La herencia que convierte a Iñaki Urdangarin en propietario tras perderlo todo por el caso Nóos

Después de años de ostracismo inmobiliario en los que el exmarido de la infanta Cristina lo tuvo que vender todo para hacer frente a la responsabilidad civil derivada de la sentencia del caso Nóos. Después de alquilarse un piso con su actual pareja, Ainhoa Armentia. Después de liquidar Aizoon, la última empresa a la que estaba vinculado. Después de todo eso, el 23 de noviembre de 2021, Iñaki Urdangarin se convertía de nuevo en propietario.

La muerte de alguien cercano le devolvía esa figura. Aunque nada que ver el inmueble del que es ahora propietario con las mansiones e inversiones que tuvo en su momento. Lo que decíamos, Iñaki Urdangarin es propietario, sí, pero de un local de 135 metros cuadrados.

El inmueble está en el centro de Urretxu, municipio pegado a Zumárraga, la localidad guipuzcoana de donde es originaria su familia (y donde, por cierto, él nació). La mitad de la propiedad la había comprado un matrimonio en gananciales, y la otra mitad la heredó el exmarido de la infanta Cristina junto a todos sus hermanos -son siete en total-.

Los siete hermanos

Uno de los miembros de la pareja que comparte propiedad con la familia, el hombre del citado matrimonio, falleció el pasado mes de octubre. Por lo que el número de propietarios es ahora de ocho en total.

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El inmueble es un local céntrico, situado en una de las plazas más famosas del municipio. Hasta hace poco además estaba alquilado y era una autoescuela. El negocio ha cerrado y el local no rinde por ahora, lo que significa que ninguno de sus propietarios debe tener necesidad de ingresar los réditos que puede dar un alquiler en el lugar, que tampoco es demasiado.

A dos números de la misma plaza hay un local en alquiler en la actualidad y por los 100 metros cuadrados que mide se piden 1.000 euros al mes. Así que si fuera el de los Urdangarin, tocaría a poco más de 100 euros mensuales, lo que no es mucho, aunque sí supone una ayuda para quienes viven con estrecheces.

Nada que ver

Nada que ver, está claro, con lo que ha vivido Urdangarin junto a la Infanta, aunque tampoco con lo que ha vivido durante toda su vida. Nació en una familia de clase media que fue prosperando gracias a los trabajos del padre, Juan Maria, que cada vez obtenía mejores sueldos y cargos.

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Iñaki se independizó además muy joven, a los 18 años, cuando lo fichó el Barça para jugar en el primer equipo de su sección de balonmano. Fue miembro de la Selección, olímpico… una estrella deportiva que subió varios peldaños sociales de golpe al casarse con la hija de los entonces reyes Juan Carlos y Sofía.

De Zarzuela a Brieva

Todo fue viento en popa hasta que se estamparon, en una trama judicial por todos conocida. Iñaki Urdangarin siempre tuvo ambición y terminó con sus huesos en la cárcel, más hundido de lo que jamás habría pensado. Su entramado empresarial acabó en un proceso judicial que le llevó a la prisión de Brieva. El camino fue largo y durante la instrucción y el juicio, los exduques de Palma se deshicieron, con permiso del juez, de todo su patrimonio inmobiliario. Y era ingente.

A su nombre tenían el mal llamado palacete de Pedralbes, una gran casa situada en una bonita y rica zona de Barcelona por la que pagaron unos siete millones de euros entre compra y reforma, y que vendieron, sí, tras la autorización del juez José Castro, por mucho menos (fueron unos 4,5 millones).

Propiedades

Además, tenían varios pisos en Terrassa y en Palma de Mallorca, y algunos locales. Todo lo fueron liquidando para hacer frente a su situación económica y ahora la infanta Cristina vive de alquiler en Ginebra e Iñaki Urdangarin hace lo mismo en Vitoria, con su actual pareja, Ainhoa Armentia.

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Por otro lado, siempre se ha dicho que ambos eran los propietarios de un piso en Bidart, en la costa francesa, pero Vanitatis comprobó los registros del país vecino y fuimos informados por abogados especializados de que ninguno de los dos tiene propiedades en Francia.

Ambos nuevos propietarios

Ahora ya sí se puede decir de nuevo tras comprobar la información oficial: desde que heredara en 2021, no sabemos exactamente de quién, Iñaki Urdangarin es propietario de un local. Y curiosamente, su exmujer, la infanta Cristina, también cambió su estatus en 2024 al comprar un piso en Barcelona.

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En nada se parecen, claro, los inmuebles que poseen uno y otra. Hay cosas que no cambian pasen los años y evolucione la historia: las clases sociales. Porque una vez divorciados, volvieron a aquellos orígenes en los que Iñaki Urdangarin era un chico de clase media y Cristina de Borbón, miembro de una familia real europea.