Misterio resuelto: las botellas perdidas de los Goya 2025 aparecen en Madrid tras cuatro días de incertidumbre

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¡Albricias! El robo, o mejor dicho el despiste, que ha marcado la 39ª edición de los Premios Goya ha llegado a su desenlace hoy, 12 de febrero. Las dos exclusivas botellas de vino Rioja, firmadas por celebridades y destinadas a una subasta benéfica, han reaparecido en Madrid después de cuatro días de especulaciones varias. Y no, no estaban precisamente en manos de un ladrón de guante blanco, sino que fueron retiradas por error por una empresa colaboradora del evento.

Este revuelo dio comienzo la noche de los Goya, celebrados en el Palacio de Congresos de la ciudad andaluza de Granada. En concreto, entre focos, alfombra roja y discursos, dos botellas de cinco litros de una edición especial por el centenario de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja desaparecieron del área VIP, un espacio reservado a actores, cineastas y personalidades del mundo del cine.

Cabe señalar que este golpe desató múltiples teorías, desde un descuido hasta un robo con tintes fetichistas. Además, la preocupación no solo venía por el valor enológico de estas joyas embotelladas, sino porque en ellas habían estampado su firma nombres como Alejandro Amenábar, Belén Rueda o Jorge Drexler, convirtiéndolas en auténticas piezas únicas.

Sin embargo, mientras la noticia corría como la pólvora, el empresario vinícola Íñigo Tapiador mantenía la esperanza de que todo fuera un malentendido. Y así ha sido. Hoy, miércoles, el Consejo Regulador de la DOCa Rioja ha confirmado que las botellas aparecieron en perfecto estado en Madrid y que su desaparición no había sido más que un error logístico.

No obstante, la denuncia ante la Policía Nacional ya estaba interpuesta, dejando claro que, aunque el incidente se resolvió, la lección está más que aprendida: incluso en los eventos más exclusivos, los despistes pueden llegar a convertirse en verdaderos quebraderos de cabeza, tal y como ha ocurrido en este caso.

A día de hoy, con las botellas ya de vuelta, se espera que una de ellas sea guardada como recuerdo del centenario, mientras que la otra siga su destino original: ser subastada con fines benéficos. De este modo, y aunque este episodio quedará como una de las anécdotas más comentadas de los Goya del presente año, queda claro que, en el cine como en la vida, nada está libre de un buen giro de guion.