régimen franquista le había llevado a tener que marcharse temporadas a México, desde donde volvió definitivamente una vez restaurada la democracia. Parece que durante sus visitas a España en esa época utilizaba por razones de seguridad un piso franco donde conoció a Mariluz (Candela), estudiante e hija del director general de la Feria Internacional de Muestras de Barcelona, José Antonio Tiffón Brugarolas. En una de las pocas ocasiones en que Tiffón ha hablado, dijo que lo suyo fue “un flechazo”.
"Eso me da vergüenza, porque tal y como están las cosas podríamos recibir hasta una denuncia", admitió Serrat en una entrevista que le hizo Gemma Nierga. Candela había hecho sus pinitos como modelo –fue portada de 'Hola', por ejemplo– y estaba estudiando COU. "Yo le llevaba caramelos a la puerta del colegio", reveló el músico, algo que jamás le contó al que luego se convertiría en su suegro, del que el cantante dijo que había sido "uno de los tipos más fantásticos que he conocido jamás", con el que llegó "a un acuerdo rapidísimo y de caballeros".
Cuando, en 1978, la revista Lecturas descubrió que Joan Manuel Serrat y Candela Tiffón se habían casado, se descubrió el pastel. El cantante terminó confesando: "Bien, es cierto que alguien tiene que dar la noticia. Sí, me he casado". El interior del semanario de aquel mes de enero de 1978 daba más detalles. Junto a unas fotos de Candela y Serrat paseando, se recogían las esquivas palabras del cantante, siempre reacio a hablar de su vida privada: "Es cierto, me he casado. Lo hice... ¿Qué importa el día? Lo cierto es que esta señora y yo somos ya marido y mujer. La boda tuvo lugar en un juzgado y fue hecha por lo civil".
Entonces decía Serrat que lo que le había enamorado de Candela era "su bondad". También su belleza, por qué no decirlo, que conserva de manera precisa a sus 66 años. Sus inquietudes artísticas, su cultura, su don para la cocina, su discreción, su forma de educar a las hijas, y cómo ha sabido entenderle. Candela proviene de una familia de raigambre en Cataluña. Su hermana María Luisa es una conocida psicóloga que ha hecho carrera en Estados Unidos y se casó con el escultor Xavier Corberó. Una de sus tías es María Tiffón Vila, de las pocas fotógrafas de finales del siglo XIX cuyo eco ha llegado hasta nuestros días a pesar de que firmaba como 'Napoléon'.
Con el tiempo fueron padres de dos niñas que hoy son mujeres. María, que vive con su familia en Australia, y Candela, que es conocida por su trabajo como actriz. El otro hijo de Serrat, Queco, está adquiriendo algo de notoriedad sobrevenida por el trabajo de sus hijas Luna y Leticia como cantantes, diseñadoras e influencers.
Está estos días Joan Manuel Serrat como un niño. A sus 80 años, el compositor y poeta (por resumir) aterrizó con su esposa, Candela Tiffón, en Oviedo el pasado martes para cumplir con la agenda previa de los Premios Princesa de Asturias. Fueron recibidos por la potente música de las gaitas elevándose sobre el Hotel Reconquista, a lo que él y su mujer respondieron emocionados y algo abrumados. Desde entonces, no han parado. Serrat participó esa misma tarde en un encuentro con los estudiantes del Colegio Río Nora de Siero, y ayer la pareja visitó la Fábrica de Armas de la Vega, donde se encuentra la exposición 'España x Magnum', de la famosa agencia de fotos también galardonada con el Princesa de la Concordia.