Las mejores fotos del viaje de Alejandra Silva y Richard Gere: "Cada acción cuenta, y la conciencia es el primer paso para el cambio"

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Asentados totalmente en España, la nueva vida de Alejandra Silva, Richard Gere y sus hijos, tanto los dos pequeños en común como los de sus relaciones anteriores, está en su gran mansión de La Moraleja. Una casa muy luminosa, con una gran cocina y zonas verdes, que les lleva a poder disfrutar de diferentes planes por la capital, como una visita a la famosa chocolatería de San Ginés.

Sin embargo, siempre que pueden, ponen rumbo a destinos tan paradisiacos como Maldivas, donde viajaron el pasado mes de febrero. Una idílica escapada a la que se suma otro lejano enclave, México. Aunque en esta ocasión su viaje no ha estado motivado únicamente por el descanso y la relajación.

Las playas de Jalisco, con el océano Pacífico como telón de fondo, han sido el escenario de los chapuzones familiares, como revela el periódico azteca 'El mañana'. Sin embargo, más allá de sus impresionantes arenales, su viaje ha formado parte de una acción de la Fundación Sierra A Mar. La ONG de Alejandra Silva y Richard Gere con la que buscan apoyar diferentes iniciativas humanitarias y de conservación en México y en todo el mundo.

"Como fundadora y miembro del Board de la Fundación Sierra a Mar, he venido a México para hacer seguimiento, conocer y agradecer a los verdaderos protagonistas: las comunidades que, con su trabajo diario, protegen y restauran nuestros ecosistemas. En Bahía de Chamela, acompañamos a la cooperativa pesquera en la creación de un refugio marino comunitario, un paso clave hacia una pesca más sostenible", ha revelado la propia publicista gallega.

"Hoy vuelve a tener vida"

Además de explicar que "en Chalacatepec, trabajamos junto a los pescadores en la recuperación de la laguna, que hoy vuelve a tener vida". "Estas historias nos recuerdan que conservar la naturaleza es una causa colectiva. Cada acción cuenta, y la conciencia es el primer paso para el cambio", ha asegurado también.

Un enclave situado en la misma zona en la que se sitúa, Xala, el "antiresort" del que la pareja es socia. Un espacio hotelero que busca ser respetuoso con la naturaleza. Así, con 75 modernas mansiones, tres hoteles boutiques de menos de 150 habitaciones y clubs de playa aseguran que no es un resort de lujo.

Sus promotores explican que es un santuario del corazón, un santuario del cuerpo y de la mente, donde regenerarse. Sin embargo, el hecho de que haya que pedir información de contacto para conocer los precios de las viviendas y de los alojamientos, ya que en su web anuncian que solo se conocerán por invitación, deja sentir que no son asequibles para todos los bolsillos.