Lara Dibildos habla abiertamente sobre sus trastornos alimentarios: "Necesité un poco de ayuda"

Lara Dibildos no ha tenido una vida fácil. Con 19 años fue diagnosticada de un cáncer de tiroides, una enfermedad de la que pudo recuperarse del todo, pero que le dejó una marca; una cicatriz en la parte derecha del cuello. Sin embargo, ese no sería el final de la pesadilla. Durante aquella época, la actriz también comenzó a sufrir diversos trastornos alimentarios.

Con motivo del estreno de la obra de teatro ‘Inmaduros’, la hija de Laura Valenzuela ha confesado en ‘Lecturas’ lo mal que lo pasó en aquel entonces y lo mucho que le costó enfrentarse tanto a la anorexia como a la bulimia. Unas afecciones en las que asegura haber recaído en varias ocasiones a lo largo de su vida.

“Aprendí que en cuanto me veía con un poco de ansiedad, empezaba a comer sin control, esto nunca lo he contado... Esos momentos iban unidos a cuando yo no estaba bien. En cuanto me pasaba eso, directamente frenaba y, como me conozco, paraba y me ponía a régimen”, afirma para el medio ya mencionado. La presentadora de televisión sostiene que con régimen no se refería a “no comer”, sino a ponerse a dieta; siguiendo horarios determinados y realizando actividad física.

Tal y como cuenta la propia actriz, la comida era lo único que la calmaba en esos momentos. Un problema que superó gracias a la búsqueda de ayuda externa: “Tenía que superar esa etapa, la superé, pero un poco de ayuda sí necesité. […] Lo que tenía que superar era ver qué problemas tenía yo en la cabeza, buscar soluciones a esos problemas”, explica. Afortunadamente, hace años que Dibildos no ha vuelto a recaer.

Aunque aún tiene muy presente la muerte de su madre Laura Valenzuela, quien falleció en febrero del año pasado, la madrileña de 53 años está totalmente enfocada en su nueva obra de teatro y en su pareja. La actriz está saliendo con Carlos Maturana desde hace unos cuantos meses y no ha dudado en hacer alarde de su romance a través de sus redes sociales. Una relación de 14 años de diferencia, pero en la que se la puede observar visiblemente enamorada.