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Ágatha Ruiz de la Prada: "Rafa Nadal tiene dos tipos de conversación: o habla de tenis o habla de fútbol"
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Ágatha Ruiz de la Prada: "Rafa Nadal tiene dos tipos de conversación: o habla de tenis o habla de fútbol"

En 'Todo por un plan' (La Esfera), la diseñadora habla de algunas cosas que detesta, como el yoga o las cenas de parejas, y revela el sorprendente producto que le hizo ganar más dinero en una época. Publicamos un extracto

Foto: Ágatha Ruiz de la Prada, con uno de sus carritos de la compra. (EFE / Pep Morell)
Ágatha Ruiz de la Prada, con uno de sus carritos de la compra. (EFE / Pep Morell)

Tristán se va por las montañas andando, pasa dos meses por la India, pensando en sus cosas, haciendo yoga y meditación mirando al horizonte, y el tío tan feliz. Es que no lo entiendo. Toda la vida me ha puesto enferma la gente que hace yoga y ese tipo de cosas, porque, para mí, mi yoga es limpiar. Me siento bien limpiando, me gusta mucho y me da paz encontrar todo limpio y ordenado. Yo necesito que todo lo que haga sea útil. Ordenar libros, por ejemplo, me encanta. Si alguien viera en mi casa cómo están colocados todos los libros fliparía.

Con lo del yoga es que me pongo mala: respira hondo… uhmmm… ¡Pero qué respira hondo ni que nada! Limpia mejor la cocina, que está hecha un asco. Necesito que todo tenga una utilidad. Yo limpio, y para mí es una gozada porque me concentro en dejarlo todo perfecto. Pero lo de estar concentrado en no se sabe qué, dejando volar los pensamientos y no sé qué cosas más, no lo soporto.

"¿La mente en blanco? La mente en blanco tu padre. Hay tanto que hacer que no puedo. Aunque sea leer un libro, podar, recoger, cambiar algo de lugar, probar nuevas cosas"

¿La mente en blanco? La mente en blanco tu padre. Hay tanto que hacer que no puedo. Aunque sea leer un libro, podar, recoger, cambiar algo de lugar, probar nuevas cosas. Lo que sea. Pero a esta generación nueva le encanta no hacer nada, y es horrible. Pensar, hacer cosas, idear lo que vas a hacer, leer los millones de libros que hay que leer, visitar una exposición, reciclar, lo que sea. No lo hacen con mala leche, pero, sencillamente, no lo hacen. A lo mejor no lo hacen porque son demasiado listos, no lo sé. Pero es un poco desastre, porque después caen en la más profunda de las tristezas y en la apatía total.

¿A los toros?

Ir a los toros no me gusta nada, pero los toreros son lo que más me gusta del mundo. Es verdad que sí sé apreciar la estética de los toros, porque sus colores son tan vivos como los míos. Pero por encima de la estética taurina, pongo sin paliativos mi amor a los animales, que es infinito. Por eso hace ya muchísimos años que decidí no ir a las corridas de toros.

Solo he vuelto en dos ocasiones, y muy, muy contadas.

placeholder Luis Miguel Rodríguez y Agatha Ruiz de la Prada, cuando estaban juntos. (Gtres)
Luis Miguel Rodríguez y Agatha Ruiz de la Prada, cuando estaban juntos. (Gtres)

Por Luismi una, y otra vez que me invitó Rivera Ordóñez, que es muy amigo mío. Me han invitado otras muchísimas veces, pero no voy jamás. Además, yo tengo muchos seguidores que me dejarían de seguir por eso inmediatamente, como es lógico, y de mis cuatrocientos mil pasaría a ciento cuarenta mil en tres décimas de segundo, y aparecerían doscientos mil haters nuevos. No merece la pena. Por Luismi sí lo hice, y me he dado cuenta de que no compensa nada. Es un sufrimiento.

Detesto el deporte

Los planes de deporte tampoco me gustan mucho, pero, claro, depende de cómo se planteen. Porque imagínate que te llega a invitar Juan Antonio Samaranch a los Juegos, y te vas a Australia con él y te pasea en su coche. Coño, pues a poco que te guste el deporte, es un planazo. Con los Juegos de este verano pasado, pensé que, al menos, tenía que ir a mi casa de París, aunque solo fuera para ver cómo estaba la ciudad con semejante acontecimiento. Hay que hacer planes, aunque el plan sea solo para mirar por la ventana.

"Y la gente flipaba. Yo entonces respondía: 'Pues donde más dinero he ganado este año ha sido vendiendo pañales en Ecuador, que teóricamente es un país pobre'. Pero así era"

Hubo un año que, sin gustarme el ciclismo, disfruté mucho haciendo los uniformes del Tour de France y también el trofeo de la Vuelta Ciclista a España. Yo me meto en todos los líos. La verdad es que he trabajado muchísimo y he ganado también muchísimo. Cuando iba a dar mis conferencias siempre empezaba preguntando. "¿A qué no sabéis qué es lo que más dinero me dio el año pasado?". Y la gente flipaba. Yo entonces respondía: "Pues donde más dinero he ganado este año ha sido vendiendo pañales en Ecuador, que teóricamente es un país pobre". Pero así era.

Tampoco practico deporte. Nada. Pero no es que no me guste, es que me horroriza. Me espeluzna. Es que, por más que lo intento, no le veo el sentido. Por otro lado, yo tiro una bola, la que sea, del deporte que sea, y en el recorrido de la bola empiezo a pensar: "Fíjate, dónde estará aquel traje, ¿y si se lo pusiéramos a fulanita? Pues a ver si la llamo y blabla… ¡Joder la bola! ¿Dónde está la bola?". Que no, que no, que el deporte no es para mí.

placeholder La portada de 'Todo por un plan'. (La Esfera)
La portada de 'Todo por un plan'. (La Esfera)

Me acuerdo una vez que estábamos cenando y estaba a mi lado un entrenador italiano muy famoso que tuvo el Real Madrid. Y yo pensando, qué horror, ¿de qué hablo ahora? Me pasa también con Nadal. Rafael Nadal tiene dos tipos de conversación: o habla de tenis o habla de fútbol. Que el tipo es un genio absoluto, un auténtico español universal, lo que quieras, la pera… ¿Pero de qué hablo con él?

El tema del fútbol se me resiste muchísimo, tengo que reconocerlo. Durante años, Florentino mandaba a casa todas las semanas un sobrecito con dos entraditas para el palco. Tantas veces dije que no, que al final, por insistencia, uno de los días decidí ir. Recuerdo que jugaban en el Bernabéu el Real Madrid contra el Villarreal. Yo iba por el Villarreal, no por el Madrid. De Villarreal eran los de Pamesa, los que hacían las cerámicas con mis diseños, así que yo a muerte con ellos. Pero el de Pamesa, que también estaba en el partido, pensó que yo iba por el Real Madrid. Un lío morrocotudo.

Cenas de pareja

Viéndolo ahora con distancia, cada vez tengo más claro que lo que me mantuvo más de treinta años con el innom fueron los planes. El tío venía, me recogía y nos íbamos a cenar a casa de Florentino, o de quien fuera. Al principio, cuando conocí al innombrable, yo llegaba a las casas de la gente que nos invitaba y les preguntaba: "¿Me enseñas la casa?". Y él se quedaba horrorizado, como diciendo, pero qué cosas tan raras hace esta tía. Pero yo, desde que tenía tres años, estaba acostumbrada a ir convidada a casas y me encantaba verlas.

"Lo que sí me aburría soberanamente, y recuerdo que solo lo hicimos al final, era eso que hace tanta gente de organizar cenas de pareja. Con los Gómez de Liaño, hale, pues cena de cuatro"

Lo que sí me aburría soberanamente, y recuerdo que solo lo hicimos al final, era eso que hace tanta gente de organizar cenas de pareja. Con los Gómez de Liaño, hale, pues cena de cuatro. Y luego encima repetidas, menudo aburrimiento. Eso, sin embargo, es lo que le encanta hacer a mi amiga Tata. Pero es que a mí me revientan, las odio.

¿Plan cena de pareja? Tachado. Es una cosa que detesto con toda mi alma. No les veo ningún interés, me parecen una cursilería y no sé qué atractivo pueden tener. Hay muchísima gente que considera que es un planazo bestial, pero no lo entiendo, no me hacen ninguna gracia. Lo de estar a cuatro bandas lo detesto. ¿Qué les verán a esas cenas? Encuentro que es muchísimo más divertido organizar una comida con amigos de verdad, variados, cuánto más variados mejor, así hay más conversación, o irte a cenar o a tomar algo con tu pareja. Vamos, ¡dónde va a parar!

* Extracto del libro 'Todo por un plan' (La Esfera de los Libros)

Tristán se va por las montañas andando, pasa dos meses por la India, pensando en sus cosas, haciendo yoga y meditación mirando al horizonte, y el tío tan feliz. Es que no lo entiendo. Toda la vida me ha puesto enferma la gente que hace yoga y ese tipo de cosas, porque, para mí, mi yoga es limpiar. Me siento bien limpiando, me gusta mucho y me da paz encontrar todo limpio y ordenado. Yo necesito que todo lo que haga sea útil. Ordenar libros, por ejemplo, me encanta. Si alguien viera en mi casa cómo están colocados todos los libros fliparía.

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