En la intimidad y con ayuda de los cuñados: los secretos de la reconciliación de Eugenia Martínez de Irujo y Cayetano

Eugenia Martínez de Irujo y su hermano Cayetano han acabado el año juntos, pero aunque el acercamiento entre ambos llevaba semanas fraguándose, ha sido él quien lo ha hecho público en sus redes sociales, compartiendo cómo han recibido juntos el 2025. Ha tenido lugar, precisamente, cuando está a punto de cumplirse un año del último desencuentro público entre los dos. El pasado 28 de febrero, también en Sevilla, coincidieron en la entrega de medallas de Andalucía y no hubo saludo. No obstante, el 2025 ha comenzado haciendo gala de la enorme complicidad que siempre han tenido.

La duquesa de Montoro y Narcís Rebollo ofrecieron primero una “tardevieja” en el palacio de las Dueñas, con el duque de Alba, que recibió el año con su hijo mayor, su nuera Sofía Palazuelo, y sus nietas. Ante un reducido grupo de invitados, unas veinte personas, ofrecieron una actuación flamenca en la parte baja del palacio, en el mismo tablao en el que Cayetana de Alba ensayaba diariamente y que ahora puede visitarse.

Los artistas invitados fueron de primer nivel: Samara Vargas, Carmen Amaya, El Rubio de Pruna y a la guitarra Álvaro Moreno. También asistieron el futbolista Joaquín y su esposa Susana Saborido. Pero en la cena, los grupos se dividieron. Por un lado, el duque cenó en familia en el palacio y se hizo instalar una televisión en el comedor para que sus nietas pudieran disfrutar de las tradicionales campanas. Por otro lado, Eugenia y Narcís se marcharon a un céntrico restaurante donde habían quedado con Cayetano y su pareja, Bárbara; Tana, la hija de Martínez de Irujo, con su pareja Manuel Vega, y un grupo de amigos suyos, además de los hijos de Narcís. Unas treinta personas que siguieron las campanas por la radio, con los tradicionales paquetes de uvas. Todos perteneciente al círculo íntimo de la duquesa, como el arquitecto Diego Noguera y su esposa Mari Cruz, o el pintor Chema Rodríguez.

El menú elegido para la última noche del año tuvo una gran aceptación. Disfrutaron de tablas de queso, mousse de boletus, tartar y tampoco faltaron las ostras y el champán. Y tras las uvas, se desplazaron a un local cercano, propiedad de Manuel Vega, con música en directo y piano. Fue una noche que derrochó buen ambiente y en la que hubo mucha alegría y abrazos. Algunos testigos del reencuentro entre hermanos comentan a Vanitatis: “Destacó la normalidad, porque parecía que no había pasado nada; estaban los dos pletóricos, muy cariñosos, disfrutando del momento”.

Los motivos de la reconciliación

El acercamiento entre los dos hermanos se venía fraguando desde hace varias semanas. Antes hubo una previa entre el duque de Alba y Cayetano, durante la misa del décimo aniversario de la Duquesa de Alba en la Hermandad de los Gitanos el pasado 20 de noviembre. Se dieron la mano en frente de los numerosos medios de comunicación y aquel fue un punto de inflexión. Posterior a este encuentro, Eugenia ya daba a entender que las cosas se iban templando y decía: “No voy a negar que tengo diferencias con mi hermano Cayetano, pero tarde o temprano se van a arreglar, lo tengo claro”.

Y el último día del año quedó retratada esa reconciliación que tuvo lugar en la intimidad. El cariño entre los hermanos no había desaparecido, pero ha sido necesario que pasara el tiempo para que las posturas se acercaran. Para ello, ha sido también fundamental el papel del marido de Eugenia, Narcís, una persona muy serena y conciliadora, que nunca cortó la comunicación con su cuñado, a pesar de los momentos de tensión. Lo mismo ha ocurrido con la pareja de Cayetano, Bárbara. Es una mujer muy cercana y cariñosa, que se lleva bien con todo el mundo. Nos cuentan que en la celebración “fue de las que más bailó con todo el mundo. Ella es muy joven, pero tiene un gran don de gentes, conecta con todos siempre con una sonrisa. Es evidente que aporta mucha frescura y alegría a Cayetano”.

De momento, ambos hermanos no quieren hacer declaraciones sobre esta nueva etapa, aunque no esconden que ambos están muy felices de haber retomado un vínculo que ha sido siempre muy importante. Un amigo de Eugenia relata que “los dos lo han pasado mal. Eugenia es más de callarse y llevar las cosas por dentro, y Cayetano es más explosivo, pero jamás han dejado de quererse y sabían que finalmente terminarían retomando su relación. En la familia todos tienen mucho carácter, pero también mucha bondad”.