Sale a la venta la mansión en la que Andrés Piedrahita, el hombre español de Madoff, operaba desde Mallorca
Se trata de una de las fincas más lujosas de la zona. Por Son Simonet, durante los años en los que la habitaba el colombiano, se dejaron ver rostros de las élites económicas y políticas sin saber lo que acaecía
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Antaño, tener dinero no era suficiente para ser considerado un empresario de éxito. No bastaba con tener riqueza, sino que era necesario proyectarla. Más aún en tiempos convulsos. Antes de la crisis económica de 2008, se valoraba a aquellos que regentaban negocios exitosos sin ver mermado su patrimonio. Andrés Piedrahita, representante de Bernard Madoff en España, fue uno de los que supo navegar con destreza en ese entorno. Y así lo hizo ver.
Con un estilo de vida de lujo, hizo del disfrute y la ostentación su carta de presentación. Tanto que logró ser el referente al que aspiraba la alta sociedad española, de donde formaba parte desde hacía unos años. Sin embargo, sus aspiraciones se vieron truncadas cuando detuvieron a Madoff acusado de haber causado pérdidas de miles de millones de sus clientes. Terminó entrando en prisión.
El declive de unas de las estructuras financieras más memorables de la historia reciente motivó que la vida de Andrés Piedrahita cambiase radicalmente. Aunque sigue gozando de una vida repleta de lujos, no tiene nada que ver con la gran fortuna que amasó durante los años en los se reunió con lo más granado de la sociedad americana y europea. Incluso dejó de verse su famoso yate del muelle de Palma.
Gran parte de esos encuentros tuvieron lugar en su mansión en la finca de Son Simonet, ubicada en Esporles, Mallorca, y de la que era propietario. Hasta allí se desplazaron un sinfín de rostros de las élites económicas y políticas sin saber todo lo que se estaba gestando allí. Isabel Preysler, Miguel Boyer, Alberto Cortina, Elena Cué y José Manuel Entrecanales fueron algunos de los que disfrutaron de sus jardines. Nada hacía presagiar que detrás del lujo y la ostentación que caracterizaban la vida de Piedrahita, se encontraba esta estafa bursátil.
Eso sí, el colombiano siempre aseveró ser una víctima más. Incluso llegó a un acuerdo con los damnificados evitar ir a juicio. Según publicó ‘Vanity Fair’, pagó cerca de 45 millones de euros. Sea como fuere, en la actualidad, esta propiedad, que acogió a grandes empresarios, está a la venta. Se trata de una de las más caras de Mallorca, tan solo por detrás de otras dos, y su adquisición asciende a los 26 millones de euros. Se desconoce si sigue siendo propiedad de Piedrahita.
Tres casas equipadas en torno al patio central
La mansión, cuya decoración fue llevada a cabo por Luis Bustamante, quien incluyó “la flora y la fauna de la isla”, combina "detalles tradicionales con cálidas paredes en tonos pastel, suntuosas telas, muebles antiguos y lujosas decoraciones". Y cuenta consta de catorce dormitorios, catorce cuartos de baño, dos comedores y tres espaciosos salones. También cuenta con una cocina con todo tipo de electrodomésticos.
Además, cada unas de las casas que conforman la finca -son tres situadas en forma de U al rededor del patio central-, situada en plena Serra de Tramuntana, tienen vistas al campo. Todas ellas, como indican desde los anuncios inmobiliarios, construidas en una superficie de 1.500 metros cuadrados en una parcela de 124.000. Lo que evidencia la dimensión de una de las fincas rústicas más impresionantes de la zona. También señalan que fue rehabilitada en 2007, un año antes del comiendo de la caída de Madoff y que causó mella en Piedrahita.
Antaño, tener dinero no era suficiente para ser considerado un empresario de éxito. No bastaba con tener riqueza, sino que era necesario proyectarla. Más aún en tiempos convulsos. Antes de la crisis económica de 2008, se valoraba a aquellos que regentaban negocios exitosos sin ver mermado su patrimonio. Andrés Piedrahita, representante de Bernard Madoff en España, fue uno de los que supo navegar con destreza en ese entorno. Y así lo hizo ver.