Patricia Montero y Álex Adrover no están casados legalmente: "Se nos caducaron los papeles"

Lo suyo fue una boda por todo lo alto. Y es que, Patricia Montero y Álex Adrover no escatimaron en detalles. La pareja, que se vio obligada a posponer su unión matrimonial en varias ocasiones, se dio el ‘sí, quiero’ el pasado septiembre en un enlace que duró tres días. Para la ocasión, se decantaron por Cabo de Gata. No obstante, por ahora, todo quedó en eso ya que, legalmente, no son marido y mujer. Cuatro meses después de sellar su amor ante amigos y familiares, aún no han firmado los papeles.

“En verdad, no estamos casados”, confesó, este sábado, Patricia Montero a los medios que se encontraban en los Premios Carmen 2025. Pero todo tiene un motivo: “Somos un desastre. Se nos caducaron los papeles y los hemos pedido otra vez. No tardarán mucho”. Sea como fuere, para ellos, su unión va más allá de la burocracia: “Hicimos la fiesta del amor y por todo lo grande. Para nosotros, lo oficial fue esa fiesta. Nos damos por casados”. Y no fue cualquier tipo de celebración puesto que “duró tres días”: “Fue un viaje del amor que todavía recordamos. Tardamos una semana en recuperarnos”.

Adrover aseguró haberse metido “una panzada de llorar” cuando vio llegar a Patricia Montero vestida de novia: “Iba espectacular”. Y eso que lució tres diseños. “Nunca había visto a Álex llorar tanto en 16 años. Estaba como un niño pequeño, todo el rato llorando”, confesó Montero. Con esta celebración, la pareja puso el broche de oro a su relación, fruto de la cual han nacido sus dos hijas: Lis y Layla, que estuvieron presentes en la unión matrimonial: “Fueron las únicas niñas en la boda, estaban emocionadas”.

Tres días de boda

Como decíamos, tras varios intentos fallidos para celebrar su amor con sus allegados, la pareja lo hizo en septiembre de 2024 en Cabo de Gata. Y lo festejaron con un sinfín de planes. Todo comenzó el jueves 5 con un cóctel de bienvenida en el que se hospedaron los 70 invitados. Allí, los presentes disfrutaron de una cata de vino mientras creaban sus propios cuadros con pintura fluorescente. Una actividad que recibe el nombre de 'winedinski'. Tras esto, organizaron una reunión de ‘TupperSex’, un encuentro para hablar de productos sexuales.

El viernes, Patricia y Álex prepararon una clase de yoga y una sesión de spa que dio paso a una paella en un restaurante del lugar. Y, como no podía ser de otra manera, la preboda culminó con una fiesta en una discoteca.

Para el sábado, el gran día, Montero y Adrover quisieron que el lugar donde iba a ser la celebración estuviera decorado con dos elementos imprescindibles en su vida: el mar y la tierra. Pero no solo eso. La pareja confió en Miguel García para su triunfal entrada antes de darse el ‘sí, quiero’ y en tres grupos musicales para deleitar con su música en los días que duró esta unión.